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Una mañana de luto en Usme

Un bus escolar fue arrollado por una volqueta: un niño muerto y nueve heridos.

El Espectador
20 de marzo de 2009 - 11:19 p. m.

El accidente ocurrió el viernes a las 7 a.m. en la antigua vía a Villavicencio cuando los niños se dirigían al colegio. Los habitantes de la vereda Los Soches denuncian que  nunca se han hecho labores de mantenimiento en la vía. 

Eran las siete de la mañana cuando el bus del colegio Los Soches, con 20 pasajeros, fue atropellado por una volqueta que transportaba escombros. Los vecinos de la vereda, con el mismo nombre de la localidad de Usme, fueron los únicos testigos del fuerte estruendo que retumbó durante más de un minuto en las montañas de la antigua vía a Villavicencio. Después vinieron los gritos, las sirenas de las ambulancias que acudían a auxiliar a los heridos y el llanto de las madres que habían llegado hasta el lugar del accidente en busca de noticias sobre sus hijos.

A los pocos minutos las autoridades anunciaron la fatal noticia. Édgar David González, de 10 años, falleció. El golpe fue tan fuerte que no había nada que pudieran hacer los médicos que ocupaban las ocho ambulancias que se desplazaron hasta el lugar. Tres máquinas de bomberos, junto con un grupo de agentes de tránsito, también acordonaban el área. Después de las respectivas evaluaciones médicas fueron trasladados hasta los hospitales de El Tunal, Meissen y San Rafael 12 personas, entre las que se encontraban nueve niños, entre los seis y 15 años, y los dos conductores de los vehículos.

Al conocer la noticia los habitantes de la vereda Los Soches acudieron a ver lo que pasaba. Lamentaban el hecho, les decían a las autoridades que era algo que se venía venir, que en la vía nunca se habían hecho labores de mantenimiento, que hacía falta señalización y que a pesar de que no estaba permitido el tránsito de camiones, era común ver este tipo de vehículos infringiendo las normas de tránsito.

La Policía Metropolitana de Tránsito pudo establecer que el accidente había sido ocasionado por una falla en los frenos del camión. Algunas personas decían que Germán Acuña, conductor de la volqueta, estaba en estado de embriaguez y que por eso había perdido el control del vehículo.

“No se ha podido establecer si el conductor estaba embriagado en el momento del accidente. Los médicos del hospital de Meissen están haciendo las respectivas valoraciones, pero todavía no se conocen los resultados de la prueba de alcoholemia”, explicó el comandante de la Policía Metropolitana de Tránsito, el coronel Jaime Moreno.

Hacia el mediodía la Secretaría de Salud reportó que de los 12 heridos, siete habían sido dados de alta y cinco seguían recluidos en los centros médicos. Entre los pacientes de mayor gravedad se encontraba Santiago Martínez, un pequeño de 10 años que había sufrido una fractura de tibia y peroné y estaba recluido en el hospital San José. “Santiago será intervenido en una cirugía abierta por los médicos del hospital. Los demás niños atendidos por la Secretaría están estables”, informó ayer el secretario de Salud, Héctor Zambrano.

El Alcalde Mayor, por su parte, lamentó el hecho e hizo un llamado a los conductores para que respeten las normas de tránsito. “Es inaceptable que este tipo de accidentes ocurra”, dijo. Según el concejal liberal Germán García, en 2008 se registraron 256 accidentes donde resultaron involucrados vehículos de transporte escolar en Bogotá. “Del total de accidentes ocurridos, 36 fueron choques con heridos o lesiones personales, y por estos 36 accidentes fueron valoradas y hospitalizadas 53 personas. En total se registraron seis con muertos”.

García tramita un proyecto que busca declarar como bien de interés cultural la plazoleta “21 ángeles”, un espacio habilitado en el Jardín Botánico José Celestino Mutis, en homenaje a las familias de los niños que perdieron la vida el 28 de abril de 2004 en el accidente del bus escolar del colegio Agustiniano en la Avenida Suba, al norte de la ciudad. Aquella tragedia estuvo marcada por la negligencia, la falta de previsión, la ignorancia y la desidia. El viernes, esas mismas fatales y absurdas razones confluyeron en la vía al Llano, y una vez más toda la comunidad está de luto.

Por El Espectador

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