El Magazín Cultural
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El adiós de Camilo Sesto

El próximo jueves 27 de noviembre en el coliseo El Campín. Ningún ‘show’ alcanza para abarcar sus más de 600 canciones. A sus 62 años, uno de los abanderados de la balada romántica se despide de los escenarios entonando sus mayores éxitos.

Angélica Gallón Salazar
25 de noviembre de 2008 - 12:06 a. m.

“Que no me falte tu cuerpo jamás”.  Canta él con su voz abigarrada y ronqueta mientras aparece en el escenario. El público al unísono y con algo de desgarramiento femenino le contesta “Jamás” y es tal la respuesta, que Camilo Sesto entrega conmovido y confiado el micrófono para que la audiencia que lo ovaciona termine su declaración de amor, “Jamás, jamás he dejado de ser tuyo, te lo digo con orgullo, tuyo nada más”.  Desde el 15 de noviembre, uno de los mayores representantes de la balada romántica anda robando suspiros por Colombia. Pereira, Medellín y Bucaramanga ya han sido testigos de que al cantautor español, que completa 62 años, la voz no le sale de la garganta, sino del alma. Este jueves 27 de noviembre,  el turno es para Bogotá.

“Soy algo más que un romántico”, increpa Camilo Sesto, recordando sus épocas juveniles en donde no sólo fue un rebelde que se las veía a gatas para conseguir colegio, sino en las que hizo parte de agrupaciones como Los Dayson y Los Botines. “Una de las cosas que me catapultaron como artista no fue precisamente los versos de enamorado, sino mi interpretación de Jesucristo Super Star en Madrid”, comenta el cantante que tiene registradas más de 600 canciones y que en numerosas listas musicales ha sido reconocido como el mayor coleccionista de “números 1” en todo el mundo.

Aunque, en realidad, sería más justo declararlo el rey de la lista de amantes y corazones rotos, tanta inspiración tenía que provenir de algún lado.  “Amor de  mujer, es como un juego de azar, te da la buena suerte o te la puede quitar”, entona para terminar de enloquecer a su público, que fuera de cualquier pronóstico reúne a hombres y mujeres de todas las generaciones, hasta las más jóvenes. 

Hijo de un tiempo que vio nacer estrellas que enaltecían el romance  como Raphael y Nicola di Bari  y seguidor ferviente del Dúo Dinámico, los Bee Gees y Los Beatles, a quienes interpretaba desde chico, Camilo Sesto asegura que lo que se cocinaba en España a mediados de los años 70 es irrepetible. “Muchos cantantes de esa época nos dimos cuenta de que ser auténticos y que cantar con el corazón era algo que nos hacía diferentes”, asegura Sesto, recordando sin duda todas las apuestas histriónicas, de vestuario y maquillaje que hicieron que el galm (glamour) se apoderara de los micrófonos y, que de paso,  los cantantes españoles se hicieran famosos por el mundo por darle dramatismo a la canción. 


“La música ahora es como un pasillo, un puro tralalá, le falta creatividad, le hace falta alma”, sentencia Camilo Sesto, para quien el lleno  de sus presentaciones y el gran recibimiento que ha tenido su gira por Latinoamérica se convierten en pruebas de que no se equivoca.

Su cabello, siempre largo y voluminoso, sus ropas algunas veces coloridas  y otras de corte muy retro y su cara, objeto de veneración por las jovencitas de décadas pasadas, que pareciera mantenerse  intacta con el tiempo, parecen inmortalizarse en el escenario, en esta gira de despedida más que nunca. Es la última vez que sus fans lo verán interpretando El amor de mi vida, Perdóname y Melina. 

“Yo no me subiré más al escenario, quiero saborear la vida como cualquier otro,  no quiero estar pendiente de teléfonos, aeropuertos, viajes y  escenarios”, comenta el español, que ya alguna vez había anunciado su retirada de los escenarios “cuando a mediados de los ochenta anuncié que me retiraba era porque quería ser padre y dedicarme a mi hijo, pero sabía que era temporal”, explica Sesto, quien sentencia: “esta vez es definitiva”.

Si el público exigiera que el español cantara todo su repertorio, los shows tendrían que empezar desde la tarde, pero aunque el tiempo sea más corto, este jueves el amor tendrá su oda y los padres que vivieron su adolescencia con sus canciones y los hijos que están llenos de recuerdos de infancia sonorizados con los matices de su voz, vibrarán con un adiós muy sentimental, el de Camilo Sesto.

Por Angélica Gallón Salazar

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