Publicidad

Más de un secreto com partido

Un ejemplo para la Sub 17 de fútbol de Colombia, que este domingo busca su paso a cuartos en el Mundial de la categoría, es la prejuvenil de Finlandia,  cuarta del planeta en 2003.

Fabián Mauricio Rozo Castiblanco
07 de noviembre de 2009 - 09:00 p. m.

La clasificación lograda en el Suramericano Prejuvenil de Santa Cruz de la Sierra, que volvía a sellar un pasaporte mundialista tras una década de ausencia, ya era una anécdota y Finlandia esperaba por un grupo de adolescentes que habían conquistado a su manera parte del continente y, no conformes con ello, iban por más.

Pero antes de atravesar el Atlántico a comienzos de agosto de 2003, a Eduardo Lara, entonces técnico de la Sub 17, se le ocurrió una idea para sacar ventaja en la nómina y que luego de ser compartida con su grupo de colaboradores, recibió respaldo unánime, tal cual lo confirma la memoria del ex seleccionador nacional: “Como se debían inscribir 22 jugadores y, de ellos, tres arqueros, decidimos registrar como el tercero a Mario Gómez, que era delantero, y así nos ganábamos un jugador de campo”.

La jugada parecía perfecta hasta que aterrizaron en Helsinki, donde la Fifa les notificó de entrada que los porteros anotados en planilla no podían desempeñarse en ningún otro puesto. Entonces, el DT fue el primero en reconocer que “por dárnolas de vivos, terminamos siendo bobos al perder un hombre que no pudimos utilizar en la Copa del Mundo”.

“Me veía todo raro calentando con uniforme de arquero, porque hasta grande me quedaba”, es lo único que la risa le permitió decir al atacante de Santa Fe, quien espera como un hincha más, prácticamente lo que fue hace seis años, que hoy la selección prejuvenil avance a los cuartos de final del Mundial de Nigeria.

La Sub 17 tricolor, dirigida por Ramiro Viáfara, asistente técnico de Lara en Finlandia, busca esta mañana frente a Turquía igualar al menos lo hecho por aquella selección que finalizó cuarta a nivel orbital en la mejor participación nacional hasta el momento, tras perder el tercer puesto con Argentina desde el punto blanco (4-5).

Estar a un paso de lograrlo motiva al técnico, quien a su vez considera que “establecer comparaciones entre ese grupo y el actual no vale la pena, pero al haber sido parte de ambos, puedo decir que la unión, el compañerismo y el respeto que noto ahora lo viví con los muchachos de ese entonces”.

Pinto ayudó a dar en el Blanco

Igual, curiosidades tampoco han faltado en la quinta experiencia mundialista de la categoría, por ejemplo que el último jugador en sumarse a la plantilla fue el que terminó reviviéndola frente a Argentina el miércoles pasado en Ijebu-Ode.

El gol de Jean Carlos Blanco, que igualó el juego contra los albicelestes e impulsó a los nuestros al triunfo tan agónico como emotivo, fue un golpe de fortuna que encierra además una historia oculta, la cual incluye al propio Jorge Luis Pinto, quien fue el que lo recomendó al cuerpo técnico nacional en plena etapa de preselección y una vez fue convocado de emergencia ante la lesión de Edwin Cardona, el DT del Cúcuta permitió que abandonara la concentración para que viajara de inmediato a España.

El primero en agradecer ese gesto es Rodrigo Larrahondo, preparador físico de la Sub 17 de hace seis años y de la actual en el Suramericano, mas no en el Mundial por su compromiso con la absoluta en la eliminatoria. Herramientas de sobra tendría el PF para establecer paralelos, pero prefiere resaltar “la evolución innegable del grupo tras meses de trabajo; por ejemplo, en 2003, del plantel de Santa Cruz al que estuvo en Finlandia se elevó considerablemente su talla, porque de un promedio de 1,78 metros pasó a 1,83, y en el peso se subió de 68 a 74 kilogramos”.

Por biotipo entonces podría compararse al arquero Cristian Bonilla con Libis Arenas, mientras si de estilo de juego se trata, Jeison Murillo se proyecta en la zaga como lo hizo Cristian Zapata, el atrevimiento de Stiven Mendoza se asemeja al de Harrison Otálvaro, o por liderazgo, manejo y hasta pegada, Fredy Guarín tendría en Gustavo Cuéllar a un posible sucesor.

Falta tiempo para confirmarlo, pero mientras lo único que Viáfara sí puede afirmar sin dudar es que “Eduardo (Lara) tiene mucho que ver en esto, porque siempre ha sido la cabeza para orientar, aconsejar y apoyar, ya que a pesar de su responsabilidad con la de mayores, nunca dejó de seguir los procesos de las menores”.

Tal reconocimiento es más que un alivio para el técnico vallecaucano después de un mes en el que dirigió la eliminación de Sudáfrica con un curso en México y ahora, en su calidad de coordinador de las selecciones menores, acompaña en Bolivia a la Sub 15 en el Suramericano de la categoría.

Desde el altiplano ganas no le faltaron de enviarle un saludo al amigo que le recibió la prejuvenil con el compromiso de llevarla lo más lejos posible, pero se abstiene de emitir concepto alguno sobre la tricolor que ya está entre las mejores ocho del mundo en Nigeria, para evitar así una que otra suspicacia.

Prefirió, entonces, centrarse en el debut nacional de ayer frente a Perú en el Tahuichi Aguilera de Santa Cruz, casualmente el escenario donde junto a Viáfara, Larrahondo y compañía, empezó a construir una generación modelo para los adolescentes de ahora.

Por Fabián Mauricio Rozo Castiblanco

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar