Las absurdas demandas de Alessandro Corridori contra el Estado

El Espectador conoció las tres acciones legales que emprendió el hombre señalado de inflar las acciones de Fabricato y que busca una millonaria indemnización porque, según él, el Estado fue el verdadero responsable de la debacle financiera.

Alberto Donadio - Juan David Laverde Palma
01 de febrero de 2017 - 09:25 p. m.
Corridori es procesado por concierto para delinquir, manipulación de especies y administración desleal agravada.
Corridori es procesado por concierto para delinquir, manipulación de especies y administración desleal agravada.

Alessandro Corridori, acusado de manipular de manera fraudulenta el precio de las acciones de Fabricato, le está pidiendo al Tribunal Administrativo de Cundinamarca que nombre un perito para determinar el daño moral y sicológico que supuestamente le causó a él y a su familia la Superintendencia Financiera. Según Corridori, dicha entidad no protegió sus inversiones en Fabricato, donde tenía casi 2.000 millones de acciones, ni en otras compañías, por lo que la Nación —sostuvo— debería indemnizarlo en cuantía de $181 mil millones.

Alucinante. Si Corridori, que se declaró inocente de las imputaciones que le hizo la Fiscalía, piensa utilizar esos argumentos en el juicio penal, lo que va a conseguir es una condena a varios años de prisión, señalaron varias fuentes consultadas. “O el bobo es él o piensa que todo el mundo es bobo”, añadió una persona que conoce en detalle las investigaciones del caso Interbolsa y que a solicitud de El Espectador analizó las tres demandas que interpuso Corridori. “Esto es poniéndole la cola al burro”.

Por lo menos tres acusados por el escándalo Interbolsa ya aceptaron su responsabilidad en el delito de manipulación fraudulenta de la acción de Fabricato: Rodrigo Jaramillo Correa, expresidente de Interbolsa —condenado ya a 7 años de detención domiciliaria—; Clemencia Soto, corredora de Interbolsa —quien ejecutó algunas órdenes bursátiles de Corridori—, y John Alexánder Muñoz, allegado de Corridori que sin poseer los recursos apareció comprando el 5 % de Fabricato. Si ellos ya confesaron el delito, ¿van a creer los tribunales que Corridori no manipuló la acción?

Aún más: Juan Carlos Ortiz, quien le prestó US$20 millones del Fondo Premium a Alessandro Corridori en el año 2009 para adquirir acciones de Fabricato, también se declaró culpable del delito de manipulación fraudulenta y hoy espera el número de años que deberá purgar tras las rejas por cuenta de un fraude calculado en casi $700 mil millones. Pocos días después de la quiebra de Interbolsa en noviembre de 2012, la Superfinanciera acusó a Corridori de manipular la acción de Fabricato en 2011, haciéndola subir artificialmente de $29 a $84.

Una maniobra ilegal, pues las acciones en la bolsa suben o bajan dependiendo de la libre oferta y demanda. A pesar de las evidencias en su contra, en tres demandas conocidas por este diario, los abogados de Corridori señalaron que él compró acciones de Fabricato porque la situación de la compañía —lo que en la bolsa se conoce como los fundamentales— estaba mejorando. De hecho, insistieron, Fabricato estaba saliendo de ley de quiebras, sus pérdidas se habían reducido y había conseguido el contrato para venderle uniformes al Ejército de Chile. Nada mal, en teoría.

Lo que los abogados no mencionaron en sus demandas contra el Estado es que las autoridades han logrado documentar que fue el propio Corridori con sus compañías y allegados quien hizo triplicar el precio de la acción de Fabricato. En las investigaciones contra Corridori se levantó la reserva bursátil, que usualmente no permite saber quién es la contraparte de una compra o venta de acciones. Pero en este caso se sabe que cuando Corridori vendía, había alguien allegado a él que compraba. En palabras castizas, un negocio de “yo con yo”.

La acción subió, entonces, porque él la hizo subir, no porque hubiera habido un movimiento masivo de inversionistas que demandaran el título. En contraste, cuando las acciones de Ecopetrol salieron al mercado sí hubo una demanda grande de muchos inversionistas que hicieron que el papel subiera, del mismo modo que cuando cayó el precio del petróleo se produjo una caída de la acción porque la mayoría de accionistas salieron a vender. En el caso Fabricato, según la Superfinanciera y la Fiscalía, otro fue el cantar. Así de simple.

No obstante, Corridori aseguró en las demandas que había un apetito por la acción de Fabricato, pero no expuso tampoco quiénes fueron los otros grandes inversionistas que estuvieron comprando el título mientras él lo hacía. La realidad era que el mercado en general se había alejado de las textileras por múltiples razones: el contrabando, la competencia china y otros problemas que las llevaron hace años a ser el “patito feo” de la bolsa. Es decir, su valor no era tan atractivo como en otros tiempos.

En sus demandas, Corridori advirtió que la Superfinanciera incurrió en falla en el servicio al permitir que Interbolsa liquidara las operaciones repo incumplidas sobre Fabricato, “generando un daño que afectó ostensiblemente mis intereses”. Por eso reclamó que “se me indemnice por los daños y perjuicios ocasionados, los cuales se estiman como mínimo en 181.000 millones de pesos”. Según Corridori, pues, El Estado fue responsable de la debacle financiera.

Corridori tenía acciones al fiado, es decir, mediante préstamos, pues las había empeñado para comprar más acciones. Es lo que se llama un repo. Corridori reconoció que estaba endeudado cuando le reclama a la Superfinanciera “no intervenir oportunamente para que el público en general conociera la verdadera situación y valor de la acción de Fabricato de forma que se evitara la caída injustificada de una especie cuando sus niveles de apalancamiento eran gigantescos”.

Concretamente, Alessandro Corridori acusó a la Superfinanciera de no haber protegido sus inversiones en Fabricato. Además, criticó que el Estado permitiera que se reanudara la negociación de la acción en 2013. Incluso, señaló que la entidad debió hacer públicos los avalúos de Merrill Lynch-Bank of America que mostraban que la acción de Fabricato valía entre 100 y 120 pesos, y el de Metropolitan Capital. En ese contexto, culpó a la Superintendencia por divulgar una valoración de la firma SBI Banca de Inversión que indicaba que la acción valía en realidad entre $35 y $55.

Lo que ocurrió fue que la acción cayó de $90 en noviembre de 2012 —cuando se suspendió— a menos de $20 cuando se volvió a negociar en marzo de 2013. Publicar una valoración distinta no habría servido para detener la caída, porque en la bolsa se sabía que Corridori, con financiación de Interbolsa, era el único que estaba comprando acciones. Y porque era de público conocimiento que Interbolsa pretendía vender Fabricato a una textilera del Brasil, Vicunha. Cuando el negocio falló, el mercado castigó la acción, independientemente de lo que pensaran los bancos de inversión.

Sin embargo, Corridori aseveró que está “en una situación económica crítica, toda vez que la totalidad de sus recursos fueron destinados para el cumplimiento de operaciones bursátiles, las cuales generaron pérdidas cuantiosas al haber sido liquidadas a precios irrisorios”. Corridori puede estar en una situación económica crítica, sí, pero lo que no informó a los tribunales en los que presentó las demandas es que recientemente a la hija de su esposa le compró un Mercedes Benz modelo 2017. Algo que seguramente deberán indagar las autoridades judiciales.

Por lo demás, a la pérdida total se expone cualquier inversionista que compre acciones al fiado, de modo que la pretensión de Corridori no tiene sustento legal. De hecho, en el sector financiero la operación de Corridori financiada por Interbolsa era vox populi, por lo que todas las comisionistas de bolsa, salvo una, le cerraron los cupos de crédito a Interbolsa. Sabían que esa firma comisionista corría un alto riesgo de caer en iliquidez por concentrarse en la financiación de los repos o deudas de Corridori. Lo que a la postre ocurrió. Mejor dicho, todo el mundo vio una quiebra en ciernes, menos Corridori y compañía.

Asesores en Valores fue la única comisionista que participó en el juego a favor de Interbolsa. Aún más, está demostrado en las investigaciones que se han hecho desde el cierre de Interbolsa que algunos de los cupos de crédito otorgados para comprar acciones de Fabricato los recibieron compañías de papel que no podían justificar esos préstamos. También están en firme varias sanciones de la Superfinanciera contra directivos de Interbolsa que aprobaron cupos de créditos a favor de Corridori, porque pusieron en peligro la estabilidad de la comisionista. Otros fueron sancionados porque desde la junta directiva no frenaron esos créditos. La radiografía es así de clara.

Al estudiar las pretensiones de Corridori, los tribunales tendrán en cuenta esas sanciones, porque la financiación que recibió el empresario italiano se consiguió con violación de la legislación vigente.

Y no es todo. En otra demanda, Corridori se refiere a la multa de $179 millones que se le impuso por manipular la liquidez de la acción de Bolsa Mercantil de Colombia (BMC). Corridori y su sociedad Invertácticas compraban casi todos los días 1.000 acciones de BMC. Era casi el único comprador. Para la Superfinanciera, el objetivo era mantener una falsa pretensión de liquidez de la acción para proteger los repos de Corridori sobre ese título.

La acción de la BMC, como muchas de las sociedades inscritas en bolsa, se cotiza pero casi nunca se transa. Eso llamó la atención de los investigadores. Entre enero y julio de 2012, Corridori tenía repos por cumplir sobre la acción de la BMC por $32 mil millones, según documentos de la Superfinanciera. Alessandro Corridori sostuvo que compró acciones porque “un inversionista compra cuando los activos están a la baja y vende cuando tienen una tendencia alcista”.

Pero la Superintendencia no le creyó, porque en julio de 2012 —cuando la Bolsa de Valores de Colombia ordenó desmontar inmediatamente todos los repos sobre BMC— Corridori dejó de comprar acciones. “Adquiere enorme relevancia el hecho de que inmediatamente se eliminó la acción de la BMC como un activo subyacente para la realización de operaciones repo, tanto el señor Corridori como la sociedad Invertactivas SAS dejaron de efectuar operaciones de compra sobre la misma”, concluyó el organismo de control.

Las demandas de indemnización contra la Nación, como las de Corridori, generalmente se demoran unos 15 años antes de la sentencia. Cuando llegue ese momento, los magistrados que las fallen seguramente recordarán una de las principales razones por las cuales el Gobierno ordenó la liquidación de Interbolsa: que Alessandro Corridori recibió de ese holding empresarial $86.000 millones sin garantías reales. Un préstamo que nunca pagó. ¿A quién en el sistema financiero colombiano le dan un crédito así solamente con la cédula de extranjería? A Alessandro Corridori, porque era socio de la comisionista Interbolsa en la manipulación de la acción de Fabricato, la cual había que llevar a $100 para vendérsela más cara a un comprador extranjero.

 

Por Alberto Donadio - Juan David Laverde Palma

 

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