¿Hacia dónde va el Malbec?
El pasado miércoles 17 de abril se celebró en el mundo la décima cuarta edición del Día Mundial del Malbec.
El pasado miércoles 17 de abril se celebró en el mundo la décima cuarta edición del Día Mundial del Malbec. Fue un momento de celebración y también una invitación para apreciar la forma en que la variedad se ha transformado.
La cepa Malbec llegó a Argentina en la segunda mitad del siglo XIX de la mano del agrónomo francés Michel Pouget. Por muchos años, se la utilizó como comodín en la elaboración de otros tintos.
Esto sucedió hasta los años ochenta cuando el cepaje pasó a utilizarse como único ingrediente. Pronto, expertos y consumidores descubrieron en la copa un vino sedoso y de fácil consumo. Y por eso mismo invitó a que se le elevara de categoría mediante el uso de altos niveles de concentración y largas crianzas en roble.
¿Dónde quedó su esencia? La pregunta obligó a devolver el calendario y a promover la adopción de estilos que permitieran recobrar su identidad y potenciar su vínculo con el lugar de origen.
Estos nuevos perfiles han sido recogidos en los últimos años por el periodista porteño Alejandro Iglesias, quien los plasmó en un sustentado informe para el blog oficial de Wines of Argentina. Este es mi resumen.
Malbec Orgánico. Las condiciones naturales facilitan la producción de uvas de calidad sin necesidad de aplicar químicos. Cientos de bodegas ya han conseguido certificarse como productoras de un Malbec sustentable.
Malbec Nouveau. Se elabora mediante el uso de maceración carbónica o fermentación de uva entera. Surgen vinos refrescantes y frutales, que invitan a disfrutarse con platos que regularmente exigen vinos blancos.
Malbec Natural. Elimina el uso del sulfito (aplicado en reducidas cantidades para extender la vida últil del vino). También se recurre levaduras nativas y a un trabajo de mínima intervención en bodega.
Malbec + Cabernet Franc. Este ensamble lleva al Malbec a un nuevo nivel de elegancia, frescura y sensaciones vibrantes. Para muchos, las mezclas son el futuro.
Malbec de ánfora. El empleo de este tipo de recipiente no aporta aromas ni sabores, sino que ofrece lenta oxigenación, resaltando, a su vez, el carácter y la textura de la variedad, lo mismo que su entorno.
Malbec biodinámico. Se logra mediante la aplicación de preparados especiales y tareas en el viñedo de acuerdo con el calendario biodinámico creado por el alemán de Rudolf Steiner.
Malbec con métodos alternativos de crianza. Impone la utilizaciónde depósitos de hormigón, fudres, toneles viejos o barricas con usos previos. El propósito es crear un estilo ligero y fácil de beber para desarrollar un nuevo nivel de alta gama argentina, enfocada en frescura, complejidad y elegancia.
En suma, lo que hoy se busca con el Malbec es convertirlo en un vino franco y ligado al origen, pensado para beber y disfrutar, y no para contemplar.
El pasado miércoles 17 de abril se celebró en el mundo la décima cuarta edición del Día Mundial del Malbec. Fue un momento de celebración y también una invitación para apreciar la forma en que la variedad se ha transformado.
La cepa Malbec llegó a Argentina en la segunda mitad del siglo XIX de la mano del agrónomo francés Michel Pouget. Por muchos años, se la utilizó como comodín en la elaboración de otros tintos.
Esto sucedió hasta los años ochenta cuando el cepaje pasó a utilizarse como único ingrediente. Pronto, expertos y consumidores descubrieron en la copa un vino sedoso y de fácil consumo. Y por eso mismo invitó a que se le elevara de categoría mediante el uso de altos niveles de concentración y largas crianzas en roble.
¿Dónde quedó su esencia? La pregunta obligó a devolver el calendario y a promover la adopción de estilos que permitieran recobrar su identidad y potenciar su vínculo con el lugar de origen.
Estos nuevos perfiles han sido recogidos en los últimos años por el periodista porteño Alejandro Iglesias, quien los plasmó en un sustentado informe para el blog oficial de Wines of Argentina. Este es mi resumen.
Malbec Orgánico. Las condiciones naturales facilitan la producción de uvas de calidad sin necesidad de aplicar químicos. Cientos de bodegas ya han conseguido certificarse como productoras de un Malbec sustentable.
Malbec Nouveau. Se elabora mediante el uso de maceración carbónica o fermentación de uva entera. Surgen vinos refrescantes y frutales, que invitan a disfrutarse con platos que regularmente exigen vinos blancos.
Malbec Natural. Elimina el uso del sulfito (aplicado en reducidas cantidades para extender la vida últil del vino). También se recurre levaduras nativas y a un trabajo de mínima intervención en bodega.
Malbec + Cabernet Franc. Este ensamble lleva al Malbec a un nuevo nivel de elegancia, frescura y sensaciones vibrantes. Para muchos, las mezclas son el futuro.
Malbec de ánfora. El empleo de este tipo de recipiente no aporta aromas ni sabores, sino que ofrece lenta oxigenación, resaltando, a su vez, el carácter y la textura de la variedad, lo mismo que su entorno.
Malbec biodinámico. Se logra mediante la aplicación de preparados especiales y tareas en el viñedo de acuerdo con el calendario biodinámico creado por el alemán de Rudolf Steiner.
Malbec con métodos alternativos de crianza. Impone la utilizaciónde depósitos de hormigón, fudres, toneles viejos o barricas con usos previos. El propósito es crear un estilo ligero y fácil de beber para desarrollar un nuevo nivel de alta gama argentina, enfocada en frescura, complejidad y elegancia.
En suma, lo que hoy se busca con el Malbec es convertirlo en un vino franco y ligado al origen, pensado para beber y disfrutar, y no para contemplar.