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La revolución de la FOTOGRAFÍA

El modelo de negocio de la fotografía cambió. El revelado pasó a la historia, la tecnología revolucionó la industria y la tendencia por imprimir imágenes tiende a desaparecer. Flash de un mercado “revelado”.

Edwin Bohórquez Aya
25 de julio de 2008 - 11:25 p. m.

La industria de la fotografía ya no se revela como antes. Las salas de fotocurado, ampliadoras y cubetas para los químicos, se quedaron bajo llave en el cuarto oscuro y ahora las imágenes del recuerdo viajan de cuando en cuando por comunidades virtuales y uno que otro espacio digital portátil. Y se comparten así,   porque las que escasamente se plasman sobre el papel, provienen de un efímero proceso de  retoque digital y el servicio de una rápida impresora de última tecnología.

Es el reflejo del cambio en la línea de un negocio que mueve más de 1.000 millones de euros en el mundo  y que en Colombia,  de acuerdo con estadísticas de Nielsen a junio 30 de este año, ha crecido en la categoría de fotografía digital un 73%, superando de lejos a segmentos de audio y televisión, que antes eran los más tradicionales en Colombia.

Una renovación que fue entendida  por los protagonistas de este segmento tecnológico y que ha hecho que tanto fabricantes como distribuidores, cambien de lente y se enfoquen en la diversificación del mercado y la industria en sí.

Eduardo Echavarría, gerente general de Foto Japón es uno de esos testigos y por eso tiene claro que  “varias empresas de papel y película,  han cerrado sus puertas. Las cámaras análogas  ya no se producen y el rollo en un par de años tiende a desaparecer. En Foto Japón  en el año 2000 vimos para dónde iba la industria y teníamos dos caminos: esperar a que la empresa se apagara o crear un negocio nuevo dentro de una compañía reconocida a nivel nacional”.

Estrategia que sirvió para que además de revelar o imprimir imágenes, los más de 180 almacenes de este grupo se concentraran en ofrecer un portafolio de productos que de acuerdo con Echavarría, solucionaban las necesidades en el hogar.  Y lo están logrando, pues de cada 10 clientes que entran a imprimir una  fotografía, siete u ocho resultan comprando uno de sus “otros” productos, entre ellos, computadores, reproductores mp3,  teléfonos, parlantes, cámaras digitales, impresoras, memorias y grabadoras.

Respuesta provocada por la caída de precios del dólar y la amplia oferta de productos fáciles de manejar, que están ofreciendo masivamente los fabricantes. “El disparo fue hace tres años, cuando  se dio la  masificación. Y los resultados se ven hoy cuando se observa que lo que antes costaba $1 millón, hoy está por debajo de $500.000”, explica Andrés García, gerente senior de la división audio y video de Samsung Colombia. Y agrega: “Antes la gente veía la fotografía como algo de profesionales, las fotos no salían bien y requería conocimientos, ahora las cámaras traen composición de luz y estabilizadores ópticos automáticos, que permiten sacar buenas fotos al inexperto”.

Por eso el tema de los rollos pasó a un segundo plano y ahora lo importante es tener tarjetas de memoria con amplia capacidad y sumado a ello, una buena impresora en casa u oficina.

“Lo que estamos haciendo es brindar posibilidades infinitas de impresión, facilitando todos los eslabones de la cadena. El


mercado en Colombia  tiene mucho espacio para crecer y por eso lo que le decimos al consumidor es que compre la cámara y además el dispositivo para imprimir sus imágenes, las que mejor capturó y las que considere realmente buenas, que les ponga marcos, etiquetas y que haga tarjetas con fotos para sus fiestas por ejemplo,  algo que no se podía hacer antes en casa”, relata María Ángela Espinosa, Gerente de Mercadeo del Grupo de Imagen e Impresión de HP Colombia.

Tendencia creciente que en el 2007 hizo que los fabricantes de cámaras  vendieran 100 millones de unidades en todo el mundo, registrando un aumento del 23% frente a las cifras de  2006. Y junto a ellas, la venta de portaretratos digitales por cerca de $150.000 cada uno,  ha hecho que la gente prefiera  llevar varias docenas de  sus imágenes en memorias USB, para verlas allí, dejando a un lado la práctica de la impresión.

Algo que contrasta con una de las mayores peticiones de los clientes de Foto Japón, pues comenta Ecahavarría,  “a nuestros almacenes llegan permanentemente  diciendo que al computador o la memoria le entró un virus, que no encuentran las fotos y que les ayudemos a recuperarlas,  al menos una, dicen”.

Por eso, el empresario insiste en que el negocio no se ha acabado,  “ha cambiado y eso lo hemos entendido”, dice, y cuando habla de precios, aclara que el público que llega es igual al que llegaba en las épocas del revelado de rollos, porque el valor de las copias es el mismo por unidad  ($500). Pero aclara que los volúmenes anteriores eran muy superiores, porque se debían revelar  rollos de 12, 24 o 36 imágenes, en cambio,  ahora se imprime solamente la que escoge el usuario.

Entre tanto, Carolina Vásquez de Canon Latinoamérica, una de las firmas líderes en el negocio, comenta que esta revolución de la fotografía es producto de una transformación gigante; “la utilización de la nueva tecnología ha propiciado una simplificación de procesos, desde un cambio en la cámara hasta un cambio en la mentalidad y la forma de realizar las imágenes. Hoy el usuario puede controlar todos los procesos creativos, desde la selección de la realidad hasta la imagen final”.

Es la radiografía  de una industria que  ha hecho que segmentos como el del revelado de diapositivas prácticamente haya desaparecido, que el uso de químicos en el cuarto oscuro sea cosa del pasado y que las cámaras de rollo ya no las produzcan los fabricantes masivamente, sino que escasamente se hayan convertido en la  opción “de un solo uso” o desechables. Por eso la tecnología más que imágenes impresas, está dejando la historia familiar guardada en uno que otro álbum virtual.


Cuarto oscuro

“El computador es el cuarto oscuro de hoy. La tecnología se apoderó de la fotografía, no fue porque los fotógrafos la pidieran, sino porque llegó. La imagen digital es más cruda y registra más información, es más práctica y rápida en condiciones extremas de luz, que eso no lo permitía la análoga, por el cambio de rollo. Entonces al morir el revelado se impone lo digital, que viene relacionado con la computadora,  la internet y el teléfono celular, que permite a cualquier persona ser un potencial reportero”.

Inmediatez

“Para el fotógrafo de prensa la fotografía digital ha permitido concentrarse más en el contenido que en la parte técnica. Entonces la calidad de las imágenes es muy superior a la que podíamos hacer antes, cuando se estaba en condiciones extremas. Y a nivel informativo tenemos la inmediatez de tomar la foto y, máximo tres minutos más tarde,  presentarla a los lectores en los sitios web de los medios”.

Un mercado en crecimiento

De acuerdo con las cifras de Hewlett-Packard Colombia, sus ventas respecto a los productos fotográficos este año han crecido en un 20%, comparadas con las estadísticas del año pasado. Y Samsung por su parte informó que al cierre del primer semestre de 2008, logró una participación del mercado de audio y video del 32% en unidades, donde aparece su segmento de fotografía, quedándose de esta forma con el primer lugar de la fotografía digital en el país. Del total de este mercado, el 47% está concentrado en cámaras de 7 megapixeles, pero la tendencia dice que los usuarios ya están buscando mejor definición en la imagen y por eso el segmento que prevé mayor crecimiento con la dinámica de  compras de Navidad es el de 8 megapixeles, que hoy tiene el 31% de la composición de ventas, respecto a las últimas cifras de AC  Nielsen, a junio 30 de 2008 en Colombia.

Por Edwin Bohórquez Aya

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