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Su casa debe ser un pequeño museo de curiosidades. ¿Qué le apasiona coleccionar?
Tal vez lo único que colecciono son libros. ¡Es que es muy costoso! Y además me gusta mucho la idea de que pueda haber colecciones públicas, accesibles para la gente.
Lo que no se debe olvidar antes de visitar un museo.
No hay que aspirar a verlo todo. Es necesario volver varias veces, mirar con detenimiento. No todo se puede acaparar en un día. No creo en las visitas de una sola mañana.
¿Cómo está el panorama museológico en Colombia?
Es un sector que requiere mucho apoyo. Hay muchos desfases entre los museos grandes de la capital y las ciudades intermedias con respecto a los pequeños, y todos son igualmente importantes. Cada museo recoge memoria de su comunidad y por eso es necesario fortalecer esos pequeños museos y la pertenencia de la gente a ellos.
¿Cuántos visitantes reciben en el Museo Nacional anualmente?
Un promedio de 300.000 visitantes, dependiendo de las exposiciones temporales que haya.
¿Y cómo es ese público promedio?
Hacemos estudios de público y el mayor porcentaje que arrojan las estadísticas corresponde a niños y estudiantes, lo cual nos llena de satisfacción porque pensamos que es ahí donde se crean y se hacen nuevos públicos. En época de vacaciones cambia notablemente la demografía del museo: vemos personas de muchas regiones del país.
¿Qué tiene en cuenta a la hora de construir relatos que sean para públicos heterogéneos?
El museo está absolutamente comprometido con una transformación de los guiones, de tal manera que cuente la historia del país vista desde distintas perspectivas, no sólo desde la historia de los gobernantes, del liderazgo, sino de quienes han hecho esta nación, que somos todos los colombianos: los trabajadores, los campesinos, etc. Hay que agrandar el museo, no sólo en términos de espacio, sino de concepción de país.
¿Les ha pasado que alguna pieza se haya roto o deteriorado antes de una exposición?
Le quiero decir que para nuestra satisfacción no hemos tenido un caso de esos en, tal vez, los últimos 20 años. Es evidente que eso suceda, pero los esfuerzos que realizamos en este y cualquier museo están orientados en gran medida a minimizar los riesgos, y eso se logra apostándole a que la gente que trabaje en un museo sea cada vez más profesional y especializada en su quehacer.
¿De dónde surge la idea de traer las 94 piezas griegas que se expondrán a partir del 11 de julio?
Parte de un marco de trabajo en donde el Museo Nacional busca realizar muestras que den cuenta de distintos momentos y manifestaciones culturales de la historia de la humanidad, como Egipto, China, el Perú antiguo. Siempre ha habido un convencimiento de su importancia fundamental —en el sentido real de la palabra—, en donde se construye el pensamiento europeo y de occidente, y Grecia es un gran referente.
Son piezas de cerámica. ¿Qué particularidad tiene este tipo de material?
Una de las más ricas facetas de la cultura griega está en la creación de objetos hechos a base de cerámica. Tuvo una importancia gigantesca durante muchos siglos. Las primeras datan del siglo VIII a.C. y comprenden un período muy largo, porque era un elemento que estaba presente en todos los ámbitos de la cultura, de la vida ceremonial, los ritos, y como no era un bien de lujo, no se persiguió tanto, por eso tenemos la fortuna de tenerlas ahora.
La muestra está dividida en tres grandes secciones. ¿De qué se trata?
Desde el Museo de Louvre se hizo el proceso curatorial y se enmarcó la muestra, ya más específicamente, en Los dioses, los mitos y la religión, con tres secciones que son El panteón griego, que introduce al público en el universo de la mitología griega; La religión en la ciudad, que explora las relaciones entre dioses y hombres en la esfera pública, y La religión y la esfera privada, que aborda un espacio íntimo y familiar que los griegos designan con el nombre de “moradores” (oikos).
¿Algún adelanto de la próxima muestra?
Estamos trabajando para el año entrante en una exposición del Museo de la Ciudad de Pekín. Ya está firmado un acuerdo. Habrá piezas patrimoniales relacionadas con la figura de Buda, porque es necesario conocer la diversidad de pensamiento y estos son los mejores vehículos.