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Sergio Hernández estrena “De plomo y fuego” una obra de arte natural y mística

El artista mexicano, considerado uno de los pintores vivos más importantes, presenta su obra en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.

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29 de junio de 2016 - 05:30 a. m.
Sergio Hernández. / Cortesía
Sergio Hernández. / Cortesía
Foto: Ernande

¿Cómo está constituida su obra “De plomo y fuego”?

Es una exposición en el Museo de Arte Moderno de Bogotá que consta de 85 obras, que se exhibirá del 30 de junio al 19 de agosto, dividida en 45 piezas en plomo trabajadas con vinagre, botánica y palmeras, y otro grupo que se llama Los ardientes, que está inspirado en un cuadro que se llama Renacimiento tardío, dedicado a la crucifixión de San Antonio. Paralelo a esto también presentaremos un códice hernandino y por último unas cerámicas que tienen por título Papá y mamá están bien y abajo muertos, que voy a exponer en Tijuana.

¿De qué están hechos sus cuadros?

De vinagre y plantas que usan las curanderas, algunas de ellas alucinógenas, impresas en una placa de plomo. Aplico el principio de la alquimia: colocando placa con placa, lo cual produce una reacción química en donde procede el blanco de plomo puro. También empleo pieles que cambian las culebras en los troncos y por último aplico semillas de amaranto, lentejas y otros agregados, como las orquídeas.

¿Por qué mezclar diferentes elementos en sus obras?

La pintura en la historia de la humanidad está asociada a la alquimia. Siempre me he basado en uno de sus principios: “Lo que está arriba está abajo”. Esa premisa permitió descubrir colores mezclando metales impuros o puros, como el oro, y metales líquidos, como el mercurio. Nuestros ancestros encontraron accidentalmente en la alquimia muchos colores que emplearon en la pintura. Esto me pareció muy interesante y quise comenzar a trabajar ese tipo de colores en mis obras.

¿Por qué tratar en sus obras temas de hechicería y curanderos?

Es más un tema literario, una forma que tengo de expresarme hacia la sociedad sobre temas políticos. Las sociedades humanas son algo así como curanderos y brujos, aunque se hayan sofisticado. Un ejemplo muy claro es la caída de las bolsas, donde desaparece mucho dinero de la noche a la mañana; eso es magia o brujería, y se exorciza a través de algunos que lo denuncian y otros que se lo embolsan. Es ahí, entonces, cuando cambian los conceptos en el proceso histórico. Mi cultura es una sociedad de mucha superstición y medicinas tradicionales.

¿De dónde nace esta afición?

Es una mezcla de experiencias literarias, de una sociedad campesina y de la cultura mixteca. Desde mi infancia vi todos estos temas de la gran diversidad de plantas con las que curaban y de las que nos alimentábamos.

Háblenos del mural de bienvenida en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.

Este mural tiene muchas armas, se ve plasmada mucha guerra, tiene mucho que ver con lo que está sucediendo en México en estos días. El tema de la violencia en mi estado ha sido histórico. Yanhuitlán es una zona de conventos dominicos, que eran inquisidores, quemaban brujas y a los que no se portaban bien desde el punto de vista religioso. Quise hacer un contraste entre lo antiguo y lo moderno, donde plasmé armas de guerra y secuestrados. Vivo en un país donde desgraciadamente no hemos superado la violencia y el narcotráfico.

Según su punto de vista, ¿qué cree que está sucediendo en su país?

Hay una gran discusión en México, en la que piensan si se legaliza o no se legaliza la droga, si deportan al Chapo Guzmán o no. Parece ser que lo que está pasando en México es que hay una especie de licuadora donde meten todo para que nadie entienda qué está pasando.

Aparte de sus obras, ¿qué más habrá en el lanzamiento?

El día del lanzamiento vamos a hacer una intervención con grana cochinilla, extraído de una pulga del nopal que absorbe el ácido carmínico de la planta. Si la sustancia se expone al ácido se convierte en rojo fuerte, y con el alcalino se pone violeta. En este caso lo vamos a hacer rojo por la exposición Ardientes.

¿Cuál es su deseo reprimido?

Grafitear una pared en la calle. Es algo que nunca he hecho, pero confieso que cada día crecen más esas ganas.

¿Qué lo inspira?

El sentido de libertad, de creatividad. Creo que todo el mundo debería tener esos deseos. Actualmente tengo una medida cautelar en mi país, por denunciar la corrupción. No debemos reprimir nuestros deseos.

¿Qué recuerda de su niñez?

Con todo este tema de la violencia en Oaxaca, aprendí a esquivar borradores y a tener manos duras, porque nos pegaban con una regla en las manos. Puedo decir que lo único que aprendí de mi escuela fue a esquivar golpes.

Antes de la pintura, ¿tenía algún otro gusto?

Sí, el boxeo, pero no me funcionó y me dediqué a la pintura, que siempre fue mi pasión.

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