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El destrozo de la patria

Nunca he podido entender la forma de pensar de aquellos que creen que para mejorar su patria, hay que comenzar por destrozarla, como sucede con quienes conforman todos esos movimientos guerrilleros en el país.

Manuel Drezner
24 de octubre de 2008 - 10:43 p. m.

Hay menos de 30 mil guerrilleros y ellos tratan de implantar sus ideas a los millones de colombianos que no comulgamos con ellas, con la amenaza de que acabarán con Colombia si ellos no son los gobernantes. Es claro que si destrozan lo que hay, de poco les serviría ganar, de manera que, ¿por qué proceden así? (JOSÉ MARÍA BAYONA. Bogotá).

Aunque el lector cree que sólo movimientos guerrilleros y revolucionarios tratan de destrozar lo que hay para lograr su victoria, ese tipo de actuación es infortunadamente muy extendida. Sin ir más lejos, durante la Segunda Guerra Mundial, el mariscal Petain, antiguo héroe francés, creyó que era preferible una Francia sometida a los nazis, que otra libre pero de ideas liberales, que eran aborrecidas por Petain, y acabó manchando su fama, traicionando a su patria y entregándola a los nazis para que la destrozaran. Los inefables Reyes Católicos, en la España del siglo XV, prefirieron dejar al país sin los judíos y musulmanes que eran el segmento progresista y acabaron con el progreso del país fomentando la inquisición en nombre de su fe. Al conquistar las Américas, igualmente los españoles acabaron con las civilizaciones que por aquí había, para implantar sus creencias. Del mismo modo se repiten casos en la historia, con grupos de toda clase, que prefieren destrozar y acabar con lo que hay si con eso triunfan sus ideas. La razón de ese proceder es simple: como el fanático es intransigente, prefiere que todos mueran antes que sacrificar sus ideas, así ellas no sean compartidas por la mayoría. El fanatismo es arrogante y eso explica su proceder.

Las brujas

Según leo en su libro ¿Adán tenía ombligo?, una bruja lo amenazó que si no creía en ellas acabaría mal. Como el horrible Halloween se acerca, quisiera saber si usted acabó creyendo en brujas, porque aparentemente no le ha ido mal. (BERTA DE ARENAS. Bogotá).

Hace varios años manifesté mi incredulidad acerca de la existencia de brujas, y una dama que afirmaba serlo me informó que brujas sí existían y que me podían hacer maleficios por mi incredulidad. Como no se trataba de una de esas religiones que afirman que lo único que importa es la fe, me reafirmé en ella y, que yo sepa, si algo me ha pasado no es por brujería.

manueldr@etb.net.co

Por Manuel Drezner

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