'El toreo no espera divertir a nadie'

El bogotano Juan Camilo Solanilla renunció a su profesión de administrador de empresas de la Universidad de los Andes por la fiesta brava. / Eduardo Lloreda

¿Cómo fue su primera faena?
Corté dos orejas en el municipio de Siachoque, en Boyacá. Allí, como en muchos otros pueblos de todo el país, hay una tradición taurina muy fuerte y la gente del pueblo ama la fiesta brava.

¿Qué encuentra de atractivo en el toreo?
Es un ritual en el que se honra la bravura de un animal único como el toro bravo. Una ceremonia en la que un hombre armado de un trapo logra darle sentido a la existencia de un toro y que éste sea recordado para siempre.

¿Cómo entiende la muerte una persona cuyo trabajo consiste en arriesgar la vida?
Al igual que el toro de lidia, mi vida cobra sentido cuando logro emocionar a la gente en una plaza. Sin eso, mi vida sería tan pobre que casi no tendría sentido vivirla. Yo toreo para vivir, porque de lo contrario estaría muerto en vida.

¿En qué piensa antes de una faena?
Pienso en lo que sería mi vida sin poder torear, y eso es lo que más me motiva a salir y dejar la vida, si fuera necesario.

¿Qué representa el toro para usted?
Es uno de los pocos animales que viven como reyes, y al que se le da la posibilidad de pelear por su vida, ya que muere luchando en franca lid. El toro bravo puede ser recordado para siempre por su bravura y morir aplaudido, no en un matadero como si fuera una cosa.

¿A qué le tuvo que dar la estocada final para dedicarse al toreo?
He tenido que sacrificar mucho tiempo con mi familia y mis amigos. Renuncié a la vida que el “libreto” me tenía planificada. Ponerme una corbata e ir a trabajar a un banco. Tener una relación sentimental es muy difícil cuando se es torero porque el tiempo libre es poco. Pero al fin y al cabo esta es la profesión que amo y por lo tanto tengo asumidos esos sacrificios desde que tomé la decisión.

¿Qué es el miedo?
El miedo es una reacción natural frente al peligro, pero para mí supone más peligro tener que vivir sin torear. La belleza del toreo está en ver cómo un hombre es capaz de poner por encima del miedo el amor por el toro y arriesgar su vida para honrarlo.

La vida sin valor es...
Una vida de mentiras. Creo que la vida es una secuencia de decisiones y las decisiones son sinónimos de renuncia. Para renunciar a algo hay que tener valor.