
Rafael Narbona y la portada de su nuevo libro, con el sello Roca Editorial.
Foto: Cortesía de Penguin
Sin amor, mi vida estaría vacía. El amor no es algo efímero, sino una forma de plenitud. El amor de Romeo y Julieta se celebra siglo tras siglo porque nos parece inmortal, pese a su final trágico. En el óleo de Brueghel el Viejo, los amantes se enfrentan a la Muerte. Es cierto que su gesto resulta inútil, pero su desafío es muy elocuente. Aparentemente se limitan a ignorarla, pero su actitud, lejos de ser simple inconsciencia, sugiere que no creen en ella, pues están convencidos de que su amor no quedará reducido a polvo y olvido.
Vivimos...
Por Rafael Narbona * / Especial para El Espectador
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