Una de las lecciones más importantes de la Gran Depresión es cómo el proteccionismo generalizado —y la lógica de retaliaciones que lo alimentó— contribuyó a una reducción más profunda y duradera de la actividad económica global.
El FMI estima que la producción bruta del mundo en 2009 se redujo 1,1%, mientras que la contracción del comercio fue del 25% —en parte debido a la reducción del precio de productos básicos como el petróleo—.
Colombia tampoco ha sido la excepción. Las previsiones señalan que el comportamiento del PIB del país tendrá un crecimiento de entre el 0 y el -1% (cercano al promedio mundial) pero a octubre, según datos del DANE, nuestras exportaciones de bienes registraron una caída del 17,3%, y las importaciones una caída simétrica del 20,4%.
¿Qué nos puede esperar en 2010? De nuevo siguiendo al FMI, el valor global del comercio se recuperará con un crecimiento del 10%. Eso favorecerá las ventas externas de Colombia. Empero, tenemos un talón de Aquiles: Venezuela. Aún con las restricciones comerciales aplicadas este año, entre enero y octubre de 2009 ese mercado registró ventas por valor de US$3,7 millardos, equivalente al 14% de las exportaciones totales del país y al 30% de sus exportaciones no tradicionales.
El riesgo acá no es sólo el deterioro de las relaciones políticas que se traduce en un proteccionismo discriminatorio —la amenaza de Chávez de llevar el comercio a cero— sino el efecto eventual de una crisis económica derivada de la insostenibilidad de las tasas de cambio múltiples del bolívar. En menor escala, la posible desdolarización de Ecuador (exportaciones de US$1 millardo durante los primeros diez meses de 2009) comporta un peligro semejante.
* Decano de Economía, Universidad Externado de Colombia