Voluntarios que enseñan inglés a niñas de hogares en Medellín

Acompañar a las niñas de estos albergues a hacer tareas le dio la idea a Mariana Gallo de enseñarles inglés. Esa fue la semilla para el programa Talkids, que apoya a 80 estudiantes en condición de abandono y pobreza.

El Espectador
25 de octubre de 2016 - 05:20 p. m.
Talkids
Talkids

El Hogar San José es una institución de carácter social que alberga siete residencias en donde viven 200 niñas entre 5 y 18 años en diferentes barrios de Medellín, que se encuentran en condición de abandono de algún tipo, así como pobreza extrema. Allí encuentran vivienda, alimentación, vestido, cuidado y educación.
 
A la sede Boston llegó hace cuatro años el programa ‘Deja tu huella’ de Bancolombia, en el que se promueve el voluntariado de sus colaboradores orientado al acompañamiento escolar y al desarrollo de actividades didácticas para fortalecer el proceso de aprendizaje de la población beneficiada. Allí llegó Mariana Gallo, colaboradora de la entidad, quien siempre ha tenido el deseo de la ayuda social y encontró en este programa de su compañía la oportunidad de materializarlo. “Soy ingeniera y me gustaba dar clases de matemáticas a las niñas, ¡pero a ellas no les anima mucho la materia!  Me di cuenta de que no tenían acceso a la educación en otro idioma y tenían muchas ganas de recibir información. No había grabadoras ni forma en que yo pudiera ayudarles a aprender otra lengua. Entonces, le conté a una profesora de inglés y me dijo que le encantaba la idea, pero no para ir a hacer tareas, sino para montar todo un programa que pudiera ser sostenible”. 
 
Y ese fue el comienzo de Talk Kids, una idea de Mariana que empezó a unir muchas fuerzas, entre ellas, la de Ángela, gerente de gestión para Presidencia de Bancolombia y amiga suya desde la universidad. “Somos creyentes de que saber inglés abre puertas en estudio y trabajo y era la principal falencia de ellas en su formación, porque los colegios dan la materia de manera muy académica y se necesitan otros recursos lúdicos”, dice Mariana.
 
El párroco Armando Santamaría es quien dirige el hogar y en cuanto le contaron el proyecto para formar en inglés a las estudiantes, les ofreció un salón para que allí pudieran ejecutar el programa. Se vinculó Gloria Moreno, directora del  Instituto de Lenguas de EAFIT para colaborar en la construcción de la metodología.  “A veces cuando se dice que no hay nada gratis en la vida no es cierto, dice Ángela. En este emprendimiento aprendí que sí se puede. Cuando fuimos a ver los salones del hogar estaban destruidos y apareció un arquitecto que hizo un salón espectacular. Queríamos hacer un video para explicar el proyecto y la novia del arquitecto nos ayudó. Necesitamos construir e íbamos a un depósito y nos regalaban cemento. Los libros de inglés son muy costosos y le dijimos a la librería Books and Books y además de donarnos libros, le daban descuentos a quienes fueran a comprar para ayudar con la causa. Eso es mágico, es una bola de nieve de solidaridad. Cada vez tenemos ayuda de más gente. Sabemos que tenemos mucho camino por recorrer y que podemos hacerlo más grande”.
 
Bancolombia abrió la segunda versión de su concurso ‘Causas que transforman’, que busca apoyar iniciativas lideradas por los colaboradores del Grupo Bancolombia, que promuevan la articulación y vinculación con los diferentes entornos sociales, al contribuir con la trasformación social del país. Y se ganaron el premio, que les otorgó 10 millones de pesos para el proyecto. “Al principio hicimos pruebas de nivelación para  medir el nivel de las niñas, pero nos dimos cuenta de que su conocimiento era el de palabras como “yellow, blue y red” y nada más, y nosotros llegamos con pruebas muy estructuradas hasta de audio…”, recuerda Mariana sobrecomienzo del proyecto a principios de 2015. 
 
Hoy cuentan con 80 niñas y un convenio con el colegio Marymount, del que 8 de sus estudiantes eligieron el programa Talk Kids para realizar su proyecto de alfabetización en el hogar. “No solo educamos en una lengua, sino que entregamos más valor a las niñas, las formamos en valores, porque ellas tienen como referencia a las alfabetizadoras, a profesores y voluntarios. Somos referentes de vida y ellas nos han dicho que quieren ser como nosotros. En este proyecto estamos integrando muchas sociedades que hoy están separadas, vinculamos niñas con necesidades insatisfechas y necesidades de aprender junto con las alfabetizadoras que son niñas de colegios bilingües que tienen su vena social  y que hay que potencializarla”, explica Ángela. 
 
“Quiero que mis hijos tengan esa vena solidaria y la mantengan para ayudar a cambiar las injusticias de este mundo. Yo sueño con las niñas todo el tiempo, con el salón, con pintarles una pared, con hacer siempre algo más. Me da tristeza no tener más tiempo para hacer más cosas, pero afortunadamente, cuando tienes ayuda trabajas en equipo y delegas cosas. La solidaridad se ‘pega’ y las empresas deben trabajar más en responsabilidad social, que va más allá de dar donaciones y es involucrando a los empleados”, dice Ángela quien asegura que haber ayudado a crear Talkids ha cambiado su vida, ha tocado a su esposo y a sus hijos también.
 
Mientras tanto, las niñas del hogar van animadas a su salón de clase, en un proceso lento pero seguro donde verlas pronunciar sus primeras palabras en otro idioma es emocionante en clases de hora y media semanales, en grupos de 15 estudiantes con dos profesores. El deseo de Ángela y Mariana es vincular también a las niñas más grandes, pues hasta ahora solo cuentan con las estudiantes de primaria.
 
Mariana concluye que “esto ha sido una marca en mi vida. Yo con Talk Kids vibro, porque me apasiona; fue un descubrir muy interesante y me genera una satisfacción inmensa, porque después de estos procesos he concluido que siempre el que más gana es el que da”. 
 
 
 
 

Por El Espectador

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