Cajas de compensación familiar, un medio para tener casa propia

Con el cambio en la legislación, las cajas de compensación familiar pueden homologar los subsidios de vivienda entregados a la población de estratos uno a cuatro con los del Ministerio de Vivienda. Con montos más altos, comprar casa por este medio es más fácil.

Por Redacción especiales

03 de marzo de 2018

iStock

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Cada día son más los mecanismos de los que los colombianos pueden echar mano para obtener vivienda propia, sueño que prácticamente todo el mundo comparte. Uno que por estos días está dando de qué hablar es el subsidio de vivienda ofrecido por las cajas de compensación familiar (CCF) del país, que gracias al Decreto 133 de 2018 recibió varias actualizaciones.

Como explica Adriana Guillén, presidenta de Asocajas, la nueva regulación, dada a conocer a finales del mes pasado, “homologó la tabla del subsidio familiar de vivienda con base en la utilizada en los programas del Ministerio de Vivienda como Mi casa ya”. Esto significa un cambio en los montos otorgados por las cajas de compensación. Con esto, en vez de dividir a la población habilitada para aspirar a los subsidios en cuatro grupos lo harán en dos: los que ganan menos de dos salarios mínimos mensuales legales vigentes y los que reciben ingresos entre más de dos y cuatro SMMLV. 

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Así las cosas, el primer grupo está en la capacidad de recibir $23’437.260, mientras que el segundo puede solicitar $15’624.840. Se trata de una modificación que beneficia especialmente a quienes ganan entre 1,6 y dos y entre tres y cuatro salarios mínimos, y que hasta el año pasado recibían subsidios ligeramente menores a los de los grupos a los que ahora pertenecen.

Pero el rango de montos no es el único que se extiende con el cambio, también lo hace la población que ahora puede acceder a este auxilio. De ser un beneficio exclusivo de hogares conformados por dos o más personas, el decreto pasa a abrirles las puertas a los hogares unipersonales, una medida que de acuerdo con el Ministerio de Vivienda responde a los cambios culturales y demográficos que está viviendo el país.

Eso sí, existen condiciones para acceder a este subsidio. Además de pertenecer a una caja de compensación y de ganar menos de cuatro salarios mínimos, es necesario no haber sido beneficiario anteriormente de un subsidio familiar de vivienda de las CCF o del Gobierno Nacional. Más importante aún es tener un ahorro y capacidad de crédito que le permita al aspirante demostrar un cierre financiero del valor total de la vivienda que desea adquirir, construir o mejorar.

Esto es, en palabras de Guillén: “Tener el 30% del valor de la vivienda, monto que se puede constituir en parte con el subsidio que otorgan la cajas de compensación y en otro porcentaje con el ahorro familiar, que pueden ser las cesantías del trabajador. El 70% restante corresponde a un crédito hipotecario que otorgan las entidades financieras y algunas cajas de compensación familiar que cuentan con este servicio”. La buena noticia sobre esto último es que el decreto amplió las cuotas de los préstamos ofrecidos por las CCF por hasta 30 años.

El reto es para las cajas de compensación, que según la presidenta del gremio, “tienen que hacer varios ajustes” de cara a la entrada en vigencia de la nueva norma. Una primera reunión para este fin se adelantó en Asocajas el pasado lunes, pues la novedad también afecta la operación de los programas de mejoramiento de vivienda y construcción en sitio propio urbano y rural. Teniendo en cuenta la experiencia de las CCF con el sector vivienda, los cambios no deberían tardar en entrar a funcionar.

Guillén aclara que el subsidio, que existe desde 1991 y ha asignado más de $10 billones para vivienda en el país, “es excluyente de los ofertados por el Ministerio de Vivienda, dado que los servicios de las cajas de compensación familiar benefician a los trabajadores colombianos formalizados y sus familias, y los programas del Ministerio de Vivienda se enfocan en la atención a población vulnerable”. No obstante, con la homologación, quienes ya lo hayan recibido y no lo utilizaron quedan habilitados para postularse a los programas del Estado, siempre y cuando puedan demostrar que no lo usaron.

Tampoco es la única iniciativa de vivienda que atañe a las cajas de compensación. También está el Programa de Proyectos Integrales, que busca disminuir el déficit habitacional de los afiliados a cajas de compensación fuera de Bogotá. Con este, explica la directiva, Cafam, Colsubsidio y Compensar, con apoyo de la Vicepresidencia de la República, Minvivienda y Asocajas, están inyectando $300 mil millones a CCF de otras regiones, que a su vez evalúan la elegibilidad de proyectos que son viables para recibir los fondos que se usan en construcción de viviendas de interés prioritario e interés social.

Ahora bien, con el aumento de los montos, queda en duda si las cajas podrán volver a alcanzar la cifra de 50 mil subsidios aprobados el año pasado. Todo dependerá de que los recursos parafiscales que alimentan a las CCF superen a los de 2017. Lo importante es que ahora es más fácil para los colombianos realizar su sueño de tener casa propia

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