El delantero brasileño fue detenido el miércoles, acusado de una presunta agresión sexual a una mujer de 18 años, en un club nocturno el pasado 14 de enero. El artillero del Manchester salió la noche del miércoles mismo de la cárcel tras pagar una fianza y ser interrogado por la policía en Leeds, donde supuestamente ocurrió el delito cuando estaba de fiesta con compañeros. “Él rechaza cualquier acusación de haber hecho algo indebido o de haber cometido algún crimen, y está dispuesto a seguir cooperando con la policía si así lo requieren”, dijo su vocero Chris Nathaniel.
Robinho también encara un procedimiento disciplinario interno de parte de su club. Pocos días después del supuesto incidente en el club nocturno, el ariete abandonó sin permiso una concentración del equipo en Tenerife y viajó a Brasil para atender asuntos familiares importantes. El técnico Mark Hughes dijo que el equipo multará a su estelar jugador por el viaje. “Robinho será tratado de la misma manera que cualquier otro jugador del Manchester”, dijo Hughes.
Robinho, quien vive en Manchester con su pareja Vivian y su hijo de un año, Robson Junior, regresó de Brasil el domingo y al otro día estaba en los entrenamientos.