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Mario Uribe, freno a una cabalgata política

Fue moldeado en política de la mano de su primo, Álvaro Uribe, con quien comparte la afición por los caballos.

Élber Gutiérrez Roa
25 de abril de 2008 - 08:03 p. m.

Septiembre de 2006 no fue tan negro para el senador Mario Uribe como el del año siguiente. Los rumores de pasillo que lo relacionaban con paramilitares no sonaban con fuerza más allá de las oficinas del Congreso, en donde comenzaba la tensión por el inicio de una investigación acerca de los nexos entre la mafia y los paramilitares con los políticos de Sucre.

Mientras las autoridades encarcelaban a cuatro diputados y abrían investigación contra tres congresistas de ese departamento, Uribe dedicó aquel septiembre a la defensa de un proyecto de ley nacido de su amor por el mundo equino: el que consagraba al caballo criollo colombiano como raza oficial del país.

Tanto Uribe, como su primo Álvaro, el presidente de la República, y personajes como el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, son algunos de los más famosos jinetes de este tipo de caballos en Colombia. Los caballos le traen alegría, pero también tragos amargos, como aquel en el que el senador coincidió en la misma feria, en Pereira, con dos reconocidos narcos, pese a que asegura que asistió sólo con su familia.

De tal primo

La vida del senador ha ido de la mano de los éxitos y la controversia que acompañan al presidente Uribe. En 1989 se opusieron a la extradición, durante el gobierno Barco. Seis años después, Mario votó a favor de quitarle al enriquecimiento ilícito el carácter de delito autónomo. Y en 2005 lideró la ponencia de la Ley de Justicia y Paz, en la que se propuso convertir a las Auc en delincuentes políticos.

Dice que en la reforma de Barco sólo pretendía la extradición para votación mediante referendo; que en 1995 apoyó el proyecto sobre enriquecimiento ilícito, pero luego pidió su hundimiento; y que en la Ley de Justicia y Paz no hubo ‘micos’.

Quienes los conocen de cerca saben que tanto el senador como el Presidente de la República están tallados con el mismo molde: amigos de sus amigos, serenos y simpáticos en las conversaciones casuales, beligerantes en las discusiones y


agresivos para argumentar o para defender la honra de sus familias. Pero hay una característica que los hace aún más parecidos: su facilidad para salirse de moldes o, como lo describen algunos detractores del uribismo, la proclividad a saltarse las normas según sus necesidades.

Las salidas en falso del senador son cada vez más sonadas. En mazo de 2005 desafió a la Corte Constitucional al invitar al país a votar por la reelección presidencial así ésta la tumbara. En 2006 acogió en su partido a Rocío Arias y Eleonora Pineda, expulsadas de las listas uribistas por vínculos con paras. En 2007 renunció al Congreso para evadir la investigación de la Corte Suprema de Justicia y buscar mejor suerte en un proceso ordinario en la Fiscalía. Y ahora, cuando su captura fue ordenada por el ente que él mismo escogió para que lo investigara, intentó asilarse en Costa Rica.

Antes de su vinculación a la parapolítica, Uribe era conocido por su influencia para el nombramiento de notarios. Varios de sus familiares desempeñan ese cargo, entre ellos sus hermanos Jorge Humberto (notario 24 de Bogotá) y Ángela María (notaría segunda de Envigado) y su primo Jorge Humberto Uribe, notario de Caldas Antioquia. Benicio de Jesús, su otro hermano, se presentó como candidato a la Gobernación de Antioquia en 2007.

También eran célebres sus intervenciones en las más importantes reformas del país, desde la Comisión Primera del Senado. La reforma política, la Ley de Justicia y Paz, las reformas a los códigos penales, el estatuto antiterrorista y, por supuesto, la reelección presidencial, lo tuvieron como actor de primer orden, bien en condición de ponente, bien como simple congresista.

A mediados de 2000 fue presidente del Senado, en cuya dirección trabajó con varios de los funcionarios que hoy hacen parte del gobierno Uribe, entre ellos el asesor José Obdulio Gaviria, a quien le encomendó la redacción de sus discursos. Por esa misma época ocurrió la transacción de una de sus fincas a Juan Carlos Sierra, alias el Tuso, negocio que primero quedó en manos de una empresa de los hermanos del senador. Uribe acepta que conoció a Sierra porque nacieron en el mismo pueblo y son parientes lejanos, pero dice que no tuvo tratos ilegales con él y que ni siquiera tenía idea de su condición de delincuente.

Pero los testimonios que en verdad derivaron en su captura por orden de la Fiscalía fueron los de alias Pitirri, Salvatore Mancuso y Eleonora Pineda. El primero de ellos dijo que se reunió con Uribe para arreglar negocios de tierras que el senador les quería comprar a los paramilitares. Mancuso, que se entrevistaron otras dos veces para hablar sobre el interés de las autodefensas en expandir su ideario político, en 2002. En una de ellas Mancuso lo habría atendido por orden del extinto jefe de


autodefensas Carlos Castaño, quien “estaba ocupado”. Y Pineda asegura que llevó a Uribe a una de esas reuniones con Mancuso. (ver recuadros).

En medio del escándalo, el senador Uribe dejó de hablar de los grandes temas, se limitó a defender su proyecto sobre los caballos y esperó a que el tema no pasara a mayores, mientras que el Presidente lo defendía de cuando en cuando a través de los medios. Pero desde septiembre de 2007 no ha tenido descanso, perdió ocho kilos de peso y sus amigos temen que ahora, cuando acaba de llegar a la cárcel de La Picota, despierten viejos dolores de una lesión de cuello padecida, precisamente, al caer de un caballo.

El vía crucis de un partido

Colombia Democrática, el partido político creado en 2003 por Mario Uribe y otros líderes antioqueños, como William Vélez, ha sido uno de los más afectados por el escándalo de la parapolítica. Cuatro de sus cinco congresistas titulares —y uno de los dos suplentes que alcanzaron curul como consecuencia del escándalo— están presos. Los primeros detenidos fueron el senador Álvaro García Romero y el representante a la cámara Érik Morris. Posteriormente fue apresado Miguel Alfonso de la Espriella, sindicado de concierto para delinquir agravado. Otro de los salpicados fue Ricardo Elcure Chacón, quien había ocupado la curul de Mario Uribe después de su renuncia. Elcure se entregó a la justicia tras una orden de captura expedida por la Corte Suprema de Justicia.

La defensa de Uribe

Cuando rindió indagatoria ante la Fiscalía, el ex senador argumentó que las acusaciones en su contra eran falsas, y que prueba de ello era que no poseía tierras en Caucasia ni en Sucre. Aseguró que sus únicas propiedades eran una finca que había comprado en 1991, ubicada en Córdoba entre Sahagún y Ciénaga de Oro, y otros lotes que había adquirido tiempo después.

En cuanto a las declaraciones dadas por Mancuso, Nodier Agudelo, uno de los abogados de Uribe, manifestó que el ex jefe paramilitar había cambiado varias veces sus versiones , razón por la cual la estrategia defensiva estaría orientada a pedir una nueva declaración para confrontarla con las pruebas que llevaron a que se dictara la medida de aseguramiento contra el ex parlamentario.

Cronología

5 de abril de 2007: En entrevista con El Espectador, Jairo Castillo Peralta, alias Pitirri, aseguró que asistió a varias reuniones en las que Mario Uribe Escobar solicitó ayuda a miembros de las Auc para conseguir algunas tierras en Sucre y Caucasia.

7 de mayo de 2007: Alias Pitirri, durante su declaración en una sede de la Policía Montada de Canadá (Montreal), ante una comisión especial enviada desde Colombia, confirmó los vínculos de Mario Uribe con los paramilitares.

15 de mayo de 2007: En una audiencia de versión libre en el marco de la Ley de Justicia y Paz, Salvatore Mancuso dijo que Mario Uribe le había pedido ayuda para conseguir votos en las zonas que estaban bajo su influencia.

18 de septiembre de 2007: La ex representante Eleonora Pineda declaró ante la Corte Suprema que hubo una reunión entre Salvatore Mancuso y Mario Uribe, después de las elecciones de marzo de 2002.

26 de septiembre de 2007: La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia vinculó formalmente al entonces congresista Mario Uribe Escobar al proceso de la parapolítica por concierto para delinquir. Dos días después, Uribe renunció al Senado.

22 de abril de 2008: La Fiscalía ordenó la detención del ex parlamentario, quien no se entregó sino que buscó asilo en la Embajada de Costa Rica. Después de varias horas, le fue negado.

Por Élber Gutiérrez Roa

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