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Marilyn Patiño: de la tragedia a la comedia

La actriz caleña se inspiró en un personaje de tiras cómicas para representar su papel en la nueva serie del canal Caracol.

El Espectador
08 de abril de 2013 - 09:48 p. m.
“Cerré un ciclo con ‘Sin tetas no hay paraíso’ y decidí no volver a hacer este tema”, dice Marilyn Patiño. / Óscar Pérez
“Cerré un ciclo con ‘Sin tetas no hay paraíso’ y decidí no volver a hacer este tema”, dice Marilyn Patiño. / Óscar Pérez

¿Quién es Luz Elvira?

A Luz Elvira le encantan los retos, tiene una tragedia infinita en su vida y una cantidad de situaciones que se vuelven divertidas. Me basé mucho en un personaje de tiras cómicas que persigue a los animalitos y es maldadosa. Todo lo que esté bonito y organizado lo quiere dañar.

¿Por qué quiere quedarse con J.J.?

Ella es su amante y su misión es quedarse con él. En el trayecto de la historia se van a dar cuenta de que es la típica mujer maquiavélica a la que por planear demasiado le resultan mal las cosas.

¿Qué tanto le costó construir el personaje?

Partí de una base que fue olvidarme de que La hipocondríaca era comedia. Pensaba en el reto, porque es muy difícil ser una mujer que es la amante y no le importa serlo. Es una mujer que no tiene esa dignidad o recato femenino. Una persona agresiva y arriesgada.

¿Cómo se le ocurrió basarse en un personaje animado?

Me propusieron el personaje y me pareció que para formarlo era mejor empezar a buscar tiras cómicas. Y encontré un personaje que tenía esas cualidades: era terca, quería estar donde nadie quería que estuviera, le faltaba afecto, pero quería esconder todas sus carencias.

Aun sabiendo que se trata de una serie que busca ser cómica, usted decidió construir su personaje con cierta seriedad...

El público es el que debe determinar si es cómica o no. Yo no estoy en ningún momento pretendiendo ser chistosa. Vivo la tragedia del personaje como la viviría cualquier persona. A ella sí le parece tragedia. La creación actoral fluye cuando los paradigmas se rompen. Estoy abierta a quitar, a poner. No hay que ser herméticos.

¿Qué características comparte con su personaje?

El personaje es totalmente diferente a mí. Digo una mentira y titubeo, mientras que Luz Elvira tiene gran facilidad para inventarse todo.

¿Cómo hace para crear un distanciamiento entre su personaje y su vida en escena?

Es una encarnación que hay que hacer. Pensar en la psicología de una persona aberrada, que está enferma. Es la dicotomía de justificar sus acciones, sus malos hábitos, y al tiempo entenderlos y convivir con el personaje.

¿Cómo fue el cambio de interpretar papeles en las “narconovelas” a este género?

Cerré un ciclo con Sin tetas no hay paraíso y me dije: no vuelvo a hacer nada de este tema, porque quiero consolidarme como una actriz de verdad, no encasillarme en un solo papel.

¿Le ha costado ese cambio?

Sí, ha sido muy difícil, especialmente por el tiempo tan corto entre producción y producción. Hay que hacer un trabajo de “descontaminación”.

¿En qué consiste esa descontaminación?

En purgar. Purgar ademanes, dichos, formas de hablar, pensar. Empezar a diferenciar para no llevar vicios del anterior personaje al nuevo.

¿Qué opina de las críticas que han recibido las últimas producciones basadas en temas de narcotráfico?

Pienso que la gente ve lo que le pongan. El colombiano no tiene muchas opciones de canales y de programación. Pero cada quien escoge el tema que quiere ver.

¿Podría decir, entonces, que sin tetas sí hay paraíso?

Claro, por supuesto. Hay que aprender a aceptarnos, a amarnos, que no existen los defectos físicos; sólo son sellos de autenticidad.

Por El Espectador

 

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