“Asisto y enseño” ha sido el lema que por 45 años ha acompañado a los estudiantes, profesores y directivos de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), la cual tiene 74 programas, entre ellos diez pregrados y 64 posgrados, incluyendo especializaciones y maestrías, cincuenta de los cuales son especialidades médico-quirúrgicas y diez poseen acreditación de alta calidad por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), lo que sigue demostrando que la FUCS es una de las instituciones con mayor capacidad para educar y atender las necesidades médicas.
Desde 1976, la formación de los profesionales se centra en el saber y el saber hacer, que se complementan con el trato enfocado en lo humano y en lo social del saber ser, lo cual se refleja cuando los profesionales son evaluados con respecto a su comportamiento con su paciente, su colega o su superior. Este trato se pone a prueba en cómo se aplican los conocimientos en la práctica y en cuál es el grado de sabiduría y especialización que poseen, lo que ha generado que los profesionales de la FUCS no solo sean preferidos por las instituciones del sector salud de Colombia, sino también a escala internacional.
El doctor Sergio Augusto Parra Duarte, rector de la FUCS, destaca que la formación de los estudiantes, que hoy son más de 4.282, se convierte en una cadena de transmisión de conocimiento, dado que “los profesores desarrollan conocimiento, habilidades y competencias junto a sus residentes mayores, y estos a su vez la pasan a los residentes intermedios y ellos a los residentes menores, que luego transmiten sus conocimientos a los estudiantes. Es como una pirámide, una familia unida que absorbe y ofrece desinteresadamente la sabiduría de sus superiores para enseñarla más adelante, cuando la ocasión histórica o la práctica clínica lo demanden”.
Ahí es cuando coge fuerza el lema “asisto y enseño”, pues las personas que estudian y se gradúan de la FUCS se educan bajo un proceso integral que los motiva no solo a prestar sus conocimientos para el servicio de quien lo necesita, sino que motiva a los profesionales a compartir los saberes con aquellos que hasta ahora comienzan su etapa de aprendizaje; lo que los convierte en profesionales de alta calidad con gran sentido humano.
Aportando a la educación y a la salud desde el siglo XIX
En 1883 se constituyó el objetivo de brindar educación y mejores oportunidades de salud cuando la comunidad de religiosas que habitaba la Casa de Salud del Campito de San José enseñaba empíricamente a algunas mujeres el arte de la instrumentación quirúrgica. Ante la gran necesidad de asistencia médica que se dio a inicios de 1900, los doctores Guillermo Gómez, José María Montoya y Juan Evangelista Manrique, integrantes del Club Médico, comenzaron a compartir sus conocimientos adquiridos en Europa.
Esto permitió que en 1902 se conformara la Sociedad de Cirugía de Bogotá, la cual planeó la construcción del Hospital de San José, junto a lo que hoy se conoce como la Plaza España. En 1914 lograron conseguir los recursos y en 1925 la obra arquitectónica, de estilo europeo, fue entregada. Por su aporte a la comunidad y gran nivel académico, desde 1950 universidades como la Javeriana, el Rosario y la Nacional buscaban al Hospital de San José para que sus estudiantes se formaran allí.
En 1976 se formó la primera institución educativa, llamada Corporación de Escuelas de Ciencias de la Salud, que titulaba en Instrumentación Quirúrgica y Enfermería. En 1987 cambió a Fundación Tecnológica de Carreras Paramédicas y en 1994 una reforma estatutaria la llevó a recibir el nombre con el que se identifica actualmente: Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud.
A partir de entonces, la FUCS comenzó un crecimiento exponencial. En 1994 surgió la Facultad de Citohistología; en 1997 incluyeron a la oferta académica el programa de Medicina y, a la par, mantenía el liderazgo en posgrados médico-quirúrgicos, que para el año 2000 eran 18 y hoy son cincuenta, brindando el 20 % de todos los especialistas que se forman en el país.
En 2008, pone en operación el Hospital Infantil Universitario de San José, el último hospital rescatado de la crisis del sistema de salud, lo que le permitió no solo brindar a la ciudad un centro hospitalario de cuarto nivel de complejidad para la atención de sus habitantes, sino duplicar el número de cupos en sus programas de pregrado y posgrado, además de robustecer las especializaciones pediátricas.
“La evolución educativa de la institución se refleja en nuestra progresión consistente, que en 2015 mostraba tres programas acreditados, de 27 acreditables, en 2021 completó catorce acreditados de 45 acreditables y, proyecta para 2023 una veintena. Eso es apostarle a la alta calidad de procesos y resultados en salud”, afirma el rector Parra Duarte.
La FUCS de la mano sus hospitales universitarios, el Hospital de San José y el Hospital Infantil Universitario de San José se han convertido en escenarios imprescindibles en la historia de la salud y la educación en Colombia, pues son instituciones que han tenido como vocación la formación integral de profesionales de la salud pensando siempre en contribuir a la calidad de vida de la comunidad.
Aporte en pandemia
En la etapa más dura de la emergencia sanitaria, la FUCS realizó investigaciones y ensayos clínicos, entre los que destaca el manejo clínico de enfermos con plasma de pacientes recuperados y tratamiento ambulatorio y hospitalario con medicamentos como la colchicina, junto a la Sociedad Canadiense de Cardiología. Aliados con la Universidad Central, ejecutaron un prototipo de ventilador mecánico autónomo. Además, contribuyó al país con un gran número de residentes de programas como Medicina Crítica, Enferme[1]ría, Medicina Interna, Anestesia y Urgenciología, entre otros