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Después de 64 años, la capital británica vuelve a ser anfitriona de este evento deportivo que le permitirá ratificar por qué vale la pena recorrer sus calles, conocer su historia y deleitarse con sus contrastes.
Desde el avión Londres se ve como una inmensa mancha de color gris, edificios imponentes que revelan épocas de antaño, pintados en colores oscuros, puentes colgantes, una metrópoli en continuo movimiento que bordea el majestuoso río Támesis, se va intercalando por los rincones de la ciudad como una serpentina en medio de cultivos verdes y edificaciones. En el fondo una inmensa estructura en forma de óvalo de hierro sobresale a cientos de kilómetros de distancia, la inmensa London Eye, se disipa como si quisiera devorarse las construcciones aledañas.?
En tierra su brisa es fría, el cielo gris y una minúscula llovizna repentina pero incesante, en menos de un minuto empapa las angostas calles a la salida de la Estación Victoria. Un neblina imprevista, como una nube que hubiera perdido el rumbo, cubre por completo la visibilidad y obliga a reducir la marcha de los taxis y buses de dos pisos, las bicicletas empiezan a ir más rápido que los articulados y la neblina otra vez se posa sobre el vidrio de restaurantes, pubs, teatros, cafés, museos y galerías como si se tratara de un rocío que se negara a desaparecer. Toda la ciudad respira un ambiente bohemio y cultural. Pero Londres no es la de antes, por lo menos no la de hace un par de meses. En todas las avenidas, calles, parajes y hasta en el Piccadilly, uno de los sitios de comercio más exclusivos de la capital inglesa, los avisos de Panassonic, Samsung, McDonald’s, han cedido espacio a los anuncios de los Juegos Olímpicos que se disputarán del próximo 27 de julio al 12 de agosto.?
Y es que Londres nunca ha sido ajeno a los eventos deportivos. De hecho son los creadores del deporte más conocido en el mundo entero: el fútbol. Es el país que más estadios ostenta en el planeta, los ingleses son amantes de los deportes, los seducen las prácticas ecuestres, inventaron el cricket –que dio las bases del béisbol– y los cautiva el atletismo. Quizá por esta razón ha sido el anfitrión en tres ocasiones de los olímpicos: 1908, 1948 y este año vuelve a repetir. Solo que en esta oportunidad las condiciones son diferentes. ?
El Espíritu de 2012
Si los juegos de 1948 pasaron a la historia por ser los más austeros, solo se construyó una piscina olímpica, la inauguración fue tan modesta que se soltaron 7.000 palomas como símbolo de paz, por la situación de enemistad que se había creado entre las diferentes naciones a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Alemania y Japón quedaron excluidos; para estas justas se invirtieron 9.300 millones de libras. Además, prometen ser los juegos más comprometidos con el medio ambiente. Sin embargo, no por eso renuncian al gran espectáculo que será la ceremonia de apertura en manos del productor y director de cine británico Danny Boyle, ganador del Óscar por la película ¿Quién quiere ser millonario??
El concepto de sustentabilidad fue planeado desde hace siete años, cuando se tomó la decisión de construir el Parque Olímpico en Stratford, sobre un terreno considerado por más de 60 años como “una cicatriz en la cara de Londres”, que antiguamente era una zona de fábricas abandonadas, suelos contaminados por la polución e inmigrantes y obreros empobrecidos. Allí se derribaron unos 220 edificios y el 98% de este material se recicló para la construcción del nuevo parque, que a partir del próximo 27 de julio comenzará a recibir nuevos habitantes. El complejo es ahora un terreno totalmente recuperado, de 2,5 kilómetros cuadrados que acogerá el centro acuático, el velódromo, el estadio de baloncesto, el centro de hockey, el estadio olímpico y el de balonmano. ?
También se plantarán robles, fresnos, sauces, abedules, avellanos, acebos y espinos, que crearán un hábitat perfecto para la flora y la fauna en medio de la ciudad. El diseño en el centro del parque incluye el uso de 30.000 secciones de madera de bajas emisiones de carbono. La llamativa ola en el techo del centro acuático fue elaborada con un 50% de aluminio reciclado. También se redujeron significativamente las sustancias químicas utilizadas en los asientos de plástico. El impacto generado por el transporte de las mercancías hasta la villa ha sido medido y por esta razón las baldosas cerámicas utilizadas en las piscinas fueron trasladadas en tren. El mismo que turistas y deportistas podrán tomar en la estación Stratford hasta la King Cross y en 7 minutos los llevarán a pleno centro de la ciudad. ?
Allí, después de atravesar las emblemáticas calles que cruzan paralelas al imponente río Támesis, se podrá degustar una cerveza negra en uno de los pubs tradicionales de la avenida Trafalgar Square, y si el clima lo permite seguir derecho, voltear un poco a la izquierda y en todo el centro admirar la Casa del Parlamento, el edificio de estilo gótico-victoriano que representa el icono más conocido de Reino Unido: el Big-Ben, donde funciona la Cámara de los Lores y la de los Comunes.?
Siguiendo en sentido norte se encuentra el palacio de Buckingham, la residencia oficial de la familia real británica desde 1837, que ocupa una manzana y milagrosamente sobrevivió a dos guerras mundiales. Los turistas suelen visitar su interior durante ocho semanas al año, entre agosto y septiembre, cuando la reina se va a Escocia. Pero un viaje a Londres no sería completo si se pasa por alto la Abadía de Westminster, el templo más famoso y antiguo de la ciudad. Elegida como sede para las coronaciones reales, acoge también las tumbas de los monarcas y figuras históricas británicas de los últimos mil años.?
Al otro lado del río Támesis y en sentido opuesto al centro histórico se encuentra el Square Mile, una pequeña zona de la ciudad, cerca de la catedral de San Pablo. Aunque fue en este punto que empezó a surgir la metrópoli, paradójicamente es la parte más moderna de la capital, debido a un incendio que sufrió en 1666, que la obligó a ser reconstruida y convertirse en uno de los complejos financieros más importantes de Europa. En este sitio se construyó el edificio de la Alcaldía, en forma ovalada, que le otorga una apariencia futurista y próximo a él se ubica el edificio “El Pepinillo”, que con su vidriería intercalada en blanco y en negro contrasta con la arquitectura de un par de metros a la redonda.?
Londres también es diversión y compras. Los sitios que resumen estas características son Picadilly y Soho, la cumbre del ocio y la exquisitez. La primera, conocida por por sus grandes pantallas de video y carteles publicitarios de neón, montados en el edificio situado en la esquina que da a la cara norte de la estatua de Eros; y la segunda por tener sus calles peatonales repletas de tiendas, peluquerías, restaurantes, pubs, discotecas y teatros, todos exhalando ese aire fashion que caracteriza la multiculturalidad que se puede apreciar en una noche de rumba. ?
Londres es el mejor ejemplo de una ciudad que se ha distinguido por acoger los más reputados museos del mundo, poseer famosas galerías de arte, uno de los comercios más movidos de toda Europa, una catarsis entre ese mundo urbano multicultural, con una arquitectura donde predominan los edificios estilos gótico y victoriano, en contraste con una cultura bullosa y abierta al público. Este año recibirá a miles de turistas y se coronará como la anfitriona del evento deportivo más importante de cada cuatrenio.