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Siguen líos del ex alcalde de Mosquera José Álvaro Rozo

Fiscalía acusó al ex mandatario del delito de interés indebido en la celebración de contratos por sobrecostos en la adquisición de propiedades por un valor de casi $2.000 millones.

El Espectador
10 de agosto de 2009 - 11:00 p. m.

La Fiscalía puso en evidencia un plan delincuencial que, bajo el supuesto propósito de comprar unos terrenos para la construcción de un colegio en Mosquera, Cundinamarca, le significó un millonario desangre a la población de cerca de $2.000 millones. El protagonista de este escándalo es el ex alcalde de ese municipio José Álvaro Rozo Castellanos, también vinculado a la controversia por la compra de dos lotes en esa localidad por parte de Tomas y Jerónimo Uribe, hijos del Presidente, que al ser declarados zona franca supuestamente se vieron beneficiados por una vertiginosa valorización que multiplicó el valor de esos predios.

En esta ocasión, el pasado 30 de julio, por el delito de interés indebido en la celebración de contratos, fueron acusados por la Fiscalía el polémico ex alcalde, su hermano Luis Enrique Rozo y José Renán Rodas Henao. Este último, ex gerente de la inmobiliaria Inversiones y Construcciones El Márquez, donde tuvieron participación los hermanos Rozo Castellanos, fue clave en la compraventa de tres predios que fueron adquiridos por esta empresa a muy bajo costo y luego vendidos al municipio de Mosquera por un valor exorbitante.

La investigación, iniciada con fundamento en un informe de la Unidad de Investigación de Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda, se remonta a los meses de marzo y octubre de 2005, cuando en su calidad de mandatario municipal, Rozo Castellanos adquirió los predios Casas Viejas Uno, Casas Viejas Dos y El Porvenir. Extrañamente los contratos de compraventa fueron firmados durante períodos suyos de licencia, por lo que terminaron siendo suscritos por el alcalde encargado Luis Ignacio Cristancho.

Según la Fiscalía, unos meses antes esos predios fueron negociados por valores “sumamente bajos” al compararlos con las cifras por las que fueron adquiridos por el municipio. Por ejemplo, el lote Casas Viejas Uno fue comprado el 3 de septiembre de 2004 por $280 millones por José Renán Rodas Henao —gerente de la empresa en la que tenían intereses los hermanos Rozo—. Seis meses después, cuando Rozo ya despachaba como alcalde, Rodas se lo vendió a la población de Mosquera por $672 millones: un sobreprecio de $392 millones.

Ese incremento desproporcionado es una bicoca comparado con la venta del predio Casas Viejas Dos. La propiedad fue adquirida el 22 de diciembre de 2004 por valor de $131 millones por parte de Jesús Antonio Zapata Rico. El 18 de marzo de 2005, éste se lo vendió al municipio por $1.099’785.137. En tres meses el terreno se valorizó en casi $1.000 millones. Algo similar ocurrió con el predio El Porvenir. En septiembre de 2005, cuando fue comprado por Julián Restrepo Barona —cuñado y socio de José Renán Rodas Henao—, su valor fue de $175 millones. Cuatro meses después, en enero de 2006, el lote fue vendido al municipio de Mosquera por $654 millones: un súbito incremento de $479 millones sin justificación.

Pero los sobreprecios sólo son la punta del iceberg de las irregularidades. Aunque José Álvaro Rozo Castellanos sostuvo en su defensa que la compra del lote Casas Viejas Uno la proyectó en 2004 el entonces alcalde de Mosquera Luis Álvaro Rincón, la Fiscalía estableció que fue Rozo Castellanos quien, siendo alcalde en 2000, incluyó en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) el proyecto de construir un colegio en ese predio. Dos años después, cuando había terminado su primer período en la Alcaldía, compró el lote Casas Viejas Uno por $150 millones. En 2005, nuevamente como alcalde, y luego de habérselo vendido a José Renán Rodas Henao, lo volvió a adquirir en $672 millones.

La Fiscalía resaltó que una más de las extrañas coincidencias de este caso es que José Renán Rodas Henao reemplazó como gerente de Inversiones y Construcciones El Márquez a Rozo Castellanos durante su alcaldía en el período 2005-2007, precisamente la época en que fueron adquiridos los lotes para la construcción del colegio. La inmobiliaria El Márquez era de mayoría accionaria de Luis Enrique Rozo, quien reconoció que tenía el control del 83% de la empresa. Es decir, un subalterno de los Rozo sirvió para triangular los bienes y sobrevalorarlos, con perjuicio para el municipio de Mosquera.

La Fiscalía encontró que aunque el predio El Porvenir pertenecía a Julián Restrepo Barona, fue su cuñado, José Renán Rodas Henao, quien terminó beneficiado con esta venta. Por ejemplo, de los tres cheques que fueron girados en pago por el municipio a Restrepo Barona, el primero, por valor de $630 millones, terminó en una cuenta cuyo titular era Rodas Henao, “sin una explicación coherente para ello”. Ahora será un juez el encargado de determinar si estos sobrecostos en los predios beneficiaron al ex alcalde Rozo Castellanos y su grupo familiar o si se trató simplemente de una secuencia absurda de coincidencias.

Por El Espectador

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