La actividad de observación comenzó en Nueva York en el año 1900, cuando el ornitólogo Frank Chapman, alarmado por la cantidad de competencias en las que se mataban aves durante las festividades decembrinas, decidió cambiar los papeles y dar un premio a quien más aves observara.
Será el noveno año en que se hace el censo en Colombia y ya todos los amantes y observadores de aves están preparados para salir en su búsqueda. Para los interesados en el centro del país, habrá hoy una jornada de observación cerca a Bogotá y otra en Paipa y Tota del 4 al 5 de enero. También desde hoy hasta el 20 de diciembre estarán en el sur y norte de Antioquia, y en Pasto y Río Ñambí se reunirán el 26 y 27 de diciembre.
La idea es que los grupos de observadores, dirigidos por las asociaciones y grupo ornitológicos de cada región, se concentren en un área de 25 kilómetros de diámetro que incluya la mayor cantidad de ecosistemas posibles. Ahí deberán contar y reportar todas las especies observadas, pero también deben dar una georreferencia del lugar donde fueron vistas, el trayecto que recorrieron, el número de participantes, los medios de movilización y el clima durante la visita. De esta forma, se unirán los resultados regionales para tener un gran total nacional que luego será agregado a un total continental.
Aunque el censo se haga oficialmente en Colombia hace nueve años, esta iniciativa se ha llevado a cabo desde hace cerca de 20 años por la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO). Cuando el censo inició en Nueva York tenía un fin de sensibilización más que uno científico, pero ahora se ha convertido en una importante herramienta de monitoreo de las poblaciones de aves en Colombia y el resto del mundo.