Fallo de alto calibre

Billy Radacinsky, un ex policía neoyorquino, cree que permitir que las armas se compren y lleven libremente disparará los índices de violencia en todo el país. “Es un paso en falso, es como volver a los años 80”, advierte.

Álvaro Corzo V. / Nueva York
03 de julio de 2010 - 08:00 p. m.

En un país donde mueren casi cien personas al día por heridas con armas de fuego, es preocupante y desesperanzador ver en la televisión grupos en diversos lugares del país celebrando la decisión de la Corte Suprema, dice con tono preocupado Billy Radacinsky, un oficial retirado de la fuerza policial de la ciudad de Nueva York al preguntarle sobre el pronunciamiento del tribunal, el cual restringe el poder de la autoridad estatal para regular la venta y porte de armas en todo el país.

Para Billy, quien vivió en carne propia la inclemencia de principios de los años ochenta cuando Nueva York era una de las ciudades más violentas de Estados Unidos, esta decisión es un paso en falso para la seguridad de todos sus habitantes. “Se abre la puerta para que ciudades como Nueva York, Chicago, Newark, Jersey City, Boston, lugares que han invertido tanto dinero y derramado tanta sangre para combatir el crimen, vuelvan al pasado.

“Eran días en que las calles estaban llenas de armas de todo tipo, su venta y porte era demasiado laxo, por no decir nulo, no era extraño que el número de muertes por armas de fuego fuera excepcional”, recuerda el ex oficial de ascendencia polaca al hacer un recuento de sus 22 años de servicio, en los que su experiencia le dan la convicción de afirmar que a mayor flujo de armas en las calles, legales o ilegales, la inseguridad y el crimen habrá de aumentar. “Este es un hecho innegable”.

Por su parte, para Thomas King, presidente de La Asociación Estatal de Rifles y Armas de Fuego de Nueva York, Radacinsky está errado. “La intención de esta decisión no es alentar el crimen, por el contrario, es preservar el derecho constitucional de los americanos a defenderse”. Y añade: “Este principio fundamental consagrado por los padres de la Independencia es parte imprescindible de nuestra identidad como estadounidenses, es por eso que esta lucha jamás la vamos a abandonar”.

En este debate tan polarizado, Radacinsky tiene una postura clara al rehusarse a creer que el interés de esta batalla de los defensores del uso y porte de armas se restringe simplemente a su carácter político e ideológico. “En este país se venden millones de armas al año, este es uno de los negocios más rentables que existe, garantizar su venta y distribución significa asegurar el futuro de algunos sectores, el problema es que su costo es muy alto para el resto la sociedad”, añade el neoyorquino, de 66 años.

Se estima que cada minuto se venden siete armas en los Estados Unidos, casi un total de 400 mil al año. Cifras del Departamento de Justicia aseguran que en el país circulan alrededor de 237 millones de armas de fuego.

Es por esto que la preocupación de Radacinsky, como la de otros sectores de la sociedad civil, se suma a la de la Coalición de Alcaldes en contra de la armas, un grupo que congrega 240 funcionarios de todo el país que luchan por detener el ascenso del número de armas y del crimen en sus ciudades. “Haremos todo lo que sea necesario para mantener el índice de crímenes lo más bajo posible, es ahí donde el tema del porte de armas es crucial”, dijo Michael Bloomberg al conocer la decisión del Tribunal, la cual abre el camino para una intensa batalla jurídica que buscará derogar todo tipo de restricciones estatales a la compra, porte y uso de armas de fuego.

Por ahora, analistas prevén que California, Nueva York, Massachusetts, Nueva Jersey y Maryland entren en costosos procesos jurídicos con las altas cortes por este tipo de demandas que pondrán a prueba el futuro de sus políticas en materia de seguridad. “Estamos a la expectativa de la decisión que tomen los tribunales sobre la demanda que se interpuso contra el estado de Illinois. A partir de este importante fallo formularemos una estrategia integral de carácter nacional”, concluye King, presidente de La Asociación Estatal de Rifles y Armas de Fuego de Nueva York. “Soñamos con el día en que todos los ciudadanos de este país puedan, con un simple filtro de seguridad, comprar y portar armas sin restricción alguna por todo el territorio nacional”.

Por Álvaro Corzo V. / Nueva York

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