Cuando parecía que nuevamente el tema lácteo iba a ser opacado por la recta final de la campaña electoral, el presidente Álvaro Uribe Vélez se encargó de mantener vigente la discusión entre Gobierno y productores, esta vez por cuenta del procesamiento de leche.
Durante el consejo comunal presidido el fin de semana pasado en el municipio de Chachagüí (Nariño), el mandatario volvió a desestimar los temores de los productores sobre la inminente quiebra de la industria lechera nacional con la entrada en vigencia del acuerdo comercial con la Unión Europea.
“Nosotros hemos protegido bastante el sector. Resultados: Colombia producía 12 millones de litros de leche, hoy produce 18 millones; problemas: la industrialización está muy reducida, apenas se industrializan 7,8 millones. Solución: industrializar leche”, indicó.
Pero esta declaración no ayuda a despejar las dudas que aún persisten en la industria, la más reciente por cuenta del documento Conpes que el Gobierno prepara para su formalización. “A nivel presupuestal no se ha definido cuáles serán los recursos a asignarse”, comenta Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Procesadores de Leche (Asoleche).
Quienes han promovido la discusión sobre un monto específico han sido los mismos gremios, pero se manejan dos cifras: los cálculos de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán) apuntan a $4 billones durante la próxima década, mientras que la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) estima más de $150.000 millones anuales.
Por su parte, Jenaro Pérez, gerente general de Colanta, que procesa 2,2 litros de leche al día, propone que vuelva a prohibirse la venta de leche cruda, “que no tiene ningún control de calidad”, y que además, de los US$37 millones de ayuda que prometió Europa, se les entregue un subsidio de $100 por litro a los productores organizados.