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Nancy Pelosi, la dama de hierro

La mujer detrás de la aprobación de la reforma de salud en Estados Unidos.

Álvaro Corzo V. / Nueva York
23 de marzo de 2010 - 10:30 p. m.

“Atravesaremos las rejas y si la puerta está cerrada tendremos que saltarla. Si el muro es demasiado alto habrá que buscar cómo pasar por encima. Y si esto no funciona, llegaremos en paracaídas. Pero sea como sea vamos a pasar la reforma a la salud”, dijo Nancy Pelosi hace mes y medio cuando todo su partido, incluido el propio presidente Obama, estaba a punto de recular del trascendental proyecto, luego del descalabro electoral que sufrieron los demócratas con la elección de Scott Brown en Massachusetts. La misma derrota que les arrebató la mayoría absoluta en el Senado.

Sin embargo y a pesar de que los grandes barones del partido demócrata, entre éstos Rahm Emanuel, jefe de gabinete y talismán político de Obama, ya habían puesto en marcha la tarea de partir el proyecto en pequeñas partes para asegurar su aprobación y de paso evitar una tragedia política para Obama, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, les salió al paso con un plan propio de la mítica dama de hierro. Llevar a votación de la Cámara el proyecto en un proceso reconciliatorio, el cual necesitara tan sólo una mayoría de 51 votos en su regreso al Senado.

Para esto empezó impulsando una serie de medidas desde su asiento en materia de creación de empleos con el fin que los representantes demócratas recobraran terreno con sus electores y decidieran comprometerse nuevamente con la controvertida reforma. Le siguieron agudas y extensas negociaciones bajo su batuta en el interior del partido en puntos tan críticos como la no utilización de recursos federales para la práctica de abortos, la expansión del Medicaid y los subsidios a pequeños negocios. Todo con el fin de alcanzar los 218 votos necesarios para su aprobación.

Sin embargo hacía falta ese momentum que daría al presidente ese último aire para llegar a la meta. Por eso, cuando supo de fuentes confiables que la prestadora de salud Anthem Blue Cross anunciaría un incremento del 25% en sus tarifas para sus usuarios en el estado de California, llamó inmediatamente a Obama y a su equipo para poner en marcha la fase final de su estrategia: una gira presidencial por Pennsylvania, Missouri, Ohio y Virginia, estados de los cuatros representantes demócratas que aún no daban el sí.

“Yo he trabajado en el Congreso y en la Casa Blanca por cerca de 40 años y nunca en mi vida había visto a alguien tener una visión y un control tan perfecto de la situación como la de Nancy Pelosi”, dijo el representante por Virginia Jim Moran antes de entrar a votar este domingo, conociendo de antemano que la victoria era un hecho gracias a Pelosi.

De armas tomar

Nancy Pelosi es la primera mujer en la historia de los Estados Unidos en liderar el Partido Demócrata en el Congreso. Desde que fue elegida para la Cámara de Representantes por California en 1987, nunca ha tenido un traspié electoral. A pocos días de cumplir 70 años, Pelosi, con siete nietos, es conocida por sus aguerridas posiciones políticas, a las cuales se les atribuye el hundimiento del proyecto que buscaba el incremento de tropas en Irak en 2007, la reforma al sistema de seguridad social propuesta por George W. Bush y la aprobación del paquete de rescate financiero y salvamento a la industria automotriz durante el actual gobierno.

También se le atribuye el congelamiento del Tratado de Libre Comercio con Colombia, después de expresar personalmente al presidente Álvaro Uribe su preocupación por los vínculos entres paramilitares y miembros del Gobierno.

No obstante, en estos días el éxito de su liderazgo contrasta con la falta de apoyo popular por su gestión. La última encuesta de CBS News la deja con un lánguido 11% de aprobación nacional. Incluso durante las protestas de los miembros del nuevo Partido Conservador, Tea Party, muchos propusieron que Pelosi fuera excomulgada.

Como presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi es la segunda persona en rango después del vicepresidente, Joe Biden, lo cual la convierte en la mujer de mayor cargo político en la historia de los Estados Unidos. Su padre, Thomas D’Alesandro, fue congresista demócrata por el estado de Maryland y su hermano, Thomas D’Alesandro III fue alcalde de Baltimore entre 1967 y 1971.

Ahora su único objetivo son las elecciones parlamentarias de noviembre en las cuales tratará de mantener la mayoría demócrata en la Cámara. A su favor tiene un as bajo la manga: tres semanas antes de la votación entrará en rigor la disposición que prohibirá a las aseguradoras negar el servicio de salud a menores de edad por preexistencias médicas, al igual que el giro del primer paquete de subsidios para medicamentos de adultos mayores.

Por Álvaro Corzo V. / Nueva York

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