El misterio por un negocio de dos obras de colección

La compañera de un caballista asesinado en 2009 y un comerciante de arte son protagonistas de un naciente litigio por la propiedad de dos cuadros de colección de Tiziano y Rembrandt avaluados en varios millones de dólares.

Norbey Quevedo Hernández
15 de enero de 2017 - 02:00 a. m.
Lina María Pulido Salgado, denunciada, extraoficialmente descarta los señalamientos. / Archivo particular
Lina María Pulido Salgado, denunciada, extraoficialmente descarta los señalamientos. / Archivo particular
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Una inédita y millonaria transacción por dos obras de arte de los maestros de la pintura Tiziano Vecellio y Rembrandt Harmenszoon van Rijn, de propiedad de tres ciudadanos colombianos desde hace varios años, empieza a ser revisada con lupa por las autoridades. Una negociación en la que apenas despuntan varias verdades, por una denuncia que presentó hace pocos meses el comerciante de arte e inmuebles Antonio José Cardona Sierra contra Lina María Pulido Salgado, compañera del caballista Diego Serna, asesinado el 3 de mayo de 2009 por sicarios en Neiva. Un caso en los estrados judiciales que gira en torno a un entramado de reclamaciones, supuestas extorsiones, oficinas de cobro, amenazas, seguimientos, escrituras, semovientes e inmuebles como contexto de un particular negocio del exclusivo mercado mundial del arte.

El protagonista de la historia es Antonio José Cardona Sierra. Se trata de un polémico comerciante, quien desde la década de los ochenta empezó a dedicarse de manera personal y a través de varias empresas a la compra y venta de casas, apartamentos y fincas. Una actividad que amplió con la compra de ganado y caballos de paso fino. De allí se diversificó y se metió en el mundo del arte y los negocios con cuadros, que empezaron a fluir. Fue así como a finales de los noventa conoció a Natan Saban, un septuagenario ciudadano judío, coleccionista de obras, con amplio reconocimiento internacional, como quiera que tiene una experiencia de más de 40 años en asuntos del mercado del arte.

Con ese palmarés, Cardona Sierra empezó a hacer negocios de gran calado. En 2002, por ejemplo, le compró a Saban un cuadro de Tiziano Vecellio, pintor italiano del Renacimiento. Una obra que había sido vendida en 1866 y luego en 1910 por Christie’s, la casa británica de subastas más importante del mundo. Un cuadro cuya originalidad fue certificada en 2003 por el experto Jean Pierre de Bruyn. La otra pintura que adquirió fue un autorretrato del pintor holandés Rembrandt Harmenszoon Van Rijn. Según el catálogo más importante del mundo en la materia, se certificó la calidad de la obra, que había sido vendida inicialmente en 1958. Dos cuadros por los que el comerciante Cardona Sierra pagó cerca de US$10 millones.

En 2007, producto de sus negocios diversos y vinculado de lleno a la actividad equina, ya era amigo y hombre de confianza para los negocios del caballista Diego Serna, conocido en esa actividad como El Ñato. Entonces empezaron las transacciones y los dolores de cabeza. Cardona Sierra le permutó una participación en los dos cuadros a Serna. A cambio dice que recibió una finca en Caicedonia (Valle), otra en Armenia, tres casas en Pereira y un lote cerca del aeropuerto El Dorado en Bogotá. Según la denuncia, apareció después otro empresario, Gustavo Osorio, a quien le vendió las dos obras. En concreto, la propiedad del Tiziano quedó en manos de Serna, Osorio y Cardona por partes iguales. Y el Rembrandt fue para Serna y Osorio en 50 % cada uno.

Pero vendría un hecho inesperado. En la noche del 2 de mayo de 2009, cuando pretendía observar en los establos unos caballos que participaban en una feria en el Coliseo Cubierto Álvaro Sánchez Silva de Neiva, el caballista Diego Serna, de 42 años, oriundo de Circasia (Quindío), fue asesinado por sicarios. Para ese momento las autoridades locales informaron que ya había sido objeto de varios atentados y manejaron la hipótesis de que se trataba de retaliaciones de narcotraficantes.

Entonces, según un informe de 32 páginas con siete anexos que Cardona Sierra radicó en la Fiscalía, meses después del homicidio surgió la segunda protagonista del caso: Lina María Pulido Salgado. Se trata de una joven y esbelta mujer que ha aparecido en páginas sociales de reconocidas revistas y que según la documentación conocida por El Espectador, en condición de compañera de Diego Serna, empezó a pedir explicaciones y a hacer cuentas de los dineros de su fallecida pareja.

Un corte de cuentas que se concretó en una nueva reunión y en donde apareció otro personaje. A la cita, Lina María Pulido fue acompañada de Gustavo Osorio, propietario de parte de las obras, quienes le informaron a Cardona Sierra que habían recertificado el Rembrandt por US$12millones. Un avalúo que el mismo Cardona Sierra consideró imaginario, argumentando que él había hecho un certificado de venta por la mitad, es decir, US$6 millones. Una diferencia que no suscitó muchos comentarios, al punto que vinieron más negocios entre Lina María Pulido y Cardona Sierra.

Por ejemplo, el cambio de cerca de 70 caballos de la primera por un amplio lote en Zipaquirá del segundo, con la intermediación del caballista Oswaldo Linares. Sin embargo, esta transacción se convirtió en detonante. Cardona Sierra señala en su denuncia que le deben una parte del precio del lote. Otra deuda corresponde a una casa en Cali permutada por unas yeguas y existe una acreencia más por la escrituración de un edificio de propiedad de Lina María Pulido.

En cuanto a los cuadros, Cardona denunció que el Tiziano fue enviado a Miami por Pulido sin su consentimiento, pese a que argumenta que le pertenece el 33 % de la obra. Pero el litigio se enredó porque el propio Cardona señaló que le enviaron “unos delincuentes que dicen pertenecer a la oficina de cobro de Cali”, con el propósito de que firmara la escritura del lote de Zipaquirá. También le indicó a la justicia que para otro negocio, el cambio de un apartamento en Santa Marta por una ladrillera que quedaría a nombre del hermano de Lina Pulido, se presentaron supuestas irregularidades en el trámite de cuatro escrituras en la Notaría 59 de Bogotá.

A comienzos de 2015 los conflictos se agudizaron entre las partes. Se reunieron de nuevo los tres socios, Antonio José Cardona, Lina María Pulido y Gustavo Osorio. En la cita hablaron sobre las obras, con una sorpresa: los dos últimos informaron que el Rembrandt no era original y que el Tiziano era de la escuela del pintor. Ante la aseveración, Cardona ratificó que son originales, les señaló que el experto Natan Saban lo certificó y por eso les ofreció a sus dos socios recomprar las pinturas por US$10 millones en permuta.

Surgió el conflicto mayor. En la reunión, Lina María Pulido exigió el pago de la cifra ofrecida, pero en respuesta Cardona le señaló que en el negocio inicial, el asesinado compañero Diego Serna únicamente aportó como pago a los cuadros un millón de dólares, representados en el derecho de posesión de un lote en Bogotá. Por ello la cifra sería pagada no en efectivo, sino en propiedades. En suma, Cardona consideró que Pulido le estaba solicitando US$10 millones por los cuadros cuando lo que, según él, le corresponde a ella es sólo un millón de dólares. Por esta razón, el pasado 26 de julio de 2016 presentó denuncia contra la viuda, por los presuntos delitos de extorsión y constreñimiento ilegal.

“La señora Pulido, desde hace un tiempo, no se si ha contratado o pertenecen a su rol social, personas que dicen pertenecer a oficinas de cobro ilegal de Cali, para exigirme la suma de US$10 millones, según ella, por concepto de pago de la mitad de los cuadros. Inclusive tengo conocimiento de que estas personas al margen de la ley, han venido siguiendo y tomando fotos a mi amigo y colaborador señor Juan Fernando Ochoa Restrepo y al suscrito”, detalló Cardona en su denuncia.

Indica además que “la denunciada, a través del señor Felipe Montoya, alias Pipe, me ha enviado razones con tres personas allegadas a mí, diciendo que le debo mucha plata de un porcentaje de unos cuadros y que me los cobra a las buenas o a las malas. Es más, el sábado 9 de julio de 2016 envió dos carros y una moto frente a una finca de mi propiedad ubicada en Facatativá, a las 11 p.m., quienes permanecieron por largo tiempo vigilando la entrada y salida de la misma”.

Al revisar el sistema de antecedentes conocido como Spoa, aparece registrado un proceso por extorsión vigente contra Lina María Pulido. La denuncia más reciente está en proceso de asignación. Hoy, los dos cuadros están en Miami. La denunciada Lina Pulido no respondió las llamadas de este diario. La Fiscalía apenas indaga sobre el origen de los recursos con que se adquirieron y el destino de los obras de colección. También buscará analizar la veracidad de las denuncias de Antonio José Cardona y sus significativos capitales. La justicia tiene la última palabra en el misterioso caso de Tiziano y Rembrandt.

* * *

La versión extraoficial de la denunciada

El Espectador intentó conocer la versión de los hechos por parte de Lina María Pulido Salgado, pero no respondió las múltiples llamadas que este diario le efectuó. Sin embargo, una fuente cercana a Pulido señaló que ella nada tiene que ver frente a los hechos delictivos que se denunciaron por parte de Antonio José Cardona Sierra.

Registros públicos que empieza a indagar la Fiscalía dan cuenta de que Pulido Salgado aparece con 16 propiedades. Locales y oficinas en Bogotá, fincas en los municipios de Tabio, Cajicá y Armenia. También apartamentos en Santa Marta y Cali, así como un lote en Cartagena. Frente al asesinato de Diego Serna, el 7 de octubre de 2011 fue ultimado alias Zabaleta, quien tenía procesos por el delito de homicidio, entre ellos la muerte del exsenador Carlos Alberto Oviedo Alfaro, el 18 de abril de 2009; de Diego Fernando Serna Duque conocido como El Ñato Serna; de Diego Mauricio Villarreal, el 17 de junio de 2009, y de Julián Andrés Pérez, el 12 de noviembre de 2010, entre otros.

Otro pleito por ocupación ilegal de predios

En noviembre pasado se conoció que una fiscalía en Cali solicitó condena contra Miguel Benavides Chud, como presunto autor material y responsable del delito de fraude procesal. Según la acusación, ocupó ilegalmente, desde el año 2002, 15 mil metros cuadrados de El Trigal, aledaño al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón.

La investigación por la apropiación de terrenos en El Trigal partió de una denuncia de la abogada de Antonio José Cardona Sierra, en la que comunicó que adquirió el dominio y posesión de los terrenos por una compra realizada a José Hernando Pugliese López. En 2002, Cardona Sierra fue informado por el vigilante de los terrenos. Este le indicó que mientras él realizaba un negocio en Miami (Estados Unidos), Miguel Benavides Chud ocupó ilegalmente 15.000 metros cuadrados del lote número 5. La abogada del propietario presentó en la denuncia evidencias de que Antonio José Cardona nunca cedió en compraventa el lote número 5 y que por lo tanto la escritura era falsa.