El chico malo

Las influencias musicales de Diego Cadavid son Incubus, Foo Figthers y Guns ‘n’ Roses. / Cortesía

Ingresó a los 17 años a la Escuela de Teatro libre de La Candelaria. ¿Cómo recuerda su formación?

 Fue un cambio drástico, pero me encantó. Me apasionaba lo que leía y hacer tareas. Estudié un tiempo ahí hasta que empecé a trabajar en tele. No sé si aún, pero en esa época la escuela no aceptaba que sus alumnos trabajaran en televisión, así que me retiré con el dolor del alma, pero tenía que pagar el arriendo.

¿Cómo fue su primera aparición en cámara?

Fue en La Tele, un programa que tuvieron Carlos Vives y sus amigos. Uno de ellos era amigo mio, así que me llevaba. Hacía lo que fuera, extras, les compraba los cigarrillos, les cuidaba la ropa, etc. Ahí fue que me enamoré de esto.

 ¿Alguna vez ha sufrido de pánico escénico?

Mi primera película —a los 18 o 19 años— tenía una escena de dos páginas con Róbinson Díaz. En esa época se filmaba en 35 mm y un error costaba millones. Mis nervios eran tantos que antes de rodar la escena me fui a mi cuarto a vomitar.

 Su interés por la fotografía comenzó a los 12 años y lo retomó a los 26. ¿Por qué la descuidó y después volvió?

A los 12 le interesaba a mi padre, que me metió a estudiar fotografía, pero desde que empecé a hacer cine tuve curiosidad por la luz, empecé a hacer preguntas como buen empírico. Después decidí estudiarla y tomarla seriamente.

 ¿Cuál fue su primera cámara fotográfica?

Una Pentax K 1000.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Alguna que lo haya marcado.

Al otro día de la explosión de la bomba del Club El Nogal me fui al sitio con mi cámara. Quería manifestar la rabia que sentía al ver un acto como ese. Pude entrar después de enredar a mucha gente e hice unas buenas fotos del lugar destrozado y el carro bomba. Cuando subía el sol llegaba un olor a cadáver. Nunca lo podré olvidar.

 ¿A través de cuál personaje ha podido conocer mejor a Diego Cadavid?

Todos tienen su viaje particular. Además, extrañamente influyen mucho en mí. No tengo ninguno en particular, todos han traído grandes cosas a mi alma. A Diego Cadavid ni siquiera lo he podido conocer del todo.

 Con respecto a ‘Regreso a la guaca’. ¿Qué se siente ponerse en los tacones de ellas?

He hecho un par de personajes gays y siempre los he basado en mujeres. Creo que ese ha sido el mejor ejercicio: pensar y sentir como mujer. Las amo y me encanta como se comportan.

 Es recordado por interpretar antagonistas, pero en ‘La Ronca de Oro’ le dio vida a Álvaro José. ¿Qué prefiere: bueno o malo?

Soy actor por convicción, creo y respeto esto seriamente, siempre hay cosas por aprender. Me gusta ponerme retos y hacer personajes que me exijan. Álvaro José fue uno de esos.

 ¿Cuáles son las implicaciones de cada uno?

El tema es que con el malo siempre tienes recursos para usar, es fácil.

Pero con el bueno no tienes muchos. Sólo te queda ser honesto y transmitir bondad por los ojos.

Además de actor y fotógrafo, también es músico, es uno de los integrantes de la banda The Mills. ¿Cómo llegó a hacer parte de ella?

Me escribieron a Facebook contándome que su baterista se iba del país y que iban a hacer audiciones. Lo dudé mucho, pues soy baterista desde los 12 años, pero tocar con una banda de este nivel me daba pánico. Me entregaron el disco, me aprendí las canciones y quedé. Llevo cuatro años y medio con ellos.

 ¿Cuáles son sus mayores influencias en la batería?

Incubus, Foo Fighters y Guns ‘n’ Roses.

¿Puede repasar las líneas de sus libretos escuchando música?

Prefiero el silencio.

Dicen que está soltero. ¿Qué tan cierto es?

Soltero y feliz.

¿Cuáles son sus proyectos?

Estoy grabando una serie con Fox para el canal RCN y el tercer disco de The Mills, que saldrá dentro de poco. En los días libres trabajo en fotografía, videos y comerciales con mi productora El Silencio.