¿Qué tanto le gusta el vallenato?
Me encanta. Más que la mía, es la pasión de Colombia.
Pero le gusta más el pop.
(Risas) Me gusta toda la música, soy melómana.
La diferencia entre dirigir una emisora de vallenatos y liderar Olímpica.
Es la misma función. En Olímpica el 60% de la programación es de vallenatos.
¿Y cómo es estar casada con cantante vallenato?
No es fácil, por la profesión de cada uno. Nos tocó muy duro, porque como yo era la directora me decían que lo ponía porque era mi esposo, pero eso nos ha fortalecido.
Un recuerdo de San Gil.
El colegio y la banda de guerra, en la que participaba. La época de la adolescencia es la mejor.
El mejor vallenato de la historia.
El que canta mi marido.
Uno que le guste.
Simulación, de Diomedes Díaz. Ese puede describir mi vida de adolescente, cuando no me gustaba tanto ese género. Terminé haciendo lo que dice la canción, casándome con un cantante vallenato.
El que no pegó.
¡Ay, Dios mío! Un vallenato en inglés que me trajeron, qué pecado.
El que más le gusta de los que canta su esposo.
‘La que yo más amo’, de su producción anterior. Me lo dedicó.
El mejor jefe que ha tenido.
El que tengo hoy, Rafael Páez, sin demeritar a los anteriores. De todos se aprende.
¿El reggaetón está en decadencia?
Sí. Tuvo una época fuerte y pensábamos que iba a durar más. Más que un género es un estilo que pasó de moda, como el meneíto, la lambada.
La canción que no le gustó.
Eso sí es atrevido… una que era el homenaje al celular, de Beto Zabaleta.
Un concierto inolvidable.
El de Vicente Fernández este año con Olímpica, asistieron casi 80 mil personas.
¿Le gusta el tropipop?
Sí, claro. Le da aire a la música. Es parte de lo que debe vivir el cambio generacional.
El mejor columnista del país.
Daniel Samper.
¿Para qué es negada?
Hice como seis cursos de inglés. Dos en el Colombo, dos en Praxis, en el Natural Learning Corporation. Soy muy dedicada al trabajo, pero inconsistente en el inglés.
Su talento oculto.
El canto. Alguna vez pensé que podría ser cantante, pero no.
¿Qué le falta a la radio en el país?
Más emisoras. El medio es muy cerrado. Que haya más licitación y más espacio de trabajo. Todos los días salen profesionales de las facultades, pero no hay medios.
Una embarrada al aire.
Cambiarle el nombre a un oyente, entrevistar a un artista y preguntarle cosas de otro.
El disco que más va a pegar en diciembre,
Regálame una rosa, de Penchy Castro; Las mujeres, de Carlos Vives.
¿Qué tan resentido está el mundo musical con el tema de la piratería?
Mucho. Con $2.000 en la calle consigues 200 canciones, mientras el artista la tiene dura, a veces paga de su bolsillo para hacer un CD y la disquera le dice que no… Pasa en todo el mundo.
Lo mejor de Santander.
El clima, la comida, la tierra, el paisaje, mi casa, todo. Santander es hermoso.Y la verraquera con la que somos criados.
¿Y si ha hecho canotaje en San Gil?
No, llevo a mis amigos a que hagan, pero no he sido capaz.
¿Cómo la contentan?
Se me pasa rápido. Pero cuando me vean histérica que no se me acerque nadie, porque me acuerdo de los errores de todo el mundo.
El mejor DJ del país.
Todos tienen su estilo. Más que DJ, admiro personajes. Admiro a Judith Sarmiento, ícono de la radio, que hacía periodismo y tenía una voz hermosa.
¿Qué vallenato le gusta más el de antes o el de ahora?
El vallenato se divide en tres etapas. El clásico, que me encanta; de los románticos me encanta Jorge Celedón; y del actual, silvestre, en esa generación está mi esposo, Penchy Castro.
El mejor cantante de salsa de todos los tiempos.
Willie Colón, Marc Antony en esta generación.
La que más le ha tocado programar.
Los caminos de la vida. Fue el vallenato de la historia todo el tiempo. Señora, La Creciente.
¿Qué le falta al vallenato?
El maestro Escalona.
¿No la han llamado a rectificar por chismes de la negra Candela?
Más que rectificar, he tenido llamados de amigos a preguntar. A veces hablo con ella, a veces no es fácil ese estilo de noticias. Ella responde por lo que dice.
El secreto para mantener la sintonía en el punto máximo.
Tener ganas, actitud, ser uno mismo, saber a qué público se dirige, conocer lo que le gusta. Hablar con la misma gente.
El padre de la radio en Colombia.
Carlos Arturo Rueda, Juan Harbey Caycedo…mucha gente hizo mucho por la radio, algunos ya no están. Otto Greifenstein.
¿Juanes o Shakira?
Juanes.
¿Metro o transmilenio?
Metro.
Un buen plan de domingo.
Salir a pasear con mi familia.
¿En qué se parece su hijo a usted?
En el temperamento un poco, es caprichoso, en los ojos.
Defina:
Fuad Char: Olímpica.
Penchy Castro: El amor de mi vida.
William Vinasco: Un gran maestro.
Jorge Celedón: El mejor artista.
¿Qué género musical está marcando la parada?
El vallenato. En la historia musical colobmiana ha sido muy fuerte. También la bachata, y hay mucho reguetonero que ahora hace merengue. No sé cómo le llamarán, “bacharengue”, “regaerengue”.
¿Para qué sirve la fama?
Para que te cobren más caro en los restaurantes. (risas). A mí la gente me escucha pero no me ve, paso de incógnito en todas partes. Tal vez me reconocen al pasar la tarjeta para pagar, cuando pongo el nombre, pero si no te oyen la voz, nadie sabe quién eres.
¿Quién le puso la señorita Dalia?
En Candela Stéreo, conocí a Yesid Hernández, un humorista que hoy está conmigo y que hacía de Don Filiberto. Él me puso así hace 15 años. Yo no tenía ni cédula, sino permiso para trabajar… hoy hasta en la casa me dicen así.
¿Y como toda santandereana es malgeniada?
Más que eso soy muy exigente hasta conmigo misma, para alguna gente indica que estoy brava.
¿Qué le saca la piedra?
Quiero que la gente camine a mi ritmo. Ah, y la hipocresía.