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Esclavas de la vanidad

Las dietas rigurosas y el abuso del ejercicio ponen en riesgo la vida de muchas mujeres que sueñan con ser perfectas.

Redacción Vivir
02 de octubre de 2009 - 10:00 p. m.

“Por el afán de estar perfecta, a veces uno se toma lo que le recomiendan sin medir los riesgos y estas son las consecuencias”. Con estas duras palabras Diana Salgado, ex Señorita Valle, explicó algunas de las razones por las cuales tuvo que entregar el jueves su corona y abandonar la ilusión de obtener el título de la mujer más bella de Colombia. Esta hermosa vallecaucana sufrió complicaciones de salud, fruto del estrés, las extenuantes jornadas de trabajo y la rigurosa dieta a la que se sometió para bajar de peso, en la que incluyó pastillas quemadoras de grasa.

El médico estético Sergio Alejandro Rada, quien trató a la ex reina desde antes de que fuera coronada, explicó que probablemente su desespero por perder los kilos que había subido luego de su elección la llevó a recurrir a prácticas que afectaron seriamente su salud. Esta no es la primera vez que una reina debe pagar el precio de la vanidad. Las exigencias de los concursos de belleza han llevado a muchas jóvenes a trastornos de alimentación, a obsesionarse con las cirugías plásticas o a recurrir a peligrosas prácticas para lucir una figura esbelta.

Por ejemplo, en abril de este año Stephanie Naumoska, una de las candidatas a Miss Australia, sorprendió a los jurados cuando desfiló en traje de baño y mostró su extrema delgadez, con 1,80m de estatura y 47 kilos de peso. El afán por lucir casi perfecta también llevó a la ex Señorita Brasil Juliana Borges a someterse a más de 20 operaciones para corregir sus supuestos defectos físicos.

Y la ex Miss Universo Alicia Machado —quizás uno de los casos más recordado— tuvo que “matarse” por bajar los 12 kilos que ganó después de ser coronada como la mujer más bella del mundo, debido a que la ansiedad de su nueva vida y las restricciones alimenticias durante su preparación para el reinado la llevaron a comer compulsivamente.

Aunque en el mundo cada vez hay mayor conciencia sobre enfermedades como la anorexia y la bulimia, e incluso en países como Francia, Inglaterra y EE.UU. se restringen la publicidad y los desfiles con modelos muy delgadas, todavía falta un largo camino por recorrer para lograr que las jóvenes que participan en los reinados no pongan en peligro su vida con tal de llevarse la corona.

Los sacrificios para obtener la corona

Para tener un rostro hermoso y una figura impactante y armoniosa, las mujeres que compiten en los concursos de belleza deben hacer grandes sacrificios si quieren quedarse con la corona:

Cuidar demasiado su alimentación para no subir ni un gramo de peso.

Pasar por el quirófano en caso de que existan algunos detalles de su cuerpo que deban pulir.

Dedicar varias horas del día al gimnasio para tonificar el cuerpo.

Meterse en tinas de hielo para reafirmar la piel y disimular la celulitis, en caso de tenerla.

Por Redacción Vivir

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