El impedimento para votar la reforma política que anunció el senador Rodrigo Lara, levantó una polvareda durante una audiencia pública que se realizó en el Congreso para discutir la iniciativa. El parlamentario justifica su decisión y asegura que sus detractores buscan hacerlo quedar mal. También, reconoce que al Gobierno “ya no le gusta” la iniciativa.
¿En qué consiste su impedimento?
Yo reemplazo a Germán Vargas Lleras, quien se encuentra estudiando en Europa. La licencia de él termina el 20 de julio y, luego de eso, lo más probable es que a mí me toque ocupar la curul de alguna de las personas capturadas por parapolítica en mi partido. Por lo tanto, debo abstenerme de tomar decisiones, para bien o para mal, con respecto a este proyecto. La Ley es clara. Mi sanción podría ser pérdida de investidura.
Pero quienes le critican su decisión dicen que la inhabilidad tiene que ser actual, no futura...
La norma existe y está establecida en este momento. Esto se lo consulté a juristas como Jaime Castro y Orlando Santofimio.
¿Cómo se sintió en la audiencia pública del jueves, en la que lo responsabilizaron por la suerte de la reforma?
Me atacaron en gavilla. Fui objeto de los insultos de la Claudia López durante los veinte minutos que duró su intervención.
Y si no estuviera impedido ¿cómo votaría la iniciativa?
Siempre he dicho que ésta es una reforma light y de una frivolidad jamás antes vista. No sirve para absolutamente nada. Ojalá no estuviera impedido para votarla negativamente.
Los defensores de la reforma dicen que lo que se está definiendo es si los ‘paras’ se quedan en el Congreso...
¿Entonces porque yo entro en reemplazo de otro hago parte de la bancada del paramilitarismo? ¿Y si entra Alfonso Valdivieso? Es un debate falso el que plantean.
¿Por qué el Gobierno le hizo tanta fuerza al proyecto al principio y luego parece haberse desentendido del mismo?
Al Gobierno no le gusta la reforma. Nadie imaginó la frivolidad de la ‘silla vacía’ con medida de aseguramiento.
Dicen que le han dado muy duro en la Comisión Primera...
A mí nadie me ha dado duro. Yo no estoy allá para pasar agachado y no me da miedo el debate.
La agonía del acto legislativo
El proyecto de acto legislativo de la reforma política, con el que se pretende blindar al Congreso de la influencia de grupos ilegales y narcotráfico, está hoy más embolatado que nunca.
Aunque muchos defensores de la iniciativa ven en el impedimento del senador Rodrigo Lara la causa principal para su naufragio, lo cierto es que al menos la mitad de la Comisión Primera del Senado, célula legislativa en la que se tiene que debatir el proyecto la próxima semana, está inhabilitada para la discusión. Además, tres de sus parlamentarios están en la cárcel por cuenta del escándalo de la parapolítica.
A la reforma le restan dos de ocho debates. Luego de ser discutida en la Comisión Primera del Senado, deberá pasar a Plenaria. Todo esto debe suceder antes del 20 de junio, fecha cuando acaba el período legislativo. Así las cosas, todo indica que el proyecto se hundirá inevitablemente.