El por qué la zona es estratégica para los grupos armados
Durante los últimos 38 años el Bajo Cauca ha sido uno de los principales escenarios del conflicto armado. Atraídos por sus corredores geoestratégicos, tierras y el oro, esta zona del país ha sido siempre un atractivo para los grupos armados ilegales.
El Espectador
Desde sus inicios, la guerrilla y posteriormente los paramilitares, consideraron la zona privilegiada, toda vez que permite la comunicación con el Urabá, el Nudo de Paramillo, la Serranía de San Lucas y el Magdalena Medio. Posición que llevó al Eln, las Farc y el Ejército Popular de Liberación (Epl), en su momento, a escoger los municipios de Cáceres y Zaragoza en el Bajo Cauca, y Anorí en el nordeste antioqueño, para establecer sus zonas de avanzada, refugio y asentamiento.
Por eso no es gratuito que los grupos al margen de la ley, que han operado en Urabá, Occidente y Bajo Cauca antioqueño hayan convertido a Ituango, en el nordeste, como territorio de tránsito y descanso. De hecho, veredas como La Vega del Inglés, Santa Ana y Badillo, hacen parte del Nudo de Paramillo, donde la cadena de montañas descienden hacia las planicies bañadas por los ríos Cauca y Nechí, sobre la vereda El Aro, vecina de Valdivia.
Desde sus inicios, la guerrilla y posteriormente los paramilitares, consideraron la zona privilegiada, toda vez que permite la comunicación con el Urabá, el Nudo de Paramillo, la Serranía de San Lucas y el Magdalena Medio. Posición que llevó al Eln, las Farc y el Ejército Popular de Liberación (Epl), en su momento, a escoger los municipios de Cáceres y Zaragoza en el Bajo Cauca, y Anorí en el nordeste antioqueño, para establecer sus zonas de avanzada, refugio y asentamiento.
Por eso no es gratuito que los grupos al margen de la ley, que han operado en Urabá, Occidente y Bajo Cauca antioqueño hayan convertido a Ituango, en el nordeste, como territorio de tránsito y descanso. De hecho, veredas como La Vega del Inglés, Santa Ana y Badillo, hacen parte del Nudo de Paramillo, donde la cadena de montañas descienden hacia las planicies bañadas por los ríos Cauca y Nechí, sobre la vereda El Aro, vecina de Valdivia.