Cada centímetro del territorio colombiano, desde los picos más altos hasta los profundos universos submarinos, esconde tesoros naturales y fortunas culturales. Su encanto se refleja en paisajes que superan las más bellas obras de arte. Cascadas, selvas y sierras han cautivado por siglos a nacionales y extranjeros; muchos de ellos han contribuido a forjar la historia natural del país.
Hace 70 años Colombia dio su primer paso en protección de áreas verdes. En 1941 se adhirió a la Convención de Washington de flora, fauna y bellezas escénicas. Cinco años más tarde, se declaró al embalse del Muña como una zona protegida de caza y pesca. Años después se aprobó la Ley 2 de 1959, el primer estatuto de conservación ambiental que le dio preferencia al cuidado de los páramos. Pasado un año, se erigió La Cueva de los Guácharos como el primer Parque Nacional Natural.
La declaración de esta área protegida dio inicio al amparo de otros territorios. Hasta la fecha, se han registrado 55 Parques Nacionales Naturales, que resguardan más de 12,5 millones de hectáreas. El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos está ubicado en los departamentos del Huila y Caquetá. Su historia empezó desde hace más de un siglo, según Ítalo Rodríguez, su actual administrador. Se dice que en 1876 un trabajador de la hacienda La Lorenzana encontró durante un día de caza un mundo secreto de cuevas formadas por el río Suaza.
Tal belleza natural despertó el interés de científicos e investigadores que estudiaron las cuevas, crearon mapas y, con el tiempo, gestionaron decretos y resoluciones que reglamentaron su ingreso y prohibieron la cacería del ave emblemática, el guácharo. Rodríguez, calcula que hoy 5.000 espécimenes de estos pájaros anidan en las cuevas Grande, Cuadrada, la del Indio y el Hoyo.
Naturaleza amenazada
Nuestro territorio no deja de sorprendernos y muestra de ello es el registro de continuos descubrimientos de especies, algunas de las cuales sólo habitan en Colombia. Se promedia que una de cada diez especies de fauna y flora del mundo vive en el país, razón por la cual es catalogado como el segundo más rico en biodiversidad del planeta. Sin embargo, pese al esfuerzo por proteger estos territorios, no están exentos de amenazas.
La tala, el tráfico ilegal de vida silvestre, los incendios, la pesca, la siembra de cultivos ilícitos, el cambio climático son algunos factores que constantemente atentan contra la preservación de las zonas protegidas. “Si bien hay sitios conservados, todos son frágiles. Sin embargo, la naturaleza es noble y se recupera”, afirmó la directora de Parques Nacionales Naturales, Julia Miranda. Y agregó que “un análisis hecho el año pasado, de fotografía satelital, muestra que de las 12 millones de hectáreas de parques cerca de 500 mil están afectadas”.
A pesar de los castigos que impone la ley, el hombre sigue siendo el principal agresor. Por esto, los retos de conservación son cada vez mayores. “Colombia ha avanzado en su responsabilidad, ha seguido las exigencias del Convenio de Biodiversidad Biológica, ha declarado nuevos Parques Nacionales y está comprometida en la declaración de otros más”, aseguró Miranda. A pesar de ello, el futuro del invaluable patrimonio verde colombiano depende en el compromiso y cooperación de cada uno de nosotros.
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