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'Más que escucharme, me critico'

Cree que la voz es el instrumento más bello y que el mejor consejo para cuidarla es no hablar demasiado.

El Espectador
02 de septiembre de 2011 - 12:28 a. m.

¿Se nace para la ópera?

Se nace y se prepara para la ópera.

¿Qué siente en el instante en que se abre el telón y usted sale a escena?

Emoción y responsabilidad.

¿Alguna vez cantó rancheras?

¡Claro!, la que más me gusta es Tu recuerdo y yo, de José Alfredo Jiménez.

Es la primera vez que visita Colombia, ¿tiene alguna expectativa?

Colombia y México son países hermanos. Siento curiosidad de conocer esa tierra musical de grandes escritores y pintores.

¿Con qué palabra describiría a Luciano Pavarotti?

Fenomenal.

¿Plácido Domingo?

Un mito.

¿Tchaikovsky?

Sensual

¿Franz Liszt?

Virtuoso.

¿Qué hay que ponerle a la interpretación de una canción de Agustín Lara?

Lo único que hay que ponerle es corazón.

¿El papel más difícil que ha interpretado para ópera?

Giacomo Roppa en Los dos Foscari, de Giuseppe Verdi.

¿Habría alguno al que se negaría a interpretar de nuevo?

Hay varios que no interpretaría más, pero quizá Elvino de la ópera La Sonnambula de Vicenzo Bellini, es una ópera muy aguda para mí.

Un consejo para cuidarse la voz.

No hablar demasiado.

¿La ópera sigue siendo un espectáculo de élites?

No, eso dicen los que no quieren la ópera.

¿Vive una vida real tan elegante como la que la ópera contiene?

No, es un mito que sea tan elegante, al final todos nos vamos a casa como cualquier gente.

¿Cómo describiría una voz potente?

Más allá de que tenga muchos decibeles, la potencia en la ópera se mide a través de la capacidad de mover las emociones.

¿Cómo se vive la ópera en México?

Es como una persona hambrienta que tiene ganas de comer, pero le dan poquito.

¿Como siente al México de hoy?

México quiere cambiar, pero lo está haciendo con mucho dolor.

México ha sido cuna de artistas, ¿cuál le causa profunda admiración?

Agustín Lara, por su capacidad creativa musical, y como intérprete me quedo con Pedro Infante.

¿Cómo ve la oferta académica de la ópera en Latinoamérica?

En América Latina se carece de infraestructura. Los cantantes que logramos triunfar es por la pasión que le impregnamos.

¿Le da lo mismo cantar en un espacio cerrado que al aire libre?

Siendo ambas experiencias muy diferentes, al final se tiene que hacer lo mismo, cantar.

Algunos críticos consideran la zarzuela un género menor, ¿está de acuerdo?

Tienen toda la razón.

¿Con qué parte del cuerpo canta un tenor?

Con todo el cuerpo.

Su debut fue con ‘Lo Speziale’, de Joseph Haydn, ¿significa para usted algo especial esta pieza o este compositor?

Nunca más volví a interpretar algo de Haydn, pero Lo Speziale fue un primer amor.

¿Le gusta escucharse?

No siempre, porque más que escucharme me critico y prefiero no hacerlo.

¿El componente mayor de la ópera es la música o el teatro?

La ópera es teatro cantado. Diría que es 60% de canto y 40% de teatro.

Hay cantantes líricos que afirman que sus carreras están basadas en el ‘No acepto este papel’, ¿qué piensa de esto?

Es necesario saber decir ‘No’.

También para muchos el más complejo de los compositores es Richard Wagner, ¿está de acuerdo?

No creo que él sea el más complejo, en la parte musical es complejo, pero en la parte emocional no tanto. Me parece más emocional y difícil de interpretar, Verdi... por su simplicidad.

¿Qué recuerda de la época en que ganó el concurso Enrico Caruso?

Fue un período muy entusiasmante en mi vida, inolvidable. Ahí decidí dedicarme a cantar.

¿La voz humana es el instrumento perfecto?

Es el más bello.

Por El Espectador

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