Emil Forsberg, el relevo de Zlatan en Suecia

Es la nueva figura del fútbol sueco. Con el 10 en la espalda, es el referente en el ataque de la selección nórdica y el principal responsable de la clasificación a cuartos de final en el Mundial de Rusia 2018, fase en la que enfrenta este sábado a Inglaterra.

Jesús Miguel de la Hoz - Enviado especial Rusia
07 de julio de 2018 - 01:53 a. m.
El volante sueco Emil Forsberg inició su carrera en el Malmo y ahora juega en el Leipzig de Alemania.   / EFE
El volante sueco Emil Forsberg inició su carrera en el Malmo y ahora juega en el Leipzig de Alemania. / EFE

Desde la llegada de Janne Andersson a la dirección técnica de Suecia se habla de la unión, del colectivo y del grupo como principales características de este seleccionado. Es un lema que siempre ha destacado el estratega como su caballito de batalla en este campeonato del mundo que se disputa en Rusia. “Trabajamos como un equipo. Queremos darlo todo para que los jugadores tengan la oportunidad de triunfar”, repite como gota en gotero en cada rueda de prensa. Sin embargo, en los octavos de final frente a Suiza, apareció en todo su esplendor la figura de Emil Forsberg para romper con ese ideal y meter a los nórdicos entre los mejores ocho, dejando claro que, en ciertas ocasiones, cuando el conjunto no funciona, debe aparecer el hombre diferente para encaminar a su escuadra.  (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

Forsberg es la nueva figura del combinado sueco y fue el encargado de tomar la posta que dejó el delantero Zlatan Ibrahimovic, cuando decidió dar un paso al costado en 2016. No tiene el mismo reconocimiento a nivel internacional, pero la prensa de su país destaca sus habilidades con el balón, su velocidad y la entrega dentro del terreno de juego. Es el responsable de la generación de jugadas ofensivas, con sus piernas engrasa la maquinaria para que funcione a la perfección y no se salga de lo ordenado por el técnico. En el Mundial ha jugado 352 minutos de los 360 que disputó su país y es el tercer futbolista del grupo con más kilómetros recorridos (39,6).

Porta el 10 en su espalda y empezó a destacarse en el Malmo, como lo hizo Ibrahimovic. Todos parecía encaminarlo como la gran estrella sueca, pero no es más que una paradoja del destino. Es la otra cara del ariete que hoy juega en el LA Galaxy. Incluso, la prensa local lo cataloga como el Anti-Ibra. Es cordial, atento, sonriente. Cuando camina por la zona mixta con los auriculares en el cuello hace varias paradas, siempre dispuesto a contestar. Se destaca por manejar un perfil bajo. Habla despacio y claro, nunca se desvía de un tema, pero, en general, es tímido, callado. No es de dar declaraciones explosivas y mucho menos se compara con una deidad. Por el contrario, destaca el trabajo en equipo, por encima del individual. Además, apoya causas solidarias. (Lea: La curiosa apuesta entre Ibrahimovic y Beckham por el Suecia-Inglaterra)

Junto con su esposa, Shanga Hussain, encabeza una iniciativa en la que reúne dinero para restaurar el hospital Faruk de la ciudad de Sulaymaniyah, en el noreste de Irak, el cual se ha visto seriamente deteriorado a causa de las actividades terroristas del Estado Islámico (IS). Este es uno de los principales centros pediátricos al que llegan niños desplazados, heridos o enfermos, procedentes de diferentes lugares del país. Sin mucho ruido y con más acciones que palabras, ha sido parte fundamental para aportar su grano de arena en una guerra, que desde su inicio ha desplazado cerca de cinco millones de personas, de las cuales casi la mitad son niños.

Forsberg viene de una familia futbolística. Su abuelo Lennard y su padre Leif fueron estrellas del GIF Sundsvall. En ese equipo inició su carrera profesional, a los 17 años, y allí llamó la atención de todos los ojeadores suecos. A los 22 años firmó con el Malmo, equipo en el que se potenció futbolísticamente. Fue clave para que en la temporada 2014/2015 avanzara a la fase de grupos de la Liga de Campeones. Y desde ahí varios clubes europeos empezaron a seguir sus pasos, pero él decidió firmar con el Leipzig, equipo de un ascenso notable en Alemania en los últimos ocho años (subcampeón de las últimas dos temporadas en la Bundesliga). (Le puede interesar: Suecia apela a la unión para brillar en Rusia)

No demoró en adaptarse a la liga alemana. De hecho, fue fundamental para el ascenso del Leipzig a primera y, posteriormente, se convirtió en líder de asistencias y parte del equipo ideal de la Bundesliga en la temporada 2016-2017, la primera del club en la máxima división del fútbol teutón. Por esa notable presentación entró en la lista para la Eurocopa de Francia 2016 y, luego, tomó la batuta en las eliminatorias. Forsberg debutó en el Mundial en el encuentro en el que Suecia venció 1-0 a Corea del Sur, en Nizhny Nóvgorod. Puede que sobre el papel este seleccionado no aparezca como favorito, pero ha demostrado, a lo largo de este proceso, superar grandes desafíos: sacaron en las Eliminatorias a Holanda, en el repechaje a Italia y superaron en la fase de grupos del Mundial a Alemania. Y Forsberg ha sido un jugador fundamental por lo que soñar en grande ya es algo habitual.

“Puse mi listón muy alto, porque sé lo que puedo hacer”, resaltó a los periodistas, después de ser catalogado como el mejor jugador del encuentro de los octavos de final frente a Suiza. Ahí demostró que cuando su selección lo necesita, aparece en todo su esplendor, con la posta de Ibrahimovic en una mano y en la otra con la ilusión de una presentación sueca, que quede enmarcada en la historia. (Lea: John Guidetti, el sueco revelación al que una infección casi lo saca del fútbol)

Por Jesús Miguel de la Hoz - Enviado especial Rusia

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar