La norma, que establece el derecho pero no la obligación de la Iglesia Nacional Luterana y de cualquier comunidad religiosa noruega a casar parejas homosexuales, será sancionada por el rey Harald V y entrará en vigor en enero de 2009.
Como en el resto de países escandinavos, la Iglesia Luterana deberá solucionar los casos en los que los pastores se nieguen a oficiar las ceremonias. El aspecto más polémico es la posibilidad de ofrecer inseminación artificial a las parejas de lesbianas con fondos públicos, al igual que ocurre con las heterosexuales.
Con la adopción de esta nueva Ley, Noruega se convierte en el sexto país que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo como lo han hecho Holanda, España, Bélgica, Canadá, Sudáfrica y los estados norteamericanos de Massachusetts y California.