Otro triunfo de la humildad

Invertir adecuadamente los recursos, darle continuidad al cuerpo técnico y trabajar calladamente han sido las claves de los clubes que han sido sorpresa en las últimas finales.

Redacción Deportiva
06 de julio de 2008 - 11:17 p. m.

Así como lo habían hecho Deportivo Pasto, Once Caldas, Deportes Tolima, Real Cartagena, Atlético Huila y La Equidad Seguros, Boyacá Chicó demostró que para conseguir resultados positivos no necesariamente se debe tener historia, tradición y gran respaldo económico. Ellos, con trabajo y buen manejo de los recursos, han logrado títulos o subtítulos desde 2002 cuando se implementaron los torneos cortos.

Eso, además de ratificar que el nivel del fútbol colombiano es parejo, significa una bofetada para algunos clubes ‘grandes’ que pretenden seguir viviendo del nombre y la gloria de antaño.

“Aquí no se trata de contratar por contratar, sino de invertir bien la plata. Nosotros no compramos jugadores que nos recomienden, adquirimos a los que vemos y a quienes estamos seguros de que tienen las condiciones para triunfar”, explicaba anoche Eduardo Pimentel, el gran artífice de la primera estrella del conjunto ajedrezado.

El técnico Alberto Gamero, por su parte, no dudó en señalar que “la gente cree que los equipos chicos no trabajan, pero es todo lo contrario. Están haciendo un doble esfuerzo para ponerse a la altura de los demás. Uno acá puede hacer pequeños procesos, mientras que en un club grande se supone que hay que ganar siempre y si las victorias no llegan pronto, entonces chao, te sacan. Acá, por ejemplo, la condición era no estar en posiciones de descenso. Luego, tratamos de ser habituales protagonistas en los cuadrangulares y desde hace un año nos dimos cuenta de que podíamos llegar a la final. Ahora somos campeones”, señaló con lágrimas en los ojos luego de dedicarle la estrella a su recién fallecido padre, Ricardo, en cuya memoria el estratega samario lució durante la celebración una camiseta que decía: “Papá, este triunfo es para ti, gracias viejo por darme todo, te quiero mucho”. En la parte posterior estaban escritos los nombres de varios de sus familiares. Adriana, Adrianita, Milton, Richard, Chela, Tito, Andrea y Ángela, entre otros. “Porque estos triunfos, primero que todo, son de la familia”, agrega.

El estratega samario, que irá un par de días a su tierra a compartir el título con su amigo Carlos El Pibe Valderrama, comentó en el camerino que “se hizo justicia porque estuvimos durante todo el torneo en los primeros lugares, mostramos un buen fútbol y salimos a dar espectáculo en todos los estadios del país. Estoy muy orgulloso de este grupo, una mezcla perfecta entre experiencia y juventud, un equipo alegre, unido, en el que todos pusieron su granito de arena, desde Miguel Caneo un hombre de talla internacional, hasta los jugadores de la casa, los que llegaron a probarse acá hace un par de años y ahora son campeones de Colombia”.

Por Redacción Deportiva

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