Pese a que Alirio de Jesús Rendón, alias El Cebollero, reitera que su fortuna fue adquirida de manera legal gracias a que desde niño ha vendido frutas y verduras en Antioquia y a un millonario contrato con la Licorera de ese departamento, la Fiscalía insiste que ha administrado recursos provenientes de actividades ilegales. También, que son evidentes sus vínculos con la temible banda de La Unión, cuya zona de operaciones ha estado en los municipios de Itagüí y Envigado . Ese es el motivo por el cual el ente acusador evitó que Rendón recuperara su libertad por plena cumplida en julio pasado, argumentando que en su contra hay una investigación por el delito de lavado de activos.
En la decisión el ente acusador (citando las declaraciones de tres ex integrantes de la organización delincuencial) señala que Rendón oficiaba como jefe financiero de la temible organización ordenando extorsionar a los administradores de los locales de la plaza mayorista de Itagüí y a habitantes de los barrios que tenía bajo su control. Además de obtener beneficios de actividades derivadas del tráfico de estupefacientes. “El producto de esta actividad era ocultado, custodiado y puesto en circulación por los jefes de la organización, pues con esos dineros pagaban los gastos que demandaba el mantenimiento del grupo”, advirtió la Fiscalía.
Además, recordó que La Unión era un grupo criminal que ajusticiaba a trabajadoras sexuales, habitantes de la calle y ladrones; que controlaba la plaza mayorista de Itagüí; que cobraba vacunas y que su influencia en el municipio fue tan fuerte que incluso algunos de sus miembros fueron candidatos a corporaciones públicas. Para el ente acusador, la banda también tenía empresas fachada que eran puestas a nombre de testaferros, lo que es indicativo del delito de lavado de activos. Aunque la Fiscalía manifestó que no está en condiciones de demostrar cuánto fue el dinero obtenido de las actividades ilegales, señaló que con sentencias en firme está probada la existencia de la banda de La Unión.
Una de ellas, por ejemplo, fue la condena que llevó al propio Alirio de Jesús Rendón a pagar cuatro años de prisión por financiar e integrar la banda, luego que él mismo se acogiera a sentencia anticipada. En la providencia la Fiscalía también advierte que contra alias El Cebollero se adelanta una investigación por el delito de enriquecimiento ilícito. Aunque las indagaciones para determinar su patrimonio real, el de su núcleo familiar y el del su círculo de amigos no han avanzado lo suficiente, por lo que hasta el momento se tienen son unos cuantos informes bancarios y de bienes que él mismo ha declarado.
En su defensa, Rendón ha dicho que el proceso en su contra es un montaje que puede provenir del alcalde de Medellín, Alonso Salazar (a quien no apoyó en las elecciones pasadas) o debido, entre otras razones, a que un grupo de amigos del burgomaestre son sus competidores en la distribución de los productos de la Licorera de Antioquia. Asegura que no conoce a quienes han declarado contra él y que en la plaza mayorista de Itagüí, donde es reconocido como uno de sus líderes más representativos, hay por lo menos cuatro personas más que se llaman Alirio.
En respuesta a su declaración, la Fiscalía dice que no hay prueba de que Salazar lo quiera perjudicar y que en las licitaciones de las licoreras, que son de monopolio de los departamentos. participan muchas personas que pueden ser o no ser allegadas a las alcaldías. En caso de ser hallado responsable del delito de lavado de activos, alias El Cebollero podría pasar más de 10 años en prisión. Un juez tiene la última palabra.