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Con la selección de Francia, Thierry Henry jugó los Mundiales de 1998, 2002, 2006 y 2010. En estos torneos marcó seis goles y disputó 17 encuentros. Tuvo días alegres como aquella tarde del 12 de julio de 1998 en Saint Denis, en la que vio desde el banco como su equipo derrotaba 3-0 a Brasil y se coronaba por primera vez campeón del mundo. También tuvo días tristes, muy tristes. Como las eliminaciones en primera ronda en Corea y Japón y en Sudáfrica. “Podría haber sido el hermano mayor pero no lo fui. Me sentí aislado, no importa por quién. No me hablaban como solían hacerlo. Cuando en un grupo no tienes credibilidad, todo lo demás se torna difícil”, afirmó tras la eliminación de su país en 2010. (Conozca más historias del Mundial de Rusia 2018 en nuestro especial)
Ese campeonato mundial marcó su adiós del combinado nacional. Una despedida triste para un jugador que le había dado más alegrías que tristezas a ‘les bleus’, un seleccionado que en esos momentos estaba viviendo una crisis interna étnico-racial por los problemas de Raymond Domenech y Nicolás Anelka y posteriormente por los comentarios del técnico Laurent Blanc, que terminaron costándole la salida. Tras su retiro del fútbol, Henry llegó al seleccionado belga (2016) como asistente del técnico español, Roberto Martínez, quien desde un principio ha elogiado las cualidades del exdelantero.
“Lo que más me ha impresionado es su habilidad para trasladar su experiencia a los jugadores”, destacó el estratega. “Sabe lo que es lograr algo que la generación pasada no pudo. Thierry Henry es el arma psicológica que utilizamos”, añadió Martínez. Con este cuerpo técnico al frente del seleccionado de Bélgica, esta escuadra ha mostrado su mejor cara. De los 26 encuentros que ha disputado solo perdió uno, y en 15 ganó por tres goles o más. Es un equipo que se ha convertido en una máquina en el ataque, aprovechando la calidad de jugadores con las que cuenta como Kevin De Bruyne, Eden Hazard, Romelu Lukaku, entre otros.
Henry ha logrado potenciar a muchos de esos grandes jugadores que conforman el seleccionado belga y muchos de ellos han alabado su trabajo. “Desde que trabajamos juntos, creo que me hice doblemente bueno. Me ayuda mucho en todos los aspectos: la comprensión del juego, la técnica, la definición. Le debo mucho”, dijo Romelu Lukaku, quien antes de estar bajo el mando del exgoleador francés llevaba 17 goles en 51 encuentros con Bélgica. Después de la Eurocopa de Francia 2016, tras la llegada de Martínez como seleccionador, ha convertido 23 anotaciones en 20 compromisos, lo que le sirvió para convertirse en el máximo goleador de este combinado.
Pero los elogios no solo vienen por parte de las personas con las que trabaja, también llegan de exjugadores que compartieron con él. Didier Deschamps, entrenador de la selección de Francia y quien compartió vestuario con Henry en el Mundial de 1998 cuando ‘les bleus’ tocaron el cielo con las manos al coronarse campeones, también aprovechó la rueda de prensa previa al partido por las semifinales del torneo que se disputa en Rusia para hablar del presente que vive Henry. "Me alegro por él porque de verdad le aprecio”.
El exfutbolista este martes tendrá su corazón dividido en dos en San Petersburgo, ciudad en la que Bélgica enfrenta a Francia por un cupo a la final del Mundial. "Es una situación difícil porque va a jugar en contra de su país. Pero desde el momento que se comprometió con Martínez y su cuerpo técnico sabía que esto podía pasar", precisó Deschamps, quien elogió el trabajo que ha realizado con el seleccionado y además resaltó que será “un placer coincidir con él”.
De igual manera piensa, Hugo Lloris, capitán de la selección francesa. “Tendrá el corazón dividido en el partido porque antes que nada es francés”, afirmó el guardameta. “Será raro verle con la selección de Bélgica pero es su carrera y fue su elección. Así está forjando su trayectoria". Paso a paso. Así se abre camino Henry como entrenador. Sabe manejar a los jugadores, los ha potenciado y hoy es una de las armas principales que tiene el seleccionado belga para intentar hacer historia y llegar a su primera final en un campeonato del mundo.
jdelahoz@elespectador.com