Colombia entera fue la figura del partido ante Polonia

James Rodríguez fue elegido como el mejor de la cancha ante Polonia y su juego impregnó a todo el equipo que brilló en cada una de sus líneas.

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Camilo Amaya - Enviado especial Rusia
25 de junio de 2018 - 03:09 a. m.
José Pékerman planteó muy bien el partido y sus jugadores, liderados por James Rodríguez, lo interpretaron de gran manera.   / AFP
José Pékerman planteó muy bien el partido y sus jugadores, liderados por James Rodríguez, lo interpretaron de gran manera. / AFP
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El esfuerzo de James Rodríguez contagió a los demás. Los gritos también activaron a los compañeros y por eso siempre levantaron la cabeza para buscarlo, para darle la pelota, para que él, junto a Juan Fernando Quintero, generara peligro en el área de Polonia. Y ambos, los dos zurdos, los del Envigado, se complementaron tanto que Colombia se impregnó de su vocación de ir hacia adelante y de jugar sencillo. El balón fue siempre del uno al otro. James y su manera de ver el juego, de crear juego; y Quintero y su talento único, efectivo, letal. Como una reacción en cadena se prendieron Juan Guillermo Cuadrado, Radamel Falcao García y hasta el mismo Yerry Mina, que tuvo la confianza de meterse en el área como un delantero más y anotar de cabeza. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)

James fue el socio adecuado, el líder sin cinta en el brazo, y Quintero fue el que secundó sus ideas. El mediocampo de Colombia y el de Polonia les perteneció y por eso hicieron lo que quisieron. Cuando el primero se mandó por la derecha, el otro fue al centro, siempre siendo una opción de pase, siempre pensando en facilitar el trabajo del compañero. Y lo mejor para José Pékerman es que sus hombres creativos se fortalecieron en un ambiente inagotable de emociones, como lo fue el Arena Kazán.

Pero su trabajo no solo fue con la pelota o sin esta. También fue anímico, pues su manera de echarse el equipo encima impregnó a los demás, y entonces Wilmar Barrios se concentró y no perdió un duelo, y Yerry Mina y Dávinson Sánchez anularon al temible Robert Lewandowski, sin contar que Santiago Arias y Johan Mojica bajaron y subieron como si el desgaste no fuera algo de ellos, sí del rival. En otras palabras, la transfusión de optimismo impactó. Ya después vino el gol de Radamel Falcao García luego de una habilitación teledirigida de Quintero. El grito contenido del jugador del Mónaco, el abrazo comunal de un equipo que, por fin en esta Copa del Mundo, se vio como un equipo funcionando de manera engranada. (Puede leer: Colombia goleó a Polonia y recuperó su alegría)

Ya no hubo gritos individuales porque el esfuerzo fue colectivo, como debe ser. Y con el 2-0 a favor, otra vez la genialidad producto de la improvisación, y el pase de James, desde cancha propia, para Juan Guillermo Cuadrado y su definición rastrera, con el balón al palo izquierdo del portero Wojciech Szeczsny y el 3-0, o mejor, el fin del partido.

Atrás, David Ospina también atajó lo que tuvo que atajar, dos opciones claras de Lewandowski, un mano a mano y un remate de fuera del área. El antioqueño arriesgó incluso su integridad física, se la jugó por sus compañeros, por el país, como lo hicieron cada uno de ellos.

Esta vez, aunque la organización haya dado a James como jugador destacado, la figura fue la selección completa, línea por línea, motivada por sus hombres talentosos, los que hicieron la vida más sencilla para los hinchas, para el propio Pékerman, que así como se equivocó en el planteamiento contra Japón, este domingo acertó en la estrategia y en las variantes.  (Vea: Reviva los goles que le dieron la victoria a Colombia ante Polonia)

Ahora, contra Senegal, en el último partido del grupo, habrá que mantenerlos juntos porque siempre será un error tratar de separar lo que en la cancha y en la misma dinámica del fútbol se hace inseparable: James y Quintero.

Mención especial merece la afición colombiana, que en el Kazán Arena fue el jugador número 12. Cerca de 35 mil compatriotas acompañaron al equipo y lo alentaron cuando se vio dubitativo en el arranque, a medida que se fue apoderando de la pelota y más aún cuando marcó goles e impuso condiciones. Juego redondo en una noche para seguir soñando con la clasificación. (Puede ver: Cauca, tierra de defensores: Yerry Mina)

Por Camilo Amaya - Enviado especial Rusia

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