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'Soy un farsante de profesión'

Rodrigo Candamil se estrena como director de teatro con 'Los farsantes'.

El Espectador
24 de marzo de 2011 - 12:09 a. m.

¿Por qué se considera un farsante de profesión?

La ficción siempre es más divertida que la realidad.

¿Tuvo miedo de ser director?

Tuve miedo de no lograr serlo en esta vida. Cuando estoy en el teatro viendo Los farsantes soy feliz.

¿Durante cuánto tiempo pensó en ‘Los farsantes’?

Desde que me contaminó en mi estadía en Nueva York hace seis años.

¿Qué tiene esta obra de Rodrigo Candamil?

Lo que me queda de ingenuo, lo que se ha resistido a acabar.

¿Qué es lo más difícil de ser director de teatro?

Los actores, son insoportables; la mayoría, unos farsantes.

¿Para qué el teatro?

Para volver a lo básico, para mirar hacia dentro.

¿Cómo ve el teatro en Bogotá?

Rico, abundante, hay gente nueva, talentosa, preparada, pero el Estado piensa que la cultura no sirve para nada, que invertir en cultura es botar la plata, no se dan cuenta de que el arte es la única forma de generar identidad, de tener amor propio.

En la obra ‘El mar’ interpreta a un personaje de Andrés Caicedo. En una frase, ¿cómo lo definiría?

Morir y dejar obra.

¿Qué idea le ronda la cabeza?

Hacer una temporada de Todo es plata, divorcio express, una comedia que parece un experimento sociológico, hemos compuesto más de un matrimonio sin proponérnoslo.

¿Cómo llegó a la TV?

Cuando abandoné el fanatismo en las tablas, luego de haber entrenado mi cuerpo, mi voz y mi espíritu para saber que la TV es literalmente un medio.

¿Cómo interpretar en la TV a un homosexual sin caer en clichés?

Cuando enfrentas un personaje como Lucas (Chepe Fortuna), es mejor que sea en combo, al lado de buenos directores y un buen texto; si es así, es más fácil, por lo menos son los clichés de muchos los que están reunidos.

La televisión colombiana ha incluido a personajes homosexuales en todas sus facetas, ¿qué opina de esto?

Los homosexuales son un lugar común en nuestras historias y me parece que hasta ahora no les habían dado el lugar digno que se merecen.

Y usted, ¿qué tiene de femenino?

Un espíritu esculpido por mujeres, crecí en un completo matriarcado.

¿Qué personaje lo ha desvelado?

Todos los que empiezo a construir vienen con la porción de insomnio incluido.

¿Se queda con la televisión o con el teatro?

Me quedo con crear, los prejuicios sólo achican la vista. Las mejores gafas para el alma sin duda se consiguen en el teatro.

Tres elementos de un buen actor.

Voz, cuerpo e imaginación.

¿En qué cree?

En el padre eterno: el universo, la Pacha Mama: la Madre Tierra.

¿Qué lo hizo devoto de la Virgen?

Un milagro.

¿Cómo definiría a su esposa, la actriz Adriana Romero?

Una gran mujer.

¿Cuál fue el mayor legado que le dejó a nuestra televisión su suegro, Bernardo Romero?

Creer en la televisión de idiosincrasia.

¿Y cuál ha sido el de su suegra, Judy Henríquez?

El glamour, el rigor, la entrega a un público.

¿Qué le gusta de Bogotá?

Los domicilios.

¿Qué no le gusta?

Ahora, el alcalde.

¿Quién sería un mejor alcalde?

Daniel Samper Ospina.

Por El Espectador

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