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Exjefes guerrilleros escuchan a Héctor Angulo, cuyos padres, en pantalla, fueron desaparecidos. / Isabel Valdés -JEP
“No se puede quedar en ‘estamos dolidos, perdón, les hicimos mal’”, dice Helmuth Angulo. Sus padres, Gerardo Angulo y Carmen Castañeda, de 68 años, fueron secuestrados en 2000 y conducidos a un campamento de las Farc. La frase se refiere a la audiencia de esta semana, en la que el último secretariado de la guerrilla reconoció el crimen y pidió perdón. Lo hicieron durante tres días seguidos, delante de 24 víctimas que les enrostraron en la cara el dolor y el trauma de una política de secuestro sin sentido que se valió de niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, estudiantes, políticos y familias enteras. La familia Angulo participó de una de las audiencias.
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