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El costo de pasar la base de Manta a Colombia

Estados Unidos está buscando un lugar para trasladar la base militar que tiene en Ecuador. El gobierno de Uribe no ha cerrado la puerta.

Zachariah Bruyn Decker/ Especial para El Espectador
06 de junio de 2008 - 11:03 p. m.

¿Hay planes para trasladar la base norteamericana de Manta a Colombia? ¿Qué costos y beneficios puede tener ese traslado para ambos países? ¿Qué implicaciones tiene para la soberanía colombiana? ¿Por qué Hugo Chávez amenaza con atacar si esa base se establece en La Guajira?

Para responder estas preguntas, primero hay que desmitificar la naturaleza de esta pequeña base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. El acuerdo con Ecuador, suscrito en 1998 y puesto en vigencia en 1999, permite hasta 475 funcionarios norteamericanos, entre militares y contratistas, aunque el personal destacado no supera los 230; de éstos, sólo 13 pertenecen a la Fuerza Aérea estadounidense y son asignados por un año, luego son trasladados a otra unidad. El resto son contratistas, incluyendo ecuatorianos que proveen servicios de cafetería, mantenimiento y bomberos.

Media docena de aviones de la Fuerza Aérea, guardacostas, aduana y armada hacen patrullajes constantes desde Manta para detectar las embarcaciones y avionetas en el Pacífico que transportan narcóticos a Estados Unidos. En 2004 se calcula que la cantidad de drogas interceptadas gracias a la información de esos vuelos superó los mil millones de dólares. Una cantidad similar se incauta cada año, presupuesto muy superior al modesto que mantiene la base, logrando que el análisis de costo-beneficio permita ver que Manta es bastante rentable para el país del norte.

Es obvio que Estados Unidos quiere conservar esa base o una similar. Trasladarla a Colombia es una opción real y, sin duda, se han presentado discusiones sobre el tema entre ambos países, pero no significa que se haya concretado un acuerdo: ambos gobiernos tendrían que ratificarlo primero.

En el caso estadounidense, el Congreso tiene que aprobar el traslado, pues éste implicaría un presupuesto controlado por el Legislativo. Además, el tema de ayuda a Colombia divide a los congresistas a tal punto que, a veces, es mejor perder capacidad militar que luchar contra el Congreso norteamericano. Sería aún más difícil en el cuerpo legislativo colombiano donde las implicaciones para su soberanía serían el motor del debate. De hecho, ese parece ser el análisis del Comando Sur. Las noticias del mes anterior indican que la base de Manta no sería reemplazada y se procedería a realizar esas misiones desde las bases de Miami, Curazao y El Salvador.

Sin embargo, las recientes declaraciones del embajador estadounidense en Colombia, James Brownfield, sobre la posibilidad real de trasladar la base de Manta a La Guajira, pone en duda cuál es la política a implementar. Todo indica que el gobierno de Estados Unidos cambió de idea en el último mes. El presidente Álvaro Uribe tampoco ha cerrado la puerta, porque en una declaración dijo que una base norteamericana en Colombia no se establecería en cualquier lugar provocativo para Venezuela. O sea, aunque no hay nada concreto, parece que la idea está siendo considerada por ambos gobiernos. ¿Cuál es la relación costo-beneficio de tener ese centro operativo en Colombia?

Para Estados Unidos el costo sobrepasaría el presupuesto anual designado para el Plan Colombia. Además, no es fácil abandonar Manta, un lugar donde se han invertido bastantes recursos y dinero. Finalmente, aunque Colombia es hoy un lugar mucho más seguro que cuando se estableció la base de Manta en 1999, aún tiene problemas serios y varios grupos armados ilegales de diferente índole que continúan activos podrían atacar una base norteamericana o al personal que allí reside o trabaja.

Para Colombia, el problema principal es la percepción de ceder la soberanía por pequeña que fuera la porción de suelo nacional y por lo corto que se defina el tiempo de arrendamiento entre ambos países. El simbolismo de estar “ocupado” o “subordinado” por una fuerza extranjera, particularmente el Coloso del Norte, tiene grandes implicaciones políticas. Y la verdad sea dicha: Colombia no cederá soberanía ni se someterá a Estados Unidos. Los acuerdos son contratos de alquiler y el suelo nunca deja de ser colombiano.

Normalmente es el Estado anfitrión quien provee la seguridad de la base. Por ejemplo, en las islas Azores, la Fuerza Aérea de Portugal vigila las instalaciones alquiladas a Estados Unidos, y en Manta lo hace la Fuerza Aérea ecuatoriana. En muchas partes del mundo existe este arreglo y no solamente con las grandes potencias; sin embargo, en Latinoamérica el simbolismo de estos acuerdos ha tenido connotaciones negativas. Por eso, otro costo que tendría una nueva base en Colombia consistiría en las implicaciones negativas de otros países en la región, como la ya expresada amenaza del presidente Chávez si se establece en La Guajira.


¿Cuáles son los beneficios del traslado de esta base? Estados Unidos mantendría la misma capacidad militar y no movería la base muy lejos, permitiendo que el mismo territorio cubierto hoy en día se monitoree desde la base colombiana. Muchas de las misiones ecuatorianas tenían que ver con el narcotráfico colombiano, y mucha de la información se comparte con las fuerzas de seguridad de Colombia. Es menos problemático y sospechoso para la región que Estados Unidos comparta esa información si la base está en La Guajira.

Para Colombia sería conveniente que esa base se establezca en su territorio. Primero, aumenta la eficacia en la lucha contra enemigos compartidos. Segundo, es un fuerte simbolismo de la creciente alianza con Estados Unidos. Sin embargo, los estadounidenses están reduciendo, de forma muy callada, su poca ayuda, pues hay éxito, para reforzar el derroche dinero que significa el fracaso a medias de Irak (la ayuda norteamericana a Colombia oscila entre 300 y 500 millones de dólares anuales, mientras en Irak se gastan US$4 mil millones al día). Una nueva base norteamericana en Colombia podría detener esa fuga.

Por último, debido a la creciente hostilidad de sus vecinos, una base norteamericana mandaría la señal de que un ataque a Colombia va a ser mucho más costoso porque sería interpretado como un ataque a Estados Unidos.

Pero el traslado no es lo más lógico desde el punto de vista operativo si se quiere continuar la misión. Algún lugar en el suroccidente colombiano sería más factible. De inmediato salta a la mente Tres Esquinas, por ejemplo, lugar bastante modificado por la ayuda norteamericana, pero no tengo el conocimiento técnico para decir a ciencia cierta si reúne todas las condiciones necesarias para la misión que cumplía Manta.

Por otra parte, no se ha podido establecer el origen de la información sobre el traslado, y todo apunta a que Hugo Chávez es responsable de ese rumor. Si una base se estableciera en La Guajira, ¿cuál sería el problema para Chávez? Las reivindicaciones territoriales de Venezuela sobre ese departamento serían lo de menos.

Los problemas reales son dos: el creciente número de vuelos y embarcaciones que salen de Venezuela con narcóticos para Estados Unidos y Europa, y los campamentos de las Farc y el Eln en la frontera con la República Bolivariana. Tener aviones de inteligencia en un lugar tan estratégico, donde revelaran una cantidad de actividades ilícitas de los chavistas, es probablemente lo que más le molesta al mandatario venezolano. ¿Qué tal si se lograse concretar un acuerdo sobre una base en La Guajira? ¿Cuáles son las posibilidades de que Chávez ataque militarmente a Colombia?

Venezuela ha comprado armamento moderno, pero tiene poca capacidad para mantener y sostener esos aparatos en un conflicto, además de una inferioridad en cantidad y calidad de hombres para el ataque. Las Fuerzas Armadas han destituido a sus mejores cuadros, entrenados en Estados Unidos, y se han politizado. Aunque Chávez amenace mucho, las posibilidades reales son pocas y Venezuela quedaría más aislado de lo que ya está. Además, Colombia y Venezuela son dependientes. Mucho del crecimiento económico colombiano tiene que ver con el creciente mercado en Venezuela, particularmente comestibles; por otro lado, Colombia depende del petróleo venezolano.

Una guerra o conflicto entre los dos países perjudicaría a ambos. Lo más probable es que las palabras del presidente Chávez tengan que ver con la movilización interna de la población en su apoyo mediante mensajes nacionalistas, y no con una amenaza real de Estados Unidos o Colombia hacia su país. Es común que gobiernos con problemas serios de legitimidad interna se inventen un enemigo externo para recuperarla. Un ejemplo reciente de la historia es la invasión a las Malvinas por la Junta Militar argentina poco después de estallar una crisis interna, y como ese hay muchos casos. Se puede anticipar que con los crecientes problemas internos, Chávez, se pondrá mas belicoso y radical.


Entonces, ¿qué pasa con el traslado de Manta a La Guajira? Por el momento no hay nada concreto, pero parece haber conversaciones exploratorias. A fin de cuentas, Colombia debe decidir si los beneficios de un aumento de eficacia en la lucha contra una amenaza compartida, y una creciente alianza con Estados Unidos, sobrepasan los costos que implican la percepción general de perder parte de su soberanía.

Los planes de Correa para Manta

Eje Manta-Manaos

Rafael Correa ha proyectado a Manta como un centro internacional de comercio. Para lograrlo, su gobierno quiere comunicar por tierra y agua las ciudades brasileñas de Manaos y Belem con el puerto ecuatoriano. La idea: unir el Pacífico y el Atlántico por medio de una línea férrea o una autopista. Se necesitan US$800 millones para ejecutar este plan, el cual cuenta con el interés de Corea del Sur: el embajador, Kyum Suk Kim, ofreció un crédito por 100 millones de dólares.

Aeropuerto comercial

Cuando en 2009 termine la concesión de la base militar de Manta a E.U., el Gobierno convertirá la terminal de esa ciudad en un aeropuerto internacional que una a Latinoamérica con Asia. En 2007, Correa expresó la posibilidad de entregarle la construcción del proyecto a una multinacional china. Varias aerolíneas están interesadas en establecer vuelos desde y hacia ese destino.

Refinería nueva

Ecuador y Venezuela quieren construir una refinería en la región. A pesar de las protestas de las autoridades locales y las organizaciones ecologistas, Galo Chiriboga, ministro de Minas y Petróleo, dijo que disminuirá el impacto ambiental. Se necesitan 5.000 hectáreas para su edificación: 2 mil comprenderán la infraestructura, y 3 mil para una zona de amortiguamiento. La fecha tentativa para iniciar la obra es el próximo 7 de julio.

En cifras

475

Funcionarios norteamericanos, entre militares y contratistas, son los que están destacados en la Base de Manta. De ellos, sólo 13 son estadounidenses.

500 

Millones de dólares es la ayuda anual norteamericana a Colombia. En Irak se gastan US$4 mil millones al día.

Por Zachariah Bruyn Decker/ Especial para El Espectador

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