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Ha dicho que el desamor puede convertirse en una epidemia, incluso en un problema de salud pública.
Así es. El 40% de las consultas psicológicas en el mundo tienen que ver con problemas con el amor, como la infidelidad, los celos, la violencia de género, tener amantes o el abandono afectivo. Debería haber una campaña dirigida a la salud mental y afectiva.
¿Cuáles son las principales razones para que esa situación se presente?
Es una cuestión también cultural. No nos han enseñado a amar con tranquilidad, sosiego y de manera relajada. Creemos que amar es estar obsesivos, enloquecidos, fuera de control.
¿Cuántas personas lo visitaron en el último año en su consultorio por desamor?
Tengo unas 35 mil horas de consulta y 25 mil, diría, han sido por temas de amor.
¿Más hombres o mujeres?
Son más las mujeres, porque ellas consultan con mayor frecuencia sobre aspectos de su salud mental y física.
¿Entre qué edades oscilan esos pacientes?
Generalmente entre 18 y 45 años y son más las personas que tienen una pareja estable, no tanto los noviazgos.
¿Cuáles son los casos más frecuentes que se consultan?
Las pérdidas afectivas, cuando te abandonan, te quedas solo y no sabes cómo rehacer tu vida. Después los casos de infidelidad —tanto la víctima como el que es infiel— y las parejas que están mal y quieren mejorar su situación.
Después del desamor, ¿cuál es el siguiente problema por el que la gente más acude a su consultorio?
Por depresión y ansiedad, que cada día están más altos. Las causas generalmente son las mismas: miedo y temor.
¿Las mujeres son más frágiles y sufren más que los hombres en temas de amor?
Es que el amor tiene muchas facetas: la sexual, la de la amistad, la de cuidar a otro; si nos vamos por el lado de la dependencia afectiva, la mujer es más susceptible; por cada cinco mujeres dependientes, hay un hombre. La mujer también suele ser más susceptible a la inorgasmia, lo que la hace más frágil.
A propósito del tema sexual, ¿qué tan importante y ‘exclusivo’ debe ser en el amor?
El amor tiene tres componentes: el eros —erotismo o sexualidad—, la amistad y tener proyectos comunes y estar atentos al otro. Si falta uno de los tres el amor se va para atrás. El sexo es necesario, pero no suficiente. Es más importante la amistad, pues en ella pasas el 75% de una relación, en el sexo no.
¿También tiene que ver el contexto cultural en que se desenvuelve una persona?
Claro. Por ejemplo, la cultura latina es muy diferente de la nórdica, los países bajos o Europa, porque aquí hay unos acuerdos que suelen ser de exclusividad afectiva. Si estamos juntos, no podemos estar con nadie más y eso marca la fidelidad. Por eso mi libro es amorosamente incorrecto, pues cuestiona los valores tradicionales.
¿Y cómo es la cultura colombiana al respecto?
No se diferencia mucho de la Zona Andina y de Centroamérica, pero en el cono sur ya la cosa cambia, porque la gente es igual de romántica y tiene unas actitudes menos conservadoras frente al amor.