
Estudios han demostrado que los sabores de la comida de avión pueden alterarse por factores como la altura, la presión atmosférica y el clima artificial de la aeronave.
Foto: Getty Images - Nadzeya Haroshka
Desde hace una semana he estado preguntando a varias personas que conozco y que viajan con frecuencia sobre la comida que se sirve en los aviones. Curiosamente, sus respuestas no se alejan mucho de mi propia experiencia a bordo. Algunos la describen como insípida, aburrida, sin gracia ni espíritu; otros van más lejos y dicen que sabe a plástico o a hospital. Pero la descripción con la que más concuerdo —y que aplaudo con toda la razón— es: “Q.E.P.D.”.
En mi último vuelo nacional, por ejemplo, lo único que nos ofrecieron fue un vaso de agua con...

Por Tatiana Gómez Fuentes
Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com