El consuelo de Inglaterra en este Mundial

Para la selección de los tres leones, quedarse con el tercer puesto sería un bálsamo para un país que se ilusionó con una final, después de 52 años, y, que ahora, deberá enfrentar a Bélgica para meterse en el podio del Mundial de Rusia.

Camilo Amaya - Enviado Especial Moscú
13 de julio de 2018 - 10:52 p. m.
Inglaterra buscará quedarse con el tercer lugar de Rusia 2018, ante Bélgica. Harry Kane (Der), espera terminar como el goleador del torneo.  / EFE
Inglaterra buscará quedarse con el tercer lugar de Rusia 2018, ante Bélgica. Harry Kane (Der), espera terminar como el goleador del torneo. / EFE
Foto: EFE - GEORGI LICOVSKI

Un hincha inglés se fuma un cigarrillo al frente del museo Hermitage de San Petersburgo. Detrás de la pequeña lumbre está su rostro taciturno, una muestra de la decepción de cambiar de itinerario a último minuto, de buscar un tiquete de tren hasta la Venecia del Norte cuando todo estaba calculado para una larga estadía en Moscú, para una prolongada alegría. Son las 11:35 p.m. y apenas el sol se esconde en una de las ciudades más bellas de Europa, en una población que Pedro ‘El Grande’ quiso que fuera toda Europa: fachadas de corte barroco y neoclásico, calles angostas al mejor estilo parisino y catedrales con porte romano. Aún, a esa hora, todo brilla: las cúpulas, los carruajes, el agua que fluye por los canales, hasta la sonrisa de los transeúntes. (Vea nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

Pero él no. Se nota la frustración sin necesidad de cruzar una sola palabra con el sujeto. Se nota su tristeza en su voz pausada, un poco resentida y nasal, mientras habla por celular. No es para menos. Él, como los tres mil británicos que viajaron a última hora desde su isla, no debería estar en la metrópoli de los zares, sino en la capital de Rusia, cantando, embriagándose, esperando por una nueva final de su selección.

Sin embargo, viajó 705 kilómetros para alentar a un equipo que, desde que se coronó campeón en 1966, no ha podido volver a disputar el título de una Copa del Mundo y ahora tiene que conformarse con jugar por el tercer puesto, un partido que en estos días el exjugador Alan Shearer llamó “una estupidez”. No lo es, si se piensa desde lo monetario, pues el vencedor, sea Inglaterra o Bélgica, se embolsillará 24 millones de dólares, una cifra nada despreciable, pero que no apacigua el desencanto de poder hacer más y quedar siempre con tan poco. El Mundial, la gran obsesión, parece resistirse a los creadores del fútbol, al país con una de las ligas más importantes del planeta, si no la más llamativa, pues las semifinales se han vuelto el techo para quienes impusieron desde siempre los rápidos contraataques. (Le puede interesar: Roberto Martínez, el técnico que sigue el legado de Cruyff)

De hecho, antes de Rusia 2018, la única semifinal de los británicos fue en Italia 1990, evento en el cayeron por penales con Alemania en la pelea por un cupo a la final (4-3) y en el que terminaron en el cuarto lugar, luego de la derrota 2-1 con el equipo local. De ahí en adelante los cuartos en Corea y Japón 2002 y en Alemania 2006 fueron el mejor resultado para una selección a la que siempre se le pidió más y que terminó dando menos que en Brasil, hace cuatro años, cuando no logró pasar de la fase de grupos, y que sigue viviendo del recuerdo de Gordon Banks, Bobby Moore, Bobby Charlton, Geoff Hurst, Jimmy Greaves y los otros, no menos importantes, que recibieron el trofeo Jules Rimet de las manos de la Reina Isabel, hace 52 años, en un Wembley atestado (96.930 personas) luego del triunfo 4-2 sobre Alemania.

“Nadie esperaba que llegáramos a estas instancias. Por eso deben estar orgullosos de este grupo de jugadores, por lo que hicieron y por darle alegrías a un país que hace mucho no peleaba nada”, dijo Gareth Southgate, el entrenador con la pinta de gentleman, de chaleco, camisa azul cielo y corbata a rayas, una vestimenta que en las últimas semanas se volvió una moda en todo el Reino Unido. Por ahora, Inglaterra seguirá viviendo del recuerdo de su única Copa del Mundo (1966), mientras pasan otros cuatro años, mientras tratan de comprender cómo los mejores planes terminan siendo apenas una ilusión, mientras el fútbol encuentra el camino para volver a casa, a donde nació. (Lea también: Los kilómetros recorridos por los semifinalistas en el Mundial del Mundial Rusia 2018)

Por Camilo Amaya - Enviado Especial Moscú

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