Brasil, a resarcir su historia tras el papelón de hace cuatro años

El seleccionado “verdeamarelo” debuta en el Mundial de Rusia 2018, en el que espera sanar las heridas que dejó la semifinal que perdió 7-1 frente a Alemania como local.

Jesús Miguel de la Hoz - Rostov
17 de junio de 2018 - 02:00 a. m.
 Marcelo y Neymar comandarán la nueva camada de la selección de Brasil que busca borrar lo sucedido en el Mundial de hace cuatro años.  / AFP
Marcelo y Neymar comandarán la nueva camada de la selección de Brasil que busca borrar lo sucedido en el Mundial de hace cuatro años. / AFP
Foto: AFP - NELSON ALMEIDA

El 7-1 que sufrió Brasil frente a Alemania en las semifinales del Mundial de 2014 es un marcador que nunca se olvidará. Siempre rondará en la cabeza de los brasileños, así como el 2-1 de la final del campeonato de 1950 en contra de Uruguay. Esos son resultados que jamás se podrán enterrar, que rasgan el corazón de todo un país y su fantasma queda merodeando, esperando el primer pestañeo para reaparecer. Así son las derrotas, dejan marcas imborrables y más en una selección como la verdeamarela, que siempre es considerada como una de las favoritas a ganarlo todo.

“Estaba consternado como cualquier otro. Las expectativas eran casi inhumanas y Alemania era un adversario excelente. Fue una derrota enorme para el equipo y para mí, porque aunque no estaba en el campo, era parte de ese grupo”, dijo hace unos días Neymar desde Sochi, lugar de la concentración brasileña en este campeonato del mundo que se disputa en Rusia. El delantero del Paris Saint Germain es uno de los seis jugadores que estuvieron en Brasil 2014. No jugó contra Alemania por una lesión en la espalda que le originó un choque contra Camilo Zúñiga en el partido de los cuartos de final ante Colombia.

Los otros cinco futbolistas que repiten convocatoria son Marcelo, Fernandinho, Paulinho, Willian y Thiago Silva. De ellos hicieron parte de ese nefasto encuentro por las semifinales del Mundial los cuatro primeros. Sin embargo, los seis regresan a un campeonato del mundo para resarcirse y seguir escribiendo una historia llena de éxitos con la camiseta de Brasil.

El 7-1 es tema en muchas conferencias de prensa con los jugadores y con el cuerpo técnico. Lo es porque es considerado como el Maracanazo. Todas las esperanzas estaban puestas en Luiz Felipe Scolari, quien había salido campeón del mundo con Brasil en 2002 y en una selección que un año antes se había quedado con la Copa Confederaciones. El objetivo era ganar como locales la Copa del Mundo por sexta vez.

Pero salieron por la puerta de atrás de su Mundial, Alemania derrumbó e hizo pedazos la ilusión de miles de fanáticos, con siete puñaladas que fueron agotando el aliento de un equipo que nunca supo cómo levantarse. Fue un golpe que dejó a los brasileños tirados en la lona durante dos años, hasta que en 2016 llegó Tite, quien se convirtió en uno de los grandes responsables para que aprendieran a convivir con el resultado.

“El fantasma era verdad. Sentía hasta alguna inhibición en ustedes (periodistas) para hablar sobre el resultado, para mí era vergonzoso. Sin embargo, aprendí que es un marcador que va a quedar de por vida, y no porque ganemos hoy van a dejar de hablar al respecto”, afirmó después del encuentro amistoso frente a la selección de Alemania en marzo.

Desde la llegada del profesor hubo un cambio notable en el equipo. Apartó a Neymar de los focos, le quitó la capitanía y la presión de cargar en su espalda con las toneladas que pesa el seleccionado brasileño. Sumó nombres a la verdeamarela como los de Gabriel Jesús, quien le aportó para fortalecer la zona ofensiva, y Paulinho, a quien volvió a acercar a pesar de que en ese momento se encontraba jugando en el fútbol chino.

“Antes que nada hubo una revolución táctica, este es un equipo que juega con más intensidad, con las líneas más juntas y todos tienen claro lo que deben hacer. Por eso Firmino no es titular, porque es un jugador que tiende a cambiar su estilo de juego”, le dijo a El Espectador Daniel Mundim, analista de la selección de Brasil para Globo Esporte.

A lo anterior también se le suma que Tite cuenta con buenos auxiliares que lo apoyan constantemente, como lo son Edu Gaspar, Fabio Mahseredjian, Cleber Xavier, Taffarel, Matheus Bachi, Fernando Lázaro y Thomas Araujo. Además, es un entrenador que sabe manejar las relaciones entre sus jugadores. “Todos confían en él. Pueden no concordar en algo, pero todos van hasta la muerte con él”, agregó Mundim. De los cuatro jugadores que estuvieron en aquella goleada en el Mundial de Brasil, Marcelo, Paulinho y William son titulares, y Fernandinho es un jugador muy utilizado en el sistema que el estratega maneja.

Rusia 2018 tiene que convertirse en la página en la que los brasileños reescriban su historia. En el país suramericano las expectativas son altas por los números que ha impuesto Tite. A lo largo de su dirección técnica logró el 85 % de sus puntos y ha conformado un equipo equilibrado, que sólo ha recibido cinco goles en 20 partidos. Brasil tiene todo en sus manos para ponerle un punto aparte a ese nefasto 7-1 y hacer que con un campeonato del mundo la herida de hace cuatro años empiece a cerrar.

Por Jesús Miguel de la Hoz - Rostov

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