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¿Qué piensa sobre el debate que se ha dado en torno a la adopción igualitaria en Colombia?
Creo que esto está mal expuesto desde el comienzo, porque se tiene que pensar desde el lado de los niños que no tienen familia. Ellos deben contar con la oportunidad de tener a alguien que les dé cariño, amor, educación y un futuro mejor al que tendrán si están en un instituto. Entiendo las preocupaciones que muchas personas pueden tener, pero los homosexuales tienen las mismas capacidades que un heterosexual para sacar adelante a un menor.
¿Y sobre el reciente fallo de la Corte Constitucional que ratificó que sólo puede haber adopción de las parejas gais cuando uno de sus integrantes es el padre o la madre biológica?
El fallo tiene muchas falencias y aún hay muchas dudas sobre lo que en realidad dice. Lo más curioso es que en uno o dos meses la Corte tendrá que dar una nueva explicación sobre este tema, porque hay otra demanda en curso que también busca la adopción igualitaria.
Usted, que hace 17 años decidió hacer pública su orientación sexual, ¿cree que hay algún tipo de hipocresía a la hora de abordar esos debates en Colombia?
Sí, porque todos a nivel privado tienden a ser muy amables con uno, te respetan y te quieren, pero cuando les ponen un micrófono o una cámara su discurso cambia un poco. Y más si son personajes públicos e influyentes.
Fue un padre precoz. Su hija nació cuando usted tenía 14 años. ¿En esa época ya era consciente de su homosexualidad?
Lo supe muy joven. Estoy seguro de lo que sentía desde que tuve relaciones con la madre de mi hija. Pero eso era otra época, eran los 70, y uno no sabía cómo abordar a otra persona. Vine a tener una relación con una persona del mismo sexo a los 18 años y ahí fue cuando entendí qué era tener una vida sexualmente activa.
Hay gente que duda de que un niño pueda ser feliz si está bajo la tutela de un homosexual. En su caso no sólo tiene una hija, sino tres nietos y un bisnieto.
¿Cómo es su relación con ellos?
Absolutamente normal, como la de cualquier nieto con su abuelo, ellos me adoran. Creo que a los niños pequeños no hay que inculcarles el temor a la sexualidad. Al final son los adultos los que generan el morbo ante estas situaciones. Ellos a veces ni lo comprenden.
¿Su hija, sus nietos y su bisnieto han sentido algún tipo de discriminación por hechos que tienen que ver con la vida privada de Carlos Giraldo?
No ha sucedido, pero pienso que podría ocurrir. Por eso hay que educar a las parejas heterosexuales para que les enseñen a sus hijos a respetar las diferencias.
Y cuando reveló públicamente su homosexualidad, ¿sintió algún cambio en la forma como lo trataba la gente o por ser de la farándula cree que el asunto no le trajo problemas?
Me trataron increíblemente, en ese momento estaba en el programa de farándula Sweet y la gente me felicitaba. Con el tiempo me di cuenta de que la gente lo acepta a uno, pero con condiciones.
¿Qué fue lo primero que pensó en febrero cuando supo que había unos estudios de expertos de la Universidad de la Sabana que decían que los homosexuales son enfermos?
Que los estudios eran muy viejos. Y más que molestia me dio risa, así que no le presté atención, porque no creo posible que en pleno 2015 saquen ese tipo de estudios.
Si pudiera cambiar algo de su vida, ¿qué sería?
Nada, porque estoy feliz con ser un homosexual que no va a tener una vejez solitaria. Tengo una familia.
Sus padres fueron muy religiosos. ¿Usted también cree que Dios existe?
Espero que sí, aunque a veces lo dudo. En mi corazón quisiera que sí existiera y les hiciera comprender a ciertas personas que tenemos igualdad de derechos, aunque pensemos o seamos distintos.