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Los colombianos en la lista del HSBC

Entre los 286 clientes colombianos de las cuentas suizas de HSBC hay narcotraficantes, lavadores de dinero y culpables de estafas bursátiles. Pero también familias de industriales, banqueros y hasta amas de casa.

Swissleaks colombianos
01 de marzo de 2015 - 02:00 a. m.
El caso de la lista Falciani obligó a las autoridades a iniciar indagaciones.
El caso de la lista Falciani obligó a las autoridades a iniciar indagaciones.

Lo que pasa en los bancos, se queda en los bancos. Esa era la regla de oro que mandaba en Suiza y era la línea que seguía sagradamente el HSBC Private Bank en Ginebra. Alojado en un sobrio edificio del siglo XVIII, la sede helvética del banco británico protegía con discreción los secretos y la fortuna de sus miles de clientes. Pero hace unas semanas se inició la filtración más grande que tenga noticia el mundo financiero, después de que el ingeniero de sistemas franco-italiano Hervé Falciani entregara informaciones sobre más de 100.000 cuentas de HSBC a las autoridades francesas, al diario Le Monde y al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

En Colombia la plataforma de periodismo latinoamericano Connectas, que es parte del ICIJ, se asoció con Semana, El Espectador y Noticias Uno para analizar cada uno de los 286 clientes ligados a Colombia que aparecen en la llamada lista Falciani. Tras dos semanas de investigación, cruce de bases de datos y verificaciones encontraron a narcotraficantes y lavadores entre los clientes de HSBC, pero también familias de industriales, banqueros, amas de casa, profesionales de la salud, estudiantes y hasta un desempleado.

Si bien la DIAN advirtió que no es delito tener depósitos en el exterior, sí se considera un acto criminal no declararlos. Y aunque algunos de los mencionados declararon que se trata de faltas que prescribieron, para las autoridades sus saldos pueden ser un punto de partida para indagar el origen de esos fondos. En Europa los fiscos de varios países usaron la filtración para recuperar 1.120 millones de euros. Desde hace varias semanas la DIAN dice estar detrás de los datos y que tienen la intención de pedírselos a Francia. Pero por ahora, según le informó la institución al equipo investigativo, aún están “ultimando los detalles relacionados con dicho intercambio”.

Desde ya es claro que algunos de los clientes no van a tener mayores problemas. Uno de ellos es la Corporación Andina de Fomento (CAF), que registra el saldo más alto ligado con Colombia: US$57 millones a través de siete depósitos a nombre de cuatro ejecutivos apostados en el país. Enrique García, su presidente, explicó desde Caracas que son cuentas oficiales, que es dinero para inversión y que por el carácter supranacional de la entidad, está exenta de impuestos. Explicaciones similares deberán entregarles a la DIAN reconocidas familias de industriales.

Dentro de la investigación periodística se descartaron 103 nombres porque sus cuentas aparecen en ceros. En todo caso, llama la atención que entre ellos hay extraditados, clanes vinculados con el paramilitarismo, empresarios investigados en Estados Unidos por compra ilegal de dólares y protagonistas de escándalos bursátiles.

De hecho, las verificaciones se concentraron en los saldos más altos y en personajes que han estado bajo la lupa de las autoridades, como Gustavo Durán Bautista, un narcotraficante colombiano que cayó en 2007 con 500 kilos de cocaína en Uruguay. Aunque en Colombia Durán no fue noticia, en el cono sur consideran que es uno de los peces gordos del bajo mundo, e incluso hombres con credenciales falsas de la Interpol intentaron rescatarlo dos veces del penal Libertad, donde está recluido. Durán, que tenía conexiones con el cartel del norte del Valle y el frente 16 de las Farc, era el dueño de inmensas plantaciones de frutas en Brasil y en Uruguay, lujosos apartamentos en São Paulo y se presentaba como un exitoso exportador.

Detrás de esa fachada se escondía un jugoso tráfico de drogas. La organización usaba contenedores de frutas tropicales para camuflar la cocaína y enviarla a Europa. En 2005 uno de sus hombres cayó en Francia con dos millones de euros en efectivo. Se descubrió entonces una red de lavado, que usaba intermediarios para alimentar varios depósitos en Suiza. Eso queda claro en la lista Falciani. Un año antes de su captura, Durán tenía diez cuentas abiertas en HSBC que registraban US$3 millones. El equipo periodístico trató de comunicarse con el abogado de Durán en Uruguay, sin respuesta.

Otro colombiano que fue cliente de HSBC es Andrés Piedrahíta, protagonista del fraude de la pirámide Madoff, la mayor estafa bursátil de la historia que movió US$65.000 millones. Piedrahíta, cuyos clientes se concentraban en los ricos de América Latina y España, admitió que tenía un depósito en el HSBC con su padre Samuel, para invertir algo de su patrimonio. “Usó para este cometido la sociedad Strongback Holdings, un vehículo empleado a título personal para gestionar parte de su fortuna personal”, reveló el diario digital español El Confidencial, que habló con él hace algunas semanas, porque Piedrahíta usó su nacionalidad ibérica para consignar su dinero.

Salvador Frieri Gallo, un promotor inmobiliario colombo-italiano con intereses en Cartagena, también figura como cliente del banco. A su nombre hay US$13 millones en una cuenta abierta, en 2006, a través de la firma Markwood Investments. En 2010, Máximo Acosta, uno de sus socios, lo acusó de blanqueo y de transacciones ilegales para comprar bonos de la petrolera venezolana Pdvsa y vender dólares en el mercado negro.

En ese momento se reveló que Frieri movió US$20 millones a través del HSBC. Sin embargo, el empresario dijo a su favor que tan sólo siguió instrucciones e incluso buscó demandar a sus socios. En 2013 Frieri fue arrestado en Roma por una denuncia de extorsión y en las últimas semanas medios italianos revelaron que el fisco lo investiga a él y a su hermano Arturo Rafael por una posible evasión de 333 millones de euros.

Otro de los extranjeros con negocios en el país, relacionado con la lista Falciani, es el multimillonario canadiense Frank Giustra, accionista de Blues Pacific, Pacific Rubiales, la maderera Prima Colombia, Gran Colombia Gold, entre otras compañías. Los datos filtrados muestran que Giustra abrió una cuenta en HSBC en 2002 con una cantidad que superó los US$10 millones.

Giustra es uno de los grandes donantes de la Fundación Clinton y, según investigó The New York Times, en 2005 acompañó al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton a Kazajistán, donde Giustra compró una compañía estatal de explotación de uranio. El periplo fue polémico, pues para algunos su amistad con Clinton le permitió conquistar nuevos mercados.

Algo que The Wall Street Journal también denunció en 2008, cuando publicó que “Clinton acordó para el señor Giustra un encuentro con el presidente colombiano, Álvaro Uribe”, y aseguró que esa reunión permitió que Pacific Rubiales lograra un acuerdo con Ecopetrol para hacerse a un campo petrolero. Giustra, quien rechazó esas acusaciones, le dijo al canal de televisión canadiense CBA que tenía un depósito en Suiza por razones de seguridad y que ésta fue reportada a las autoridades fiscales.

De todos modos, la situación fiscal de cada uno de los clientes colombianos o ligados al país será verificada con lupa por la DIAN. Casi toda la lista fue filtrada por medios electrónicos y radiales, pero hay que recalcar una vez más que no porque una persona, una empresa o una familia hayan sido clientes de HSBC son culpables.

Por Swissleaks colombianos

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