El Magazín Cultural
Publicidad

Testigo del cine en Colombia

Hasta el 28 de enero se exhibirá en el Museo Nacional una muestra que recorre la historia del cine colombiano.

Juan David Montoya
02 de noviembre de 2007 - 07:24 a. m.

Aun sin haber empuñado nunca una cámara, sin haber sentido la vocación de director o de actor, Gonzalo Díaz es una de las personas que más cerca han estado del negocio del cine en Colombia. Según dice, fue el primero en pintar los clásicos carteles de cine que colgaban, monumentales, de las fachadas de cada teatro del país.

Por ello, en la exhibición que conmemora los 110 años de la llegada del cine a Colombia, cuando el responsable de la empresa de los Lumière en América pisó suelo de Ciudad de Panamá cargado de proyectores y cintas, Díaz fue el artista más indicado para retratar a los actores íconos de la pantalla grande. Entre otros, Díaz delinea con sus trazos las facciones de actores como Matilde Palau y Tocayo Ceballos, de la época del blanco y negro; y a otros, representativos de tendencias estéticas, como Ramiro Meneses, Gustavo Angarita, ‘El Gordo' Benjumea, Flora Martínez, Catalina Sandino y Leidy Tabares.

A través de reseñas de prensa, documentos oficiales, cámaras o utilería utilizadas en el rodaje de las películas, la exposición del Museo Nacional recrea un panorama global de lo que han sido las épocas del cine colombiano, desde María o Bajo el cielo antioqueño de los años 20, hasta la recién estrenada Apocalypsur.

La última película rodada en Colombia que utilizó la publicidad de Gonzalo Díaz fue Rosario Tijeras, con una Flora Martínez que dejó marcado al artista. "Esa mujer es más brava que un tigre con dolor de muelas", apunta.

En los más de 40 años de publicitar el cine en Colombia, él recuerda la avalancha de cine estadounidense y mexicano. Recuerda los Rambos, los dráculas, los King Kongs y, de vez en cuando, recuerda haber pintado uno que otro rostro criollo.

Una de las conclusiones de la exposición es que lleva a pensar la cinematografía colombiana como una industria de altibajos. La historia de nuestro cine ha estado marcada desde sus inicios por épocas de auge -algunas de ellas, como la reciente, que coinciden con el apoyo y promoción del Estado- y profundas crisis posteriores.

"La época dorada que llegó hasta mediados de los 80, la saboreé yo", dice Díaz. Como el pintor consentido de Cine Colombia, desde 1955, Díaz centro sus operaciones en el teatro El Cid, en el centro de Bogotá. Para entonces, los carteles que anunciaban el último estreno cinematográfico no superaban los seis metros de alto. Díaz los empezó a hacer siete veces más grande, en tonos pastel y con un marcado sentido épico.

Desde entonces, cuenta Díaz, los teatros de todo el país revolucionaron su forma de publicitar las películas en cartelera. En los 90, la aparición de la impresión digital y las prohibiciones que consideraban el exceso de carteles como ‘contaminación visual' marcaron el otoño de un negocio de un artista que produjo, según sus registros, más de 33.000 obras.

Pero cuando se le pregunta por el cine colombiano contemporáneo, Díaz se explaya en loas, en promesas y piropos, quizás impulsado por la huella imborrable de su corazón atravesado por las balas de Rosario Tijeras... de Flora Martínez.

Una visión totalmente antagónica a la que tuvo Gabriel Veyre, el representante en América de aquellos hermanos franceses precursores del cine y de apellido Lumière.

En 1897 el francés atracó en Panamá -entonces parte del territorio nacional colombiano-. Después de soportar una fiebre tropical durante el viaje por el río Magdalena que no lo dejó llegar a la capital de la nación, Veyre desistió de su empresa y le escribió a su madre: "Más vale morir cien veces de hambre en Francia que sufrir en estos países perdidos".

110 años después, con altos y bajos, con un puñado de estrellas que iluminan el panorama cinematográfico nacional, con una reciente ley y su consecuente aumento en la producción, cabe preguntarse si el cine en Colombia es como el sufrimiento del enviado de los Lumière o, como dice Díaz, una industria en la que "hay mucho por venir".

Por Juan David Montoya

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar