Strukul y su saga “Los Médici”

Italia, 1429. El renacimiento del arte y la belleza. Ese es el escenario que el escritor eligió para plasmar la historia de una de las familias más notables de Europa.

Juliana Gil Gutiérrez
14 de febrero de 2018 - 10:48 p. m.
Matteo Strukul es abogado y profesor de la Universidad de Roma. / Marco Bergamaschi
Matteo Strukul es abogado y profesor de la Universidad de Roma. / Marco Bergamaschi
Foto: Marco Bergamaschi - Bergamaschi Marco

¿Cómo fue su investigación para escribir la saga sobre la familia Médici?

Mis novelas están basadas en hechos históricos y verdaderos. Leí Le istorie fiorentine, escrita por Niccolo’ Machiavelli, y La storia d’Italia, de Francesco Guicciardini. Ahí estaba todo lo que necesitaba. Estos escritores vivieron en ese tiempo, respiraron la revolución cultural. No sé por qué los escritores americanos necesitan inventar tantas cosas cuando lo que necesitas es leer los libros correctos para crear una buena historia.

¿Por qué se ha interesado en escribir novelas históricas?

“Historia magistra vitae”, decían los latinos. Estaban en lo correcto. Podemos aprender de la historia si somos lo suficientemente humildes para estudiar y recordar. Creo que, especialmente en mi país, hemos olvidado mucho quiénes éramos y eso es una pena. Quiero escribir novelas históricas, para celebrar el gran patrimonio que tenemos, como italianos, en términos de arte, cultura y belleza. Debemos estar agradecidos.

Usted escribió sobre los Médici, una de las familias más notables de Italia. ¿Por qué son tan importantes para usted?

Ellos alentaron el arte y la belleza, sedujeron a Florencia. Fueron intrépidos en sus negocios, como banqueros y dueños, pero en sus asuntos políticos fueron absolutamente audaces. El patrimonio cultural que crearon, gracias a su visión y los artistas que financiaron y proyectaron, fue inmenso en términos de la influencia cultural que generó. Es algo que ha seducido a las personas de todo el mundo por más de 600 años.

La familia Médici favoreció el desarrollo del arte en el Renacimiento. ¿Quiénes son esos artistas que ellos impulsaron?

Sin los Médici no hubiéramos tenido a Filippo Brunellschi, Leonardo da Vinci, Raffaello, Donatello, Miguel Ángel Buonarroti o Sandro Boticelli. Los Médici fueron fabulosos patrones y benefactores, financiaron el arte y la belleza, probablemente sin ellos nunca hubiéramos tenido el Renacimiento. Sí, el mundo tiene una gran deuda con ellos.

¿Cuál cree es la mayor obra de arte que hicieron posible?

No estoy seguro de una. Quizá la cúpula de Santa María de Fiore de Filippo Burnellsechi, el David de Donatello, La primavera o El nacimiento, de Sandro Botticelli, son algunas de las más importantes que financiaron. Son obras maestras absolutas.

Su primera novela comienza con la muerte de Giovanni de Médici, quien comenzó esa dinastía. ¿Qué legado dejó?

Giovanni empezó una visión, una forma de seducir a Florencia con la belleza y las artes. Sus hijos, Cosimo y Lorenzo, continuaron con ese fortalecimiento. Los Médici, gracias a sus artistas, querían dejar una increíble marca en la historia. Fueron maestros del Renacimiento. ¿Se puede imaginar algo más poderoso? Es inmortalidad, en cierta manera.

Dedicó el segundo libro de su saga a “Un hombre al poder”, Lorenzo de Médici. ¿Por qué él se convirtió en “el Magnífico”?

Hizo posible el renacimiento de la cultura clásica. Fue patrón y benefactor, un increíble e inteligente político, amó financiar artistas y poetas. De hecho, fue el fundador de la Magnificencia del Renacimiento. Él fue el Renacimiento en cierta forma. Debajo de su control y el agradecimiento por su apoyo, artistas como Sandro Botticelli y Miguel Ángel Buonarroti lograron descubrir sus talentos.

¿Cuál fue la relación de los Médici con Leonardo da Vinci?

Cuando Leonardo estuvo en Florencia era muy joven y quiso comprender qué quería ser. Él descubrió su amor por la belleza y las artes, pero también por la ciencia y la anatomía, e intentó entender la perfección de la naturaleza del ser humano. Logró hacer eso gracias a Lorenzo el Magnífico, quien pudo entender su inmenso talento y lo envió a él a Milán a representar a Florencia como embajador de las artes y para ser un artista en la corte de Ludovico María Sforza. Fue en Milán en donde pintó algunas de las más maravillosas obras de todos los tiempos. Una por todas: La última cena.

En la última nota de su segunda novela usted escribe que el escenario de su libro es un mundo complejo, pero fascinante. ¿Por qué lo es?

Tienes que reconstruir un mundo que ya no existe y más que esto porque las novelas históricas tienen personajes que son personas reales: no puedes cambiarlos mucho. Intenté mostrar a los lectores qué tan cruel y magnífica era la vida en ese período, pero gracias al mundo escrito, gracias a la novela, puedes sentir e investigar profundamente los códigos morales y los sentimientos, en una manera diferente, más profunda y poética, en comparación con los TV shows y películas.

Por Juliana Gil Gutiérrez

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