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El capítulo inicial del expediente del cartel de la toga fueron las grabaciones que Alejandro Lyons hizo de manera encubierta para la DEA, entre mayo y junio de 2017, al entonces fiscal anticorrupción Gustavo Moreno y a su socio, el abogado Leonardo Pinilla en Miami (Estados Unidos). En esas conversaciones a Lyons le exigieron $400 millones para que le frenaran varios procesos penales que tenía en la justicia colombiana, por el desangre a las finanzas de Córdoba mientras fue gobernador. Luego, fue Moreno quien reveló nombres de la supuesta red de corrupción que funcionaba en la Corte Suprema para torcer procesos contra grandes políticos y en la que eran partícipes magistrados del alto tribunal. (El golazo de Alejandro Lyons con los dineros de Córdoba)